Lo echo de menos

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-¡¡No!! Por favor papi, no dejes que se vaya.- Le pedí llorando a mi padre.
Mi padre me miro con cara de pena.
-Hija, cuando seas mayor lo entenderás. El tío Jeremy tiene un trabajo nuevo y tienen que irse a Irlanda.- Me intentó explicar; cosa que no sirvió de mucho, ya que yo era una niña de 8 años.
-Pero papi, ¡¡dile al tío que Harry se queda con nosotros!!
-Hija, él está mejor con sus padres. Les necesita para que le cuiden y le cuenten cuentos por las noches...- Me dijo acariciándome la cabeza.
-¡Yo le cuido! Le puedo contar cuentos, ¡¡que ya me sé el de Blancanieves casi de memoria!!
-Ah, ¿si?
-Si.
-¿Me lo cuentas?- Me pidió
-Pues una chica muy guapa se comió en un castillo muy lejano una manzana hace mucho, mucho tiempo y se hizo amiga de siete bebés... y... y... un chico con el pelo rizado y los ojos verdes le da un besito en la boca. - Saqué morros.- Así. Y pues la chica se "desmuere". ¡Ah! Porque esque estaba muerta porque en la manzana había un gusano.- Le conté todo lo que me sabía.
-Con que un gusano, ¿eeh?
-Sii.- Afirmé orgullosa de mi misma.
-Bueno, pero yo creo que al primo Harry le gusta más el de Nemo.
-Joo. Entonces... ¿de verdad que se tiene que ir?- Pregunté.
-Sí cariño, sí. Pero volveremos a verle, tu no te preocupes, en menos de lo que piensas volveréis a estar juntos.
-Vale papi...- Terminé cediendo, no demasiado segura.

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-Papi quiero que vuelva- Insistí llorando.
-Pero si solo ha pasado un dia...- Me dijo mi padre acariciándome el pelo.
-Pero joliin, yo le quiero mucho, y encima quiero que me haga cupcakes...
Harry tenía 11 años y era el mejor haciendo cupcakes. Le había enseñado mi tía, Anne. Harry siempre me traía una en la que aparecía mi nombre escrito con pepitas de chocolate.

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4 años después.

-Papá... hoy viene el primo Harry, ¿no?
-Si, prepárate que llegarán en media hora.
-¿¿¿MEDIA HORA??? Voy, voy- Me cambié a todo correr.

Hacía bastante tiempo que no veía al primo Harry.Él ya tenía 15 años y yo 12,pero me daba igual. Lo pasábamos igual de bien que cuando éramos más pequeños. Cada vez pasaba más tiempo entre las veces que nos veíamos. Llegamos a estar dos años sin vernos. ¡Ni en navidades! Pero bueno, dice mi padre que dentro de poco lo vería más a menudo.

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2 años y medio después.

Esa fue la última vez que lo vi. Han pasado dos años y medio más o menos, y yo voy perdiendo la esperanza de volver a ver a mi primo. Pero sinceramente, mejor así. Cada vez que nos tenemos que despedir es una tortura. Ya no les veo ni en mi cumple, ni en navidades, ni nada. Me mandan cartas, eso sí. También me mandan regalos, pero aparte de eso, no tenemos ningún contacto.

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3 años y medio después.

Sábado, 5 de diciembre (9:00 a.m.).

Mi padre me despertó cantandome un bonito y afinado "cumpleaños feliz". A decir verdad, no me habría acordado de que era mi cumpleaños de no ser por Nerea (mi mejor amiga) y Finn (mi novio), que desde la semana pasada no paraban de preguntarme a ver si estaba nerviosa.
Me lavé la cara y bajé a la sala a desayunar. Leche calentita con cereales. Mi padre trajo muchos paquetes; eran mis regalos. Automáticamente fui a darle besos.

-Venga, mira que hay dentro.

Yo sabía que entre esos regalos, estaba el bolso que me quedé admirando media hora cuando iba con él por la calle. Empecé a abrir los paquetes uno por uno:
1. Perfume Good Girl.
2. Mini falda de lunares (preciosa).
3. Tacones negros (debí haberlo supuesto...el otro día llegó con la caja)

Estaba flipando.

-Ay papi, ¡¡¡teee quieroooo!!!
Aunque entre los regalos no estuviese el bolso que quería, me daba igual. Mi padre era el mejor del mundo. Me encantaba todo.
-Espera...y ahora...-se fue un momento y vino con un precioso bolso de Louis Vuitton. Yo abrí mucho los ojos.

<«Creo que estoy en el cielo.»

-¡¡¡PAPÁ!!!, ¡eres el mejoooor!- Cogí el bolso y lo deposité con cuidado en el sofá. Abracé a mi padre como si la vida me fuese en ello.- Te quiero.
-Y yo a ti, hija.

Oí un sonido raro.

-Papá, ¿has sido tú?- Le pregunté.
-¿Yo? ¡Uy! ¿Qué es eso que sale del bolso?

Miré el bolso extrañada y me percaté de que un cachorrito asomaba la cabeza con dificultad, ya que al parecer, no llegaba al borde del bolso.
-¡No! ¡¡¡No puede ser!!! - Cogí al perrito. Empecé a llorar.- Papá, tu siempre me decías que no querías animales en casa...
-Lo sé, hija. Pero sé la ilusión que te hacía tener un perrito, asi que...
-Papá, de verdad, no se cómo agradecértelo...
-Tu solo encárgate de él. Paséalo, dale de comer, de beber, y no le quieras más que a mi.- Dijo haciendo un pucherito muy gracioso.
-Papá, en serio, te quiero más que a nada en el mundo.
-¿Más que a tu novio?
-¿Que a Finn? Papá...
-¿Si...?- Contestó gracioso esperando su respuesta.
-Más que a Finn- Le dije sincera.
Y era verdad. Si alguien superaba el amor que tenía por mi padre, tendría que ser una persona demasiado especial. Sólo quería a dos personas tanto como a él; y eran Nerea y Harry, mi primo.
Lo echaba de menos.

Mi primo (Harry Styles) (actualizando...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora