Mi nombre es... ¿02?

Carpeta de recuerdos (II)

~Pov Normal~

— ¡Len! — corrió Mikuo hacia su amigo rubio de 9 años que se encontraba caminando hacia la clase — ¿Es cierto que tienes una niñera robot? — le preguntó, este tan solo asintió con la cabeza. — ¡¿Eeh?! — gritó sorprendido dejando casi sordo el otro e hiciera una mueca de molestia por su repentino grito. — ¡¿Por que no me lo habías dicho?!

— Porque nunca me preguntaste. — le contestó Len aun siguiendo caminando dejando atrás a su amigo, pero él se aproximo de nuevo para caminar junto el de ojos zafiro.

— ¡Pero soy tu mejor amigo! Los mejores amigos se cuentan todo. — refunfuñó con un puchero en sus labios.

Len solo rodó los ojos y entró a su salón llamando la atención de todas las niñas del lugar, algunas de ellas le saludaban pero este los ignoraba y se sentaba a su sitio. El pequeño peliaqua se acercó hacia él, no antes de saludar a sus compañeros.

— Y dime, ¿como es? — preguntó curioso.

Len se cruzó de brazos y pensó — Pues... es una niñera muy buena, me cuida, juega conmigo, me lee cuentos antes de dormir... — dejó de hablar para seguir pensando en lo que hace su niñera — Ah, y también sabe cocinar. — finalizó para después sacar sus libros de su mochila.

— Wow, si que sabe muchas cosas. — se sorprendió Mikuo.

— ¡Len, Mikuo! — les llamó una voz infantil, los mencionados de giraron hacia donde provenía la voz y vieron como una niña peliverde se les acercaba con una sonrisa. — Buenos días. — les saludó con una sonrisa de media luna.

— Buenos días. — saludaron ellos dos, pero Mikuo saludó con mas energía que la del rubio.

— ¿De que estabais hablando? Se veía que teníais una conversación muy entretenida. — preguntó curiosa la niña, que también tenía la misma edad de los dos chicos.

— Pues del robot que tiene Len, ¡que parece ser su niñera! — contestó Mikuo.

— ¿Robot niñera? — preguntó sorprendida esta vez y el peliaqua solo asintió con la cabeza — ¡Wow! ¡Eso es impresionante! Y dime, ¿como es ella? ¿es guapa?

— ¿Si es guapa? — preguntó confuso Len al prestarles atención, ya que estaba revisando si tenía bien sus deberes de mates mientras los dos estaban hablando. Gumi asintió emocionada esperando la respuesta. — Bueno, ella no es fea.

— Eeh, así que para ti es guapa. — el mas alto de los tres miró pícaro al rubio.

— Yo no dije que es guapa Mikuo. — se defendió Len con un mohín en su rostro, pero se podía ver un leve sonrojo en sus mejillas.

— Ya, pero dijiste que no es fea, así que eso quiere decir que para ti es guapa. — sonrió Mikuo mostrando sus blancos dientes. — ¿A que si, Gumi?

— Sip. — asintió feliz.

Len rodó los ojos cansado por su pesado amigo. — Ugh, pensar lo que vosotros queráis.

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La campana empezó a sonar, avisando a que las clases habían terminado por hoy, alegrando a los pequeños estudiantes de la escuela. Len se puso el abrigo con tranquilidad hasta que sus dos amigos se acercaron a él con una sonrisa de oreja a oreja. El rubio alzó una ceja mirándoles confundido.

— ¿Que queréis? — preguntó después de ponerse la bufanda.

Los dos se miraron entre si y miraron de nuevo al de ojos azules.