|Charles|

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-Buenos días, profesor .-saluda Hank, ingresando en mi despacho, haciendo que levante mi cabeza para mirarlo a los ojos. Me pregunto que tiene hoy para decirme, cuando este sonríe no me parece que trame algo muy bueno que digamos.- Creo que esta noticia..., va a gustarle.

-Buenos días, Hank. ¿Qué noticia? -le pregunto, ladeando un poco la cabeza. Desde el incidente en Cuba, creo que no hay muchas buenas noticias en mi vida, luego de saber que ahora Moira se encuentra bien y que está a salvo. Aunque también está el punto intermedio ahora que la escuela fue inaugurada y puedo volver a caminar.- ¿De qué se trata?

-Bueno, encontré a alguien que le ayudará en su trabajo. -Hank sonríe de medio lado, haciendo que me pregunte que clase de locura acaba de cometer. Él me señala el dedo índice como diciéndome "Espera", y va hacia la puerta, abriéndola tan sólo un poco e invitando a pasar a alguien. Me sorprendo al ver ese fino cabello negro atravesar la puerta, lo reconocería donde fuera. Ahogo mis pensamientos en un momento, mientras me sostengo del escritorio a un lado mío, ella no lo ha notado todavía porque está más pendiente mirando a sus pies.

-Buenas tardes, mi nombre es -ella levanta la mirada, y sus ojos se engrandecen enseguida. Rápidamente caminé hacia ella y le extendí la mano con una sonrisa, se veía bastante nerviosa, pero supo controlarlo fácilmente.- Eh -carraspea-, mi nombre es Annabelle.

-Señorita Belle, ¿puedo decirle así, verdad? -ladeo la cabeza, estrechándole la mano con suavidad, antes de llevarla hacia mi boca y darle un pequeño beso en ella. Amo verla sonrojada. Ella se sonroja y asiente un poco, entonces le sonrío-. ¿Cómo la ha tratado la vida, señorita Belle?

Hank me observa en silencio, recordándome la cruda realidad. Anabelle y yo nos conocimos años atrás y vivimos juntos con Raven, nunca esperé que ella se enamorara de mí. Era una mutante bastante decidida, casi tan fuerte como Raven, parecían gemelas de vez en cuando. Casi inconfundibles, exceptuando el aparente odio de Raven hacia los humanos.

-Bueno, el señor McCoy, me dijo que usted necesitaba una nueva asistente en la escuela. -ella sonríe de medio lado y me mira en silencio por unos minutos.- ¿Necesita mi currículum?

-No -carraspeo-, sólo respóndame una pregunta. 

-Charles -Hank me observa en silencio, y afirmo con la cabeza. Tiene miedo que me arrepienta de mi decisión años atrás, cuando me dijo rápidamente que se había enamorado de mí: Borrarle la memoria, como hice con Moira, arrebatarle cada uno de sus recuerdos de Charles Xavier y todos los mutantes que había conocido gracias a nosotros, los X-Men.  

-¿Por qué trabajar con tantos mutantes juntos, señorita Belle? -ladeo la sonrisa.

-Bueno, son buenos chicos. Necesito el trabajo en serio, además, no soy del todo humana. -sonríe de medio lado.- Yo también soy una de ustedes, ¿entiende? Sólo no uso mis dones.

-¿Por qué no los usas? -le pregunto, incapaz de creer que Anabelle Craig no use sus dones, después de todo, era una de mis telepatas favoritas. Siempre usaba sus dones en todo momento, los sub desarrolló de una forma que ni siquiera el casco de Erik podría impedirle controlar su mente, puesto que ella ya lo había intentado tiempo atrás, consiguiéndolo.

-En el pasado, hice mucho daño con ellos... Ahora sólo los uso en casos de emergencia. ¿Y bien? ¿Qué trabajo quiere que hagamos? -su aura se oscureció por unos segundos, pero luego volvió a la radiante Anabelle que conocía.- ¿Profesor Xavier?

-, ¿puedes empezar ya? -le pregunto, mirando a Hank unos minutos, este se encoge de hombros al ver a la chica, que luego afirma con la cabeza. Ella sonríe rápidamente.

-Por supuesto, cuando desee. -sonríe.

-Hank, llevala a su nuevo cuarto, y por favor asegúrate que se encuentre cómoda. -dirijo mi mirada hacia la hermosa pelinegra frente a mí y le sonrío, sigue siendo la mujer hermosa que conocía.- Una vez que se haya instalado, la quiero aquí, en mi oficina, señorita Belle.

Hank y ella salieron de mi despacho y suspiré, volviendo a mi escritorio y sentándome. Saqué el cajón de un lado de mi escritorio y rebusqué algo que creí haber botado en medio de mi desesperación luego de perder mi estabilidad física y emocional, hasta que al fin lo encontré. Ahora le agradecía a Hank que lo hubiese recogido, y detallé en silencio aquel album de fotos.

Con amor; para Charles, decía la portada, donde había una foto de ambos en la entrada del castillo que ahora llamamos escuela. Detallé a mi querida Anabelle, su cabello negro en ese tiempo le llegaba más abajo de la cintura, usaba un suéter azul que yo le regalé y unos pantalones blancos ajustados. En lo personal, creo que nunca había visto tanta belleza, bueno, después de Moira claro. Y a un lado de ella estaba yo, abrazándola por la espalda con un brazo, usando el conjunto de aquel suéter azul, y sonriendo

Fue hace mucho tiempo, antes del accidente en Cuba, antes de que perdiera la movilidad. Antes de que le arrebatara sus recuerdos, a ambas mujeres de mi vida. Suspiré, frustrado.

¿Qué pensará ella ahora de mí? ¿Volverá a enamorarse de mí? ¿Y si lo hace y le doy una oportunidad esta vez, me olvidaré por fin de Moira? ¿O Moira seguirá siendo el fantasma del amor por el resto de mi vida? Me quedé pensando en eso unos minutos más, hasta que tocaron la puerta nuevamente. "Adelante", guardo el album en el cajón con llave y en esola puerta se abre nuevamente y ella está ahí. Se apoya en el marco de la puerta y me observa en silencio

-¿Disfrutando la vista?

-Usted es un hombre muy guapo, señor Xavier, pero yo soy más profesional. ¿Con qué puedo ayudarle para empezar? -se aleja del marco de la puerta con un aura nueva, que hace que tiemble de temor, es bastante parecida a la de Erik y Raven, ahora que lo pienso.

¿Esta es Anabelle Craig, realmente?

-/Próximamente/-

Take on me [Charles Xavier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora