Al llegar al estacionamiento de la residencia, Tyler baja y va a abrir mi puerta. Hace el mismo procedimiento que hizo en la fiesta y me deja suavemente en el piso.
─¿Cuanto has bebido?. ─Pregunta mirándome fijamente.
─Lo suficiente para que logres parecerme atractivo. ─El sonríe y mira al cielo─. No, no. No hagas eso, o babearé.
─Se supone que debo estar molesto contigo, no digas cosas como esas. ─Dice y empieza a caminar a la Torre A dejándome atrás.
─¡Espera Tyler!. ─El instantáneamente voltea a verme y en cuanto empiezo a caminar más rápido me detengo─. Ayúdame. Estoy mareada.
Noto como rápidamente se devuelve hacia mi y me ayuda pasando mi brazo derecho por sus hombros. Me sobresalto cuando siento su mano en mi zapato y me relajo al instante que me lo quita.
─No dejare que vuelvas a tomar. ─Anuncia tomandome fuertemente por la cintura y comenzando a caminar.
─El cabello despeinado no te va mal. ─Digo y luego río haciéndolo reír.
Y así vamos caminando hacia su habitación, entre risas y comentarios fuera de lugar. Cuando llegamos a la 202, el no tarda en abrir la puerta y dejarme sentada en un viejo sillón mientras lo veo dirigirse a lo que parece su cocina.
─¿Por qué estoy mareada, Tyler?. ─Pregunto viendo como todo a mi alrededor se mueve.
─Porque sobrepasaste tus limites. Bebiste mas de lo que debes. ─Me aclara mientras lo veo servir un vaso de agua.
─¿Y por qué?. ─Hago una mueca.
─No lo se. ─Responde mientras suspira─. Ahora tomate esto. ─Extiende hacia mi un vaso de agua junto con una pastilla.
─¿Qué es eso?.
─Vamos, solo tómalo. No voy a envenenarte. ─Dicho esto obedezco y el se sienta a mi lado.
─¿Por qué me trajiste aquí?. ─No puedo evitar preguntar. El recuesta su cabeza en el respaldar y cierra los ojos.
En ese momento comienzo a admirar realmente su belleza. Largas pestañas adornaban sus lindos párpados, sus mejillas ligeramente coloradas por el frío y labios provocativos. Aprovecho este momento para guardar cada lunar, cada arruga, cada detalle de su rostro en mi cabeza.
─Siempre estás aquí. ─Dice antes de tomar el control de la tv
─Eso es porque nunca estas.
─Ya. Veamos si están pasando algo bueno que ver.
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─¡Mira como camina la niña!. ─Digo aterrada mientras comenzamos a ver "Mama".
─Samantha, eso no da nada de miedo. ─Dice intentando aguantar sus ganas de reír.
─Admite que tienes miedo. ─El deja de mirar la pantalla para mirarme a mi.
─¿Tengo cara de miedo?. ─Pregunta mientras sigue observándome. Me encojo de hombros y volteo nuevamente al televisor mientras siento su mirada fija en mi. Y de verdad que trato de no verlo.
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Despierto sobresaltada y debido a esto mi cabeza recibe una gran punzada, me quejo llevando mi mano a mi cabeza mirando a mi alrededor, me sorprendo al ver que estoy sobre la cama de Lucas y quiero gritar al ver que la ropa que está encima de mi, no me pertenece.
Me levanto rápidamente de la cama; lo que me causa otra terrible punzada en la cabeza. Joder.
Alarmada salgo del cuarto de Lucas y entre mi desespero, me encuentro a Tyler cocinando. Hago una mueca al verlo concentrado mientras tararea una canción y su cabello se pega a su frente debido al calor. Vaya que si hace calor.
Espera.
No te desvíes, Sam.
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100 Cartas Para Tyler.
RomanceSamantha Wyde es una chica de 19 años de edad. Una que a los cortos 13 años perdió a su madre a causa de una enfermedad pulmonar, por lo cual tuvo que independizarse, no estaba sola, ya que tenía la ayuda de su primo Alex, quien lo considera como un...