Capítulo 1: El inicio

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Miro por la ventana del remís¹, pensativa. Hoy tengo un examen de Geografía sobre datos hidrográficos y no estudié nada ¿Me irá bien? Espero recordar algo de todo lo que la profesora explicó en la clase.
Siento que alguien me toca el hombro, y entonces, me saco un audífono del oído.
—¿Estudiaste? —Pregunta mi madre: Es como si me hubiera leído la mente.
—Sí, no dormí en toda la noche por estudiar...
Vuelvo a ponerme el audífono pero ella me lo saca con brutalidad.
—¡Hey! —Me quejo, y puedo escuchar un bufido de molestia proveniente del remisero.
—Sabes que es uno de los exámenes finales y no puedes reprobarlo, ¿Cierto?
—Sí, claro madre...
Pongo los ojos en blanco y bajo del remís unas cuadras antes de la escuela.
Empiezo a caminar los metros que me faltan para llegar al Instituto. Siempre hago esto: Me avergüenza que mi madre me traiga a la escuela, principalmente, porque ya tengo dieciséis años.
Veo a lo lejos una cabeza rubia y, al instante, sé quién es. Me acerco rápidamente.
—¡Hola Juli!
Ambos chocamos los cinco.
—Hola, In —Me dice sonriendo.
—¿Cómo estás?
—Bueno... El examen de hoy... Si lo repruebo, tendré que venir en las vacaciones de verano
—Yo tampoco estudié, pero creo que recuerdo algunas cosas. Te ayudaré. Y si es necesario, construiré una playa artificial en el salón de clases. No pienso cancelar todos los planes que organizamos
Julián ríe y pasa uno de sus brazos sobre mis hombros.
—Te quiero, In...
—Yo también, Juli, yo también
Caminamos las cuadras que nos faltan para llegar a la escuela mientras hablamos de cosas triviales. En la entrada, saludo a mis amigos, entre ellos Javier.
Comienza a hablarme emocionado sobre su última adquisición.
—¡Eh, Íngrid! Me compré el LandHorror 6
—¡Genial! ¿Ya lo has probado?
—Hoy, cuando regrese a casa, quizás empiece
Javier comienza a hablar con otros chicos de nuestra división.
—¿En serio es tan bueno el LandHorror? —Me pregunta Juli, que seguía a mi lado.
—Pf, claro, es la mejor saga de videojuegos de la historia. Tienes zombies, acción.. ¿Qué más puedes pedir? No tienes infancia, Julián
—¡Ni siquiera es tan famoso!
—Sí que lo es, y ni siquiera has jugado al primero
Ambos reímos mientras entramos a la escuela.

Antes de Educación Física y Geografía, tenemos clases de Matemáticas. Como es costumbre, estoy muriendo de aburrimiento al igual que Julián, que está sentado a mi izquierda.
Muevo un lápiz con los dedos, de un lado hacia el otro. Nunca entendí Matemáticas, y no pienso esforzarme por hacerlo ahora: Es como si me hablaran en chino cantonés... Bueno, probablemente se me daría mejor el chino cantonés que tantos números y fórmulas.
—Esperen un segundo. Irene quiere que vea y firme unos papeles. Resuelvan los ejercicios que escribí en la pizarra hasta que regrese —Anuncia la profesora Brunett, mientras ordena unos libros en su escritorio para, acto seguido, salir por la puerta del salón.
Por ley, nadie le hace caso: El alboroto comienza, al igual que los papeles volando por los aires de la división, y las voces que hablan sin parar.
—Lo único que me gusta de Irene es su habilidad para interrumpir a los profesores —Le digo a Julián. Él ríe.
—No es tan mala preceptora...
Arqueo una ceja.
—Bueno, Ariana era mejor
Escuchamos ruidosas carcajadas provenientes de la parte trasera del salón. Al rededor de una mesa, se encuentra un gran grupo de personas: Javier, Anabel, Franco, Mauro, Alejandro y Agustín.
Anabel es la otra mejor amiga de Julián. Ellos son como uña y carne desde los ocho años y se quieren muchísimo. Nunca la he entendido del todo bien. Al principio teníamos una buena relación, pero con el paso del tiempo, empezó a nacer en ella una aversión hacia mí sin motivo aparente: Miradas de repulsa, contestaciones secas, entre otras cosas. Julián intento preguntarle qué pasó, pero siempre se las ingenia para evadirlo y no responder.
Franco... Mierda, no debería mirar a Franco.
Con todos los demás del grupo, por suerte, tengo buena relación.
Se puede escuchar, incluso a la distancia, su tema de conversación.
—No puedo esperar más para ver la nueva temporada de Zombies Al Amanecer —Comenta Javier —Dicen que van a agregar a Rayden Cloo, un personaje del cómic
Julián y yo nos miramos.
—¿Javier es un loco de los zombies o qué? —Me pregunta Juli.
—Si vieras Zombies Al Amanecer, lo entenderías
—Tú no hablas todo el día de eso y también te gustan ¿O es que tienes tu psicofanatismo encubierto?
Me río.
—Qué imbécil. En serio, tienes que adentrarte en el maravilloso "zombiemundo" —Hago comillas con los dedos.
—El "zombiemundo" —Imita el gesto —Es una moda. Además, ya probé algunos juegos de zombies
—Ese juego que lanzaron hace dos años sobre zombies súper héroes no cuenta ¡Era un juego para bebés, Julián!
—¡Es que los demás me dan asco!
—¿Asco o miedo? Ya habrá un apocalipsis zombie de verdad y no sabrás qué hacer... —Sigo molestándolo en broma.
Entonces, la profesora Brunett entra al salón, y esta vez nos explica reglas algebraicas.
Golpean la puerta ¿Quién podría ser? La profesora acaba de regresar.
En realidad, más que golpes, parecería que... Que alguien estuviera chocándose contra la puerta. Y... Y eso otro.. ¿Son gruñidos?
Finalmente, Brunett se acerca a la puerta, y al abrirla... Todos dejamos de entender lo que estaba pasando.
Un... Un ser humano raro... Bastante parecido a los zombies de ficción.. ¡Se está comiendo viva a la profesora! Ella grita en agonía.
¡¿Qué hacemos?!

REFERENCIAS.
1. Es un servicio de transporte privado usado en Argentina, Paraguay, Uruguay y recientemente también en Bolivia. Es un automóvil con un conductor (denominado remisero) que se alquila para llevar pasajeros.

Cuando El Apocalipsis Empieza (Masacre Mundial 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora