LÉSBICO

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  No me sentía feliz conmigo misma;
desde pequeña yo sabía
que igual a las demás no sería. 

Con pensamientos de mi madre por un lado
y los de mi padre por el otro costado,
sentí que, como yo quería
no se vivía;
que no debía pensar en ser diferente,
que yo era corriente. 

Así que, engatusada por la irrealidad
de lo que era... yo no era,
de lo que yo quería,
de lo que yo sentía
no era correcto ni para la sociedad,
ni para mis papás,
lamentablemente por estos me dejé llevar. 

Tarde me di cuenta,
que en el error yo había pecado
y comprendí al fin porque no amaba,
porque yo por ellos no lloraba:

Mi corazón a una mujer pertenecía.  

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