-Naruto-kun, ¿Cuándo me vas a decir que es lo que tengo que ver?-le dijo eso sin siquiera ver por donde caminaba.
-Ya muy pronto lo sabrás, estamos cerca de nuestro destino- subieron por las escaleras y cuando subieron el último escalón se dieron vuelta a la derecha hasta llegar a la habitación de Naruto.
Se adentraron en el cuarto completamente oscuro, Naruto se dio la vuelta con los brazos tapándole los ojos a Hinata.
-Espera aquí y no abras los ojos- le susurra en el oído, va hacia la mesa en medio de todo su cuarto, hasta que se escucha el fósforo logrando prenderlo y enciende las velas.
-¿Ya puedo abrir los ojos?- le pregunta mientras intenta descubrir lo que está haciendo.
-Ahora si- le susurra en su oído.
Y al abrir los ojos se quedó impactada a lo que vio en la mesa que estaba en frente y dio unos pasos lentamente ve lo que tiene enfrente de sus ojos.
-¿Eso es?- al ver unos de los objetos que ella vio, se impresionó muchísimo, lo agarro y lo admiro poniendo su mano en el objeto.
-Así es, es la bufanda que me hiciste, junto con la bolsa y tu nota, quieres saber una cosa- le dice eso, mientras la abraza por detrás.
-¿Que cosa?- le pregunta mostrando unas lágrimas en su bello rostro.
-Solamente me puse la bufanda en el día que te fuiste- le cuenta lo que hizo cerrando sus ojos azules.
-Ya veo...¡como lo siento en verdad Naruto-kun!, no tengo cara para pedirte disculpa, aunque tuviste una oportunidad para rehacer tu vida. Pero, pero tu, decidiste amarme aún, ¿por qué?- siguió llorando la ojiperla que al final cerró sus ojos perlados.
Al momento que ella preguntó, todo se volvió silencio en aquel cuarto que solo se iluminaba por las velas hasta que Naruto rompió ese silencio.
-Quieres saber, ¿por qué no me olvide de ti, ni del amor que una vez me diste?- empezó hablar el rubio girando a Hinata para que ella pudiera ver frente a él.
-Desde que te conocí, me llenaste más alegría de la que ella me había dado, fuiste tu la que me enseñó que el amor se le conoce más de adentro que de afuera, y tu tienes un alma tan pura como la que tuvo tu madre y me dije a mi mismo "ella es la indicada para mi", y decidí que te esperaría, aunque fuera un viejo con canas de ciento y tantos años, y ahora estas aquí conmigo de vuelta, porque sin ti a mi lado con tu amor, mi vida no tendría sentido-
-(Naruto-Kun)- mientras ella escuchaba lo que decía Naruto no dejaba de perderse dentro de su mente y agacho de nuevo su rostro.
-Hinata- al empezar a hablar puso ambas manos en la mejilla de la ojiperla.
Entonces Hinata levanto su rostro de nuevo pero esta vez la acompañaban, sus lágrimas derramando su rostro.
-Quiero sentirte de nuevo- le dice eso mientras que con su mano intentaba limpiar sus lágrimas y finaliza dándole un cálido beso.
En un principio fue dulce a Hinata se le quedó paralizada aquel acto que hizo el rubio, lentamente ella cierra los ojos y pone sus pequeñas manos a su espalda y finaliza correspondiendo el beso que llegó a ser apasionado, se permanecieron parados hasta que Naruto empezó a caminar mientras besaba a Hinata, hasta que llegaron a la cama y la recostó cuidadosamente , por un momento dejó de besarla y observo como aun derramaba lágrimas en sus bellos ojos.
-¿Porque te detienes?- toda dudosa le pregunta.
-Es que tengo miedo a que al dia siguiente te vayas- con tanto temor le responde.
A Hinata se quedo sin palabra alguna para que pueda consolarlo, ella misma sabía que él tenía toda la razón, no tenía el como perdonarlo pero en algo si tenía que hacer y es darle todo el amor, que no le había dado en tantos años. Puso una de sus manos hacia el rostro del rubio hasta tocar sus cabellos dorados y se levanta cuidadosamente de la cama hasta quedarse sentada.
-Esta vez no lo haré, y déjame ser yo quien inicié esto como demostración- al decir aquellas palabras muestra una sonrisa sincera acompañada también con unas lágrimas.
-Hinata no eres la única que quieres hacer esto, porque también yo quiero demostrarte cuál arrepentido estoy- le reclama el rubio.
-¿Arrepentido, y por qué?-llena de dudas le pregunta.
-Por no darte el suficiente amor como lo ha hecho tu madre- le responde juntando su frente con la de Hinata.
-Entonces...esta es nuestra única oportunidad para hacerlo- le dice aquello y le vuelve a besar.
Y continuaron a lo que viene después, Naruto siguió besando a Hinata pero ahora no eran por sus labios en este momento se encontraba en su cuello, Hinata siguió acariciando su espalda haciendo que se desvistiera al igual que ella, no se separaron por ningún motivo. Ambos se quedaron sin prenda alguna que les cubre y siguió besando su delicado cuerpo hasta que llegó al pecho de Hinata.
-Hinata, te necesito más que a nada, quiero estar dentro de ti- le acaricia delicadamente su cuerpo.
-Entonces, tienes mi acceso permitido- sabía perfectamente que seguia despues de sus bellas caricias que le hace el rubio, asique ella asiente a llegar a otro nivel.
Lentamente le abre las piernas sin despegar la vista de Hinata, en ese instante sabía lo que pasaría primero, así que aguanto el dolor por un rato, cuando dejó de dolerle se sintió aliviada y repentinamente se hacen rápidas. En aquel momento Hinata recordó en esos momentos en que ella estuvo con Naruto en este mismo cuarto y al mismo tiempo en el campamento hace mucho tiempo, hasta que se dio cuenta que Naruto se detuvo decidida lo mira y se miraron uno con el otro y se acomodo en la cama y del suelo saca unas sábanas y se cumbre junto con Hinata.
-Hinata- empezó a hablarle el rubio.
-¿Si?-.
-Quiero que me acompañes a otro lugar que quiero que vengas, los demás quieren verte de nuevo-.
-Esta bien, entonces Boruto vendrá con nosotros también- ella sabía a quien faltaba de ver desde que llegó.
-Eso está perfecto, saliendo de clases vendré por ustedes-completamente alegre le responde.
Hinata no evitó lo feliz que está, y por toda la noche permanecieron los dos juntos acostados en la cama hasta que llegara el mañana.
Continuará...
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Devuelta la Felicidad
FanfictionHinata Hyuga, una muchacha tímida y dulce de tan solo 18 años y al enterarse de la muerte de su madre se sintió una gran soledad en ella misma y en ese día fue muy infeliz, que no creyó en el amor de alguien. Hasta que conoció a un chico llamado Nar...