La Reina y el Capitán (Nueva Versión)

La Noticia.

-Srta. Janett, necesitamos su artículo para colocarlo de una vez en la revista.

-Srta. Janett, ¿Le parece bien si las letras van en dorado y Central, o algo más pintoresco?

-Srta. Janett, ¿El artículo de deportes irá antes, o después del especial de moda?

-El Artículo va en camino. Me parece bien la idea del dorado y preferiblemente que vaya antes- Dijo Susan- Franchesco ¿Trajiste mi café?

-Doble late sin espuma- Respondió Franchesco.

-Por eso te quiero.

Así comienza una mañana normal en la vida de Susan, editora y escritora principal de la revista El Nacional, en Caracas-Venezuela. Es una pelirroja muy hermosa, con ojos cafés y una sonrisa divina. Es algo narcisista y mimada, pero eso no quita que sea excepcional en su trabajo.

-Susan tienes junta en la sala de ideas- Le dijo Franchesco a Susan. Franchesco era el asistente de Susan desde hacía ya 4 años. Alto, rubio, listo y siempre la saca de problemas. En definitiva, la mano derecha de Susan.

-Gracias. Voy en camino- Respondió ella. Llegó a la sala y se sentó en su asiento. Todos se colocaron de pie al ver llegar al Jefe. Es un hombre canoso y algo relleno, pero con todas las actitudes y aptitudes de un buen líder.

-Oh, por favor, siéntense. Ya les dije que no es necesario si no es lunes.

-Pero Señor, hoy es lunes- Dijo un chico al final de la mesa.

-Así me gustan, activos y atentos. ¿Qué tenemos para hoy?

-Está comenzando la temporada del béisbol nacional. Usted sabe cómo esto aumenta nuestras ventas, ya que todos desean saber los resultados de los partidos que no lograron ver. Por eso será la portada de esta próxima semana entera. 

-Me parece muy bien, prosigan.

-En la sección de noticias abordaremos el diálogo en progreso, narrado desde ambos puntos de vista.

-Está bien, sigan, vamos, más lluvia de ideas.

-Pues, ya estamos entrando a Diciembre- Dijo Susan- Y planeo comenzar con artículos navideños.- El jefe colocó una cara de insatisfecho, y se dirigió a Susan.

-Susan, eres una increíble escritora, pero necesito algo más nuevo, algo fresco. Somos la revista principal de este país, y el hecho de comenzar a escribir sobre navidad el 3 de Diciembre muestra algo de desesperación. Como si ya no supiésemos de qué escribir, ¿Sabes? Una revista Italiana tiene un contrato con nosotros. Ella ha hablado nos ha hecho una gran campaña de conciencia por la situación de nuestro país allá en Italia. Ha concienciado a casi media Europa entre redes sociales y ventas en físico. Es mucho, si miramos que solo es una revista. Quiero devolverles el favor. Quiero que escribas sobre Italia.

-Pues, eso cambia algo mis planes, pero no tengo problema- Dijo Susan segura de sí misma.

-Creo que no me has entendido. Quiero que te vayas a Italia y la recorras. Comienza por puebluchos, y sigue a las ciudades más grandes. Quiero que resaltes la belleza de Italia. Tranquila, la empresa paga por todo, pero debes ir sola, no quiero que te distraigas.

-Pe... Pero Señor, me caso en 13 días.- Dijo Susan algo angustiada.

-Bueno, siempre habrá más gente dispuesta a hacer el trabajo- Dijo fríamente el jefe.

-Tranquilo Señor, yo iré- Dijo Susan bajando el rostro.

-Eso quería oír. Bien, ha sido todo, pueden retirarse.

Todos comenzaron a salir. Susan se dirigió a su oficina y se echó en el sillón.

-¿Pasa algo mi cielo?- Preguntó Franchesco.

-Me mandaron a Italia Fran. ¡A Italia! Sabes que faltan menos de dos semanas para mi boda. Y no solo iré a un lugar, sino ir a toda Italia. Se supone que iría en mi luna de Miel, no por trabajo. No quiero conocer Italia así.- Dijo Susan histérica. Franchesco lo pensó un momento.

-Vale, tranquila, te tengo la solución.

-Pues dímela.

-Sabes que soy Italiano. Tengo un primo allá que puede guiarte. Harás tu recorrido y escribirás de todo. Vendrás de vuelta el jueves de la semana que viene con todo escrito. Lo organizas al llegar. Lo entregas el viernes y yo te tendré listo todo lo que falta para la boda. Solo para que vayas, te vuelvas a probar tu vestido el sábado y el domingo ¡Bam! Estás casada.

-¿Harías eso por mi?

-Para eso están los asistentes ejecutivos- Respondió Franchesco. Ella sonrió.

-¿Por qué no te casas conmigo?- Preguntó Susan.

-Porque amo los penes- Respondió él.- Ella rió a carcajadas.

-Eres un gran amigo Fran.

-Lo sé, nena, lo sé.

*****

Susan llegó a su casa, y su esposo no había llegado. Ella tomó una ducha y le fue a decir a la cocinera lo que quería para cenar. Ella vivía en un gran Pent-House, en un vigésimo piso, con una hermosa vista, debido a su enorme ventana. Todo era muy innovador.

-Hola amor- Dijo Eduardo Vásquez, el prometido de Susan al llegar a casa. Él era un hombre no musculoso, pero sí muy bien formado, rubio ojos azules de 1,90mts. Era todo un galán, y no solo eso, también tenía dinero.

-Hola cielo- Respondió Susan, y lo besó- ¿Qué tal ha estado tu día?

-Bastante cansado, siendo sincero. ¿La cena está lista?

-Sí, te estaba esperando para cenar.

-Gracias cielo, lo aprecio.

Ambos se sentaron a comer, pero no platicaban mucho. En realidad, nunca lo habían hecho. Se conocieron cuando Susan tuvo que escribir un artículo sobre Poul, dueño de una empresa de celulares con ingresos por las nubes. Él la invitó a salir y todo estuvo bien. En el resto de citas, Eduardo se basó en joyas, obsequios y más obsequios que, para una chica acostumbrada al dinero como Susan, resultaban divinos. Verdaderas pruebas de amor para ella. No les iba mal, gracias a su falta de comunicación ni siquiera peleaban, así que en general, estaban excelente.

-Me iré a Italia- Dijo Susan de un solo golpe. Eddy reaccionó tranquilo.

-¿Y eso amor?

-Pues, debo ir a hacer un trabajo allá, pero volveré para el Jueves.- Allí Eddy reaccionó.

-¡Qué? ¡El Jueves? Pero eso es tres días antes de nuestra boda.

-Lo sé amor, pero debo hacerlo.

-¿No puedo acompañarte?

-No, no puedes. Pero en serio, tranquilo, estaré bien. Franchesco ya me tiene lista la escolta allá- Dijo ella exagerando, solo para que él estuviese más calmado.

-Bueno, confío en Franchesco. Espero te vaya muy bien allá amor.

-Así será cielo.