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Era un día como cualquiera en la tarde. El sol estaba a punto de meterse en el horizonte y los muchachos del club de Vóley de Aoba Johsai recién salían del entrenamiento diario. Cada uno se despidió dirigiéndose a sus respectivas casas y para Oikawa Tooru no fue una excepción. Acompañado de Iwaizumi caminaban hablando de nada en particular hasta que llegaron a una intersección, sus casas no quedaban muy lejos la una de la otra, literalmente estaban a una cuadra de distancia, pero siempre era un drama al despedirse, más que nada para el castaño.
-Nos vemos Iwa-chan – dijo Oikawa moviendo la mano en despedida.
-No te olvides de hacer las palomitas.
-No lo haré
Con aquella última frase habían confirmado su pacto eterno que sucedía todos los domingos a las 4 de la tarde, en tiempos que no tuviesen práctica o reuniones familiares. Desde que tenían memoria estar en la casa del otro era una costumbre, quedar toda una tarde pronto se extendió a dormir en la casa del otro, e inclusive pasar todo un fin de semana juntos. La cercanía de sus hogares sólo hacía más fácil que ellos se hicieran más íntimos y el voleyball sólo terminó por volverlos "estúpidamente cercanos" como habían opinado Matsukawa y Hanamaki ni bien comenzaron la preparatoria. Por eso había una tradición que no dejaban pasar y era ver películas o series, cada domingo.
Oikawa esta vez tenía preparada una nueva serie que al principio no le había tomado mucho en cuenta, lo suyo era la ciencia ficción así que una serie ambientada en la edad media donde habría reyes, caballeros y probablemente dragones era más del estilo de Iwaizumi. Aun así no la hubiese visto si no fuese porque Hanamaki le prestó los DVD's, así que le iba a dar una oportunidad, si no era muy de su agrado convencería a Iwa-chan para ver otra cosa. Por eso tenía ya preparada otras películas.
Iwaizumi llegó a la hora, como siempre puntual. Quien no era normalmente muy puntual era Oikawa y esta vez lo encontró terminando de hacer las palomitas de maíz.
-Casi está listo.
Iwaizumi ayudó a sacar los recipientes y poner la olla a lavar, básicamente esa era su segunda casa y se conocía el lugar de todos los utensilios. La tele está lista solo para darle "play" y la música del intro se empieza a escuchar. Ambos se acurrucan en el viejo sillón de la sala de Oikawa, aquel que tiene una que otra mancha por haber jugado con temperas encima cuando tenían 8. Ese mueble los había visto crecer y ahora acomodaron los cojines con los que antes jugaban sobre su regazo para poder disfrutar mejor la serie.
La confianza era tanta que Oikawa literalmente tenía las piernas sobre las de Iwaizumi y sus hombros chocaban, habían dejado el pote con las palomitas sobre la mesa de centro y se concentraron en ver la serie. Después de los primeros minutos consideró que la serie no era tan mala, por ahora le daba mucha curiosidad de conocer más acerca de los personajes y pronto se vieron envueltos en una serie de acontecimientos que dejaron boquiabiertos a ambos pues no se esperaban ese tipo de plot twist. Oikawa era muy efusivo cuando las emociones se le desbordaban por la historia principal en una película, cuando había una pelea épica usualmente daba saltitos de emoción o jalaba a Iwaizumi del hombro, zarandeándolo mientras le decía lo genial de la pelea. Iwa-chan ya estaba acostumbrado a eso, así que simplemente lo ignoraba, pero cuando se ponía demasiado cargoso le daba un golpe para que no joda y deje ver tranquilamente la televisión.
Esta vez no fue diferente y en algunas escenas aparecieron unos monstruos de la nada, cosa que lo hicieron asustar y lo jalo con fuerza.
-No daba miedo.
-Tenían una cara muy fea, por supuesto que daban miedo.
El primer capítulo de la serie fue impactante e inmediatamente comenzaron el segundo, de nuevo ninguno de los dos imaginaba lo fuerte de las escenas ni de los acontecimientos que acarrearon sus protagonistas, de nuevo Oikawa jaló a Iwaizumi con fuerza dando un pequeño grito. Para este momento el moreno ya había perdido la paciencia así que alejó a Oikawa con fuerza, éste se fue hacia atrás pero llevándose a Iwaizumi de las solapas.
Los dos cayeron con fuerza sobre el sillón, Iwaizumi al no poder agarrarse a nada a sus laterales se fue contra el cuerpo del castaño y también sin querer, sus labios se unieron en un beso doloroso que involucraba sus dientes. Fue doloroso, pero ante la sorpresa ninguno pudo reaccionar, seguían pegados por los labios. Oikawa estaba debajo del peso de Iwaizumi así que no podía moverse y éste último estabas sin poder sujetarse de ningún lado para incorporarse. Ambos rostros se encontraban completamente rojos, pero Oikawa pensó inmediatamente que Iwa-chan iba a darle un golpe que lo harían ver estrellas, más fue su sorpresa al sentir como los labios ajenos empezaban a moverse muy lentamente marcando un ritmo.
Sus labios eran suaves y húmedos, ambos pensaban que se sentía bien y pronto empezaron a ceder a los bajos instintos. Sin pensar mucho en la situación, cerraron los ojos y se dejaron llevar sólo por un par de minutos. ¿Por qué? Pues porque la serie aún continuaba y si había escenas de violencia explícita, también había escenas de sexo igual de explícitas. Los gemidos de una mujer se escucharon más fuertes de lo común en la habitación, haciendo que ambos respingaran por la sorpresa, separando sus labios inmediatamente. Iwaizumi a tan repentino movimiento cayó al suelo y Oikawa con las manos temblorosas buscó el control remoto para darle pausa o apagar la televisión.
¡OH DIOS MIO! ¡OH DIOS MIO!
Repetían en su mente que iba a mil revoluciones. Se habían besado por accidente, pero ese no era el problema allí, sino que Iwaizumi había profundizado el beso y Oikawa había continuado.
¿Qué debo hacer?
Se preguntaban ambos, si huían, no había vuelta atrás, mañana sería súper incómodo pero era el código para no volver a hablar de lo sucedido nunca más. Ambos se dieron cuenta de algo en ese momento.
-Hajime
-Tooru
Ambos sellamaron como no solían hacerlo hace mucho tiempo y se dieron cuenta que teníanla misma decisión en mente.
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