-A levantarse- Le dijo él apenas se comenzaban a correr los rayos del sol.
-¿Qué? Deben ser como las 06:00am, dejame dormir- Dijo ella sin salir de las sábanas. Él le sacó las sábanas.
-Son las 10:00am. Aquí es muy nublado. Ahora bella durmiente, ve a desayunar, debemos ir a buscar agua.
-¿Y qué desayunaremos?
-Solo vístete- Y salió de la habitación. Ella se cambió. Fue un tanto más inteligente y se colocó ropa para el gimnasio. Desayunó un omelete delicioso, y luego salió, donde el capitán ya la estaba esperando.-Bien, vamos- Dijo él comenzando a caminar con tres cubetas vacías.
-¿A dónde vamos?
-Al río.
-¿Y tendré que cargar una de esas cubetas de vuelta?
-A menos que me veas en este instante tres brazos, sí linda, deberás cargar uno.
-¿Tú me ves a mi cara de chica fuerte? Yo no puedo con eso, ni quiero cargarlo. - Él se detuvo y se giró a verla a ella directamente a los ojos, haciendo que ella se sonrojara.
-¿Sabes qué haremos? Iremos a una de esas colinas, te violaré y te mataré, a ver si así te callas.
-¿Es una broma no?- Él giró los ojos.
-Aún no lo decido. Camina.
Llegaron al río. El agua estaba helada. Había un árbol junto al río, y un par de personas que también recogían agua. Él llenó las tres cubetas, tomó dos fácilmente, como si no pesaran nada, y comenzó su viaje de vuelta. Eran unos 400mts al Sur, el lado contrario donde había aterrizado, pero el camino seguí teniendo muchas rocas. Susan levantó la cubeta con ambas manos y comenzó a caminar con dificultad, quejándose todo el camino. Frente a ella iba el capitán riendo en silencio, escuchando los quejidos de Susan. Así fueron durante todos los baldes.
-Realmente lo disfrutas ¿Verdad?- Le preguntó Susan a el capitán algo enojada.
-No todos los días se ven a narcisistas mimadas cargando cubetas de agua.- Dijo él sonriendo sarcásticamente.
-Puede que sea mimada, pero no soy narcisista- Dijo ella- Y eso es porque a las reinas se les mima. - Él rió.
-Para nada eres narcisista, aunque te llames a ti misma reina.
-Se le llama autoestima, ¿Acaso tú no tienes? Porque solo te encargas de destruir la de los demás.
-No la de los demás, su majestad, solo la suya en específico.- Dijo él sonriendo creído.
-Eres un imbécil- Dijo ella vaciando el balde en el pipote.
-Gracias- Dijo él apuntando con la mirada el pipote ya lleno.- No eres tan mala ayudante. Me hubiese tomado unos tres viajes más. No tendrá que volver a transportar agua, su majestad. - Él hizo una reverencia y entró a la casa. Ella se sonrojó.
-¿Qué se te ofrece para el almuerzo?- Gritó desde la cocina él.-Sorpréndeme- Dijo ella. Y así lo hizo. Preparó cordero, uno que compró a uno de los pueblerinos, y le quedó perfectamente tierno y delicioso, con un guiso de guisantes bayos y algunas arepas. Ambos se sentaron a comer. Hubo un silencio algo incómodo por unos minutos.
-Y... ¿Desde cuándo te dedicas a ser guía?- Preguntó ella rompiendo el silencio.
-Desde que conocí toda Italia- Respondió él- Siempre fue mi sueño darle a conocer a los visitantes la belleza de Italia.
-¿Y desde cuándo la recorres?- Él sonrió.
-Desde los 14 años.
-¿Y te...
-¿Siempre haces tantas preguntas?- Dijo él sonriendo. Ella calló y se cruzó de brazos. Él comenzó a contar los segundos de silencio con los dedos viendo el techo.
-Bien, continúa.-¿Te dejaban viajar desde tan temprana edad?
-Escapé del orfanato a esa edad, y me dediqué a eso.
-Oh, lo siento.- Dijo ella algo avergonzada.
-Tranquila majestad- Dijo sonriendo y picándole el ojo- No hay nada que lamentar. Me pagan bien, conozco toda Italia y parte del mundo. No la he pasado nada mal. - Ella sonrió.
-Bien, ahora cuéntame tú de ti.-¿Cómo qué?
-¿Qué hace una chica de Pent House en un pueblucho de Italia?
-Trabajo.- Respondió ella.
-¿Y de qué trabajas?
-Soy escritora.- Él sonrió.
-Quién lo diría. Bueno, has de ser muy buena si te han pagado todo para venir hasta acá. -Ella sonrió creída- Oh no, su ego aumenta, mejor me alejo antes de que explote. -Dijo él tomando los platos. Ella mofó.
-Callate ¿Sí?
-No me preguntes nada y ni te enterarás que voy contigo.
-Está bien- Dijo ella. Pasaron unos 20 segundos. - ¿Y dónde vives?- El volteó los ojos y suspiró mientras fregaba los platos.
-¿Dónde no?- Respondió él.
-En Venezuela. Te encantaría ir allá.
-No tengo buena experiencia con Venezuela.
-¿Por qué?-Preguntó ella confundida.
-Solo no la tengo.-Dijo él serio.
-Vamos, dim...- Y él se retiró, sin decirle ni una palabra más- ¡Eres un grosero!
-Como diga su majestad- Gritó él desde la puerta.
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La Reina y el Capitán (Nueva Versión)
AcakSusan Janett es una mujer muy atareada. Ya con 26 años, a pesar de vivir felizmente comprometida, es complicado mantener una relación con tanto trabajo. Sin embargo, le va a tocar más, pero algo mucho mayor: Viajar a Italia. Allá deberá aprender muc...