Yacía sentado en una roca al borde de la cascada, oía a los pájaros cantar y el choque contra las piedras el agua sonar, eso me relajaba, me sentía libre, todo era tan perfecto, la vista era hermosa, los sonidos agradables, pero, algo de repente interrumpe mi tranquilidad, oí gritos y sonidos de armas que me asustaron tanto que por tratar de huir caí a la cascada, no sabía nadar, por suerte me sostuve de una roca con la cual pude ayudarme a salir, me oculte en un árbol a espere que los gritos pasaran, solo duraron menos de 15 minutos, corrí a mi casa lo mas rápido que pude para verificar que todo allí estuviera bien, al estar a solo unos metros de casa me detuve y observe que no había nadie fuera, ya que normalmente mamá escuchaba la radio en su mecedora y mi hermana jugaba con una muñeca de trapo a la que le tenia como nombre Carrie.
Caminé despacio hacia la puerta que estaba serrada, al estar ya mas cerca veo salir un poco de sangre, quede casi petrificado, las lágrimas salían de mis ojos descontrolada mente, trataba de levantar mi mano para empujar la puerta y seguir, pero era difícil, ya que el miedo que sentía al ver la sangre me inmovilizaba, abrí lentamente como pude y vi un mar de sangre que inundaba toda mi casa, empecé a gritar y llorar mas fuerte llamando a mi padre, camine hacia adentro lentamente y al ver a mi padre sin vida tendido en el suelo con su cara cortada sentí que mi corazón se detuvo un instante, corrí rápidamente a mi habitación estando en la puerta paré como si hubiese golpeado un muro al ver lo que pasó allí dentro.