Prefacio

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Estoy sentada viendo la televisión mientras acaricio mi abultado vientre, mi marido está en la otra habitación montando la cuna del pequeño que tendremos en unos meses, cuando, de repente, en la televisión se anuncia un concierto, un concierto de mi grupo favorito desde hace unos ocho años. Al momento me levanto y voy hasta la habitación que uso como despacho, cojo una caja de una de las estanterías y me siento en el suelo con ella delante. Ésta no es una caja cualquiera, en su tapa tiene pegado un cartel en el que se puede leer "England memories", acaricio la superficie y todo mi cuerpo se estremece, tanto que el niño se revuelve en mi interior.

Tras unos segundos respiro hondo y abro la caja. Nada más ver todo lo que hay ahí dentro miles de recuerdos me asaltan de golpe. Voy sacando las cosas poco a poco y los recuerdos empiezan a organizarse en mi memoria.

Cojo los billetes de avión y recuerdo la primera vez que vi a Gi, esperándome en el aeropuerto y la despedida, lo mucho que me dolió dejarlos a todos, y sobre todo a Dougie, allí aquel día. Sigo buscando y encuentro la camisa de Dougie, la que llevó a la boda de Tom y Gi, la que yo le quité la primera vez que nos acostamos, la que me puse aquella mañana, la que elegí cuando me dijo que cogiera lo que quisiera de su armario. Justo debajo está el colgante del pequeño avión de papel plateado que Dougie me regaló a juego con el suyo, al verlo recuerdo todos los momentos vividos con él y una lágrima se resbala silenciosa por mi mejilla. En la caja hay muchísimas cosas más,pero no soy lo suficientemente fuerte como para verlas todas en este momento, estoy demasiado embarazada y, por lo tanto, demasiado llena de hormonas que me hacen ponerme sentimental a la mínima.

Cierro la caja pero no dejo de pensar en los chicos, en el maravilloso mes que pasé con ellos en Inglaterra y en como no fuimos capaces de cumplir la promesa que nos hicimos hace ocho años. Si, al principio hacíamos Skype, nos twitteábamos, Dougie y yo hablábamos por teléfono todos los días hasta que resultó demasiado doloroso. Finalmente perdimos el contacto poco a poco. Ni yo volví a Inglaterra ni ellos vinieron a España. Yo seguí sabiendo de ellos a través de sus redes sociales, Harry e Izzy se casaron poco después y Danny y Georgia algo más tarde. Tom y Gi tienen dos niños preciosos, Buzz Michelangelo y Buddy Bob; Harry e Izzy una nenita, Lola Rose Emma; y en cuanto a Danny y Georgia parece ser que lo están intentando. Con respecto a Dougie tuvo alguna que otra novia conocida, pero nada serio, ahora mismo sigue soltero, a veces pienso si estará esperando por mi, como reaccionaría si me viese, pero trato de despejar esos pensamientos de mi mente, por respeto a mi marido.

Acaricio mi vientre lentamente y con cariño mirando una foto en la que salimos Dougie y yo abrazados que se ha caído de la caja y me pregunto cómo hubiera reaccionado si le hubiese contado lo que descubrí cuando me bajé del avión aquel día... Todavía lo recuerdo como si fuese ayer:

Al poco tiempo de despegar empecé a sentir unos dolores en la barriga que fueron aumentando con el tiempo, me tomé un paracetamol y conseguí que fueran soportables. Cuando llegue a casa fui al baño y descubrí una mancha de sangre en mi ropa interior, por un segundo pensé que era la regla, pero cuando me fijé mejor me di cuenta deque no era como una regla normal, me asusté mucho, así que avisé a mi madre y nos fuimos a urgencias. Allí me atendieron y me dijeron que había abortado, el test había fallado, me eche a llorar, todavía no sé si de alegría o de tristeza, o simplemente porque necesitaba a Dougie junto a mi en ese momento. A pesar de ello no me atreví a contárselo, ya se había disgustado mucho cuando vio el test negativo, ¿por qué motivo iba a hacerle pasar por eso otra vez? Y menos sumándole la culpa por no haber estado conmigo en ese momento.

Al abrir la caja de nuevo para guardar la foto veo las demás fotos y me pongo a verlas, de repente entre ellas aparece una foto en la que salimos los ocho en el jardín de Tom y Gi, se nos vetan felices que nada más verla siento la urgencia de volver a verlos.

Te tengo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora