Al escribir, trato de superar el simple berrinche, la mera regurgitación emocional apalancada en una metáfora que la hace parecer literatura. Escribir es más que eso, es un acto de significación y resignificación, es un acto de descubrimiento, de acercamiento a la ubicuidad en cada rincón de sí mismo.
Para mí, al menos, escribir es la única forma de entenderme y de plantar tregua conmigo mismo. En ese sentido escribir, es señal de que hay guerra, de que existe una disputa lo bastante fuerte para empujarme al escritorio.
Hoy, después de tanto tiempo, he descubierto que ya no escribo porque ya no estás. Y quise saber qué significa eso. Quizá eras mi guerra, y te sobreviví. O quizá eras mi tregua y ahora que la guerra terminó, ya no te necesito.
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Una y mil veces
Short StoryTextos esporádicos y repetitivos, como un diario suprapersonal, extrapolación de las personas en mí. Cosas escritas en cualquier parte, a mitad de una clase, en el autobus. La misma cosa dicha una y mil veces de forma distinta.