Mi pequeño artista

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La mañana llegó rápidamente, como si se hubiera extinto en un fugaz parpadeo, era un infortunio para su cuerpo, que continuaba entumido por el esfuerzo.

-Papi, papito despierta – sintió las pequeñas manos de su hijo meciéndolo un poco- no quiero que se te haga tarde

-Hummm 5 minutos...

-¡No! Despierta ya, si vas más temprano, saldrás más temprano. ¡Me prometiste que irías a verme en mi primera presentación!

Abrió un poco los ojos para divisar a su pequeño hijo, este se encontraba encima de él con una enorme sonrisa. Le dedicó una mirada dulce mientras lo abrazaba y lo enredaba con las sabanas.

-Qué te parece si mejor, nos dormimos y nos quedamos en casa a ver caricaturas, ¿mi pequeño gusanito? - preguntó Nathaniel, a la par que inmovilizaba los pies de Louis con ayuda de una cobija.

-Aaghhh ¡¡Nooo, me ha atrapado el mounstro!!

-Necesito comprar el desayuno, apuesto a que llego más rápido que tú a la tienda de la abuela Mathi.

-¡¡No!! ¡Papi tramposo! – El peli-azul comenzó a revolcarse en la estrecha cama, tratando de librar las manos mientras su padre se acomodaba las sandalias, le guiñó un ojo mientras hacía mímica de salir corriendo.

Una vez fuera de la habitación, el mayor buscó las llaves del departamento entre las orillas del modesto juego de sala que tenían; como había llegado tan cansado no recordaba donde las había puesto.

No tardó mucho en encontrarlas, cuando escuchó los pasos de unos piececitos descalzos retumbar contra el suelo "le he dicho muchas veces que no camine descalzo, seguramente debe estar buscando sus zapatos, por tanto, será mejor irme adelantando"

Y con toda la calma del mundo, salió todavía algo adormilado de su angosto hogar. No podía darse el lujo de correr porque eso dejaría muy atrás a su querido hijo.

El departamento económico que tenían era muy limitado hablando de espacio, pero todo se aprovechaba muy bien, se conformaba de 2 recámara diminutas una para Louis y otra para él, aunque este último casi nunca dormía en su habitación; tenían también un de baño común que parecía un pasillo debido a lo estrecho que era; incluía una habitación central que estaba dividida como cocina, comedor, donde todos los instrumentos estaban pulcramente acomodados y solo tenían una silla normal y otra que era alta; por último casi en la entrada se encontraba un espacio reducido que simulaba una sala, lugar donde se encontraban la televisión y un sillón para dos personas . En cuanto la decoración general de aquel hogar, era algo bastante sencillo, un solo color para todas las malgastadas paredes.

Una vez que Nathaniel estuvo a punto de abandonar el malgastado edificio pudo escuchar unos agitados pasos bajando por los escalones. Giró la cabeza y sonrió al ver a Louis con la ropa a medio poner debido a las prisas; volvió a enfocar su vista hacia el frente mientras comenzaba a caminar, iba agitando los brazos para simular que estaba corriendo muy rápido.

El pelirrojo estuvo cerca de ganar la carrera, pero a unos pocos metros de la mencionada tienda, su pequeña criatura dio un gran salto logrando atraparlo por la espalda; trató de mantener el equilibrio, pero su cuerpo estaba tan agotado del trabajo que cayó justo encima del tapete de bienvenida del lugar, como ninguno de los dos se hizo daño comenzaron a reírse de aquella gracia.

-Oh ¡Hola Louis! ¡Hola señor papá de Louis! – un niño con piel bronceada, grandes ojos castaños y cabeza afeitada, se asomó desde detrás del mostrador.- ¡Hoy volvió a ser empate!

- ¿Oíste lo que dijo, papi? ¡Ni porque hiciste trampa me pudiste ganar! – afirmó el chiquillo de ojos azules, mientras se levantaba con rapidez y trataba de ayudar al pelirrojo.

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⏰ Última actualización: Dec 12, 2016 ⏰

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