Ángelus corría sin rumbo, estaba cansada y desorientada, se tropezaba varias veces y estaba sangrando. Tenía que seguir corriendo, pero sus piernas ya no daban para mas y sus pulmones ardían como si el fuego los estuviera derritiendo. Llevaba horas así, no entendía de quién huya ni porque lo hacía, sólo sabía que debía hacerlo y que no podía detenerse. Se detuvo de pronto al verse atrapada por un risco, no supo porque y tampoco quiso entenderlo, pero saltó.
Ángelus abrió los ojos de golpe, encontrándose con una escena muy caótica. El auto que la estaba transportando a un lugar seguro lejos del campamento se había estrellado contra un imponente pino, quedando seguramente inservible y con la parte delantera destruido. La cabeza del conductor yacía sobre el volante, había mucha sangre en ella, sangre que escurría por su cuello; Ángelus intentó despertar al joven, pero se dio cuenta que lo que hiciera sería inútil ya que esa persona tenia un agujero en la cabeza seguramente causado por un disparo. Se resignó, nada se puede hacer por un muerto al final, se sacó el cinturón de seguridad y notó que el vidrio de lado del conductor estaba roto.
Intentó salirse del vehículo por la puerta, pero por mas fuerza que hizo no pudo abrirla. Cambió rápidamente de plan, pateando el vidrio de la ventanilla y rompiéndolo para poder salir finalmente de ese vehículo. Ya afuera se sintió un poco confundida, puesto que no recordaba nada de lo que había pasado desde el momento en que Henry transformado en lobo le dijo que se escapará. Era cómo si hubiera una negrura en su mente, pero no le dio mucha importancia ya que al final esas lagunas eran habituales, en especial si se trataba de su pasado o si se había desmayado cómo al parecer lo estaba.
Caminó por el bosque con poca prisa y de manera sigilosa, con su arma en mano por el caso de que se encontrará con un Vigilante. El bosque de los rosales, tenía el mismo empalagoso olor que Rose City, pero mismo así no difería en lo absoluto al bosque dorado. Los mismos árboles gigantes que parecían no tener fin, el mismo verde teñía el lugar y las flores silvestres crecían por doquier cómo allá.
En ese momento no entendió como pudo percibir la presencia de alguien siguiéndola, alguien piso alguna astilla y la rompió seguramente. Ángelus reaccionó entonces con mucha rapidez, apuntando su arma a lo que fuera que la siguiera y sin dudar en disparar. Eric tenía los ojos como platos por la sorpresa, afortunadamente la bala siquiera lo rozó y en vez de eso agujereo un árbol que estaba muy cerca de su rostro.
—Eric…— Logró pronunciar la chica, parecía muy confundida por verlo— Lo siento, pensé que era un Vigilante…
—¿No…? Te cuento que no me había dado cuenta— Comenzó Eric aún un poco asustado por casi haber llevado un tiro— ¿Estás sola?— Preguntó al no ver nadie más con la niña.
—Si… Fuimos atacados, sólo yo sobreviví o al menos eso creo, tal vez alguien huyó…— Dijo la chica intentando recordar si había más de dos personas en aquél auto, pero no había ningún recuerdo de ello.
—Ya veo…— Dijo el mayor, mirándola con cierta confusión— Me atacaron igualmente, pero sólo nos separamos— Comentó Eric, deseando que sus acompañantes estuvieran bien— Por ahora debemos encontrar un lugar para refugiarnos, de seguro siguen rodeando el bosque— Dicho eso ambos se pusieron en marcha.
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Los ojos de Katrine se abrieron con lentitud y pesadez, vio cómo un pajarillo que había estado merodeando la ventanilla del auto alzaba el vuelo. Un agudo dolor de cabeza hizo que acariciara su frente, al mirarse las manos tras hacerlo notó que estás estaban coloreadas con un tono carmesí, tardó unos instantes en entender que eso era sangre ¡Su sangre! Esperó a despertarse completamente para poder avaluar su situación con menos desconcierto.
El auto se había caído por un risco, por suerte no se había volcado y podría salir sin dificultades, pero al intentar levantarse tras desabrochar el cinturón de seguridad se dio cuenta de un agudo dolor en la pierna izquierda. Se revisó cómo pudo, un pedazo de vidrio la había perforado, se angustió por unos segundos, pero retiro el pedazo de vidrio con su magia. Intentó curarse la herida, pero al no tener mucha habilidad con magia de sanación no le sirvió de nada, igualmente se esforzó de manera sobrehumana para retirarse del auto y lo único que logró fue caerse fuera de este.
Soltó un alarido de dolor, pero vio la forma de levantarse a cómo de lugar buscando el apoyo de un árbol. Se sentía frustrada, pero a pesar del dolor vio la forma de seguir avanzando, iba tambaleándose y sentía a su vista nublarse, pero necesitaba irse y buscar a los demás.
—Katrine— Escuchó a lo lejos o al menos pensó que estaba lejos, reconoció la voz de inmediato, pero antes de poder volcarse a ver el dueño de la voz cayo dura en el piso.
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Alchemist: Angel #CarrotAwards
Roman pour Adolescents«- ¡Pruebame, Ángelus! Preguntate a ti misma "¿Que eres?" Y pruebame que eres la maga más poderosa que existe.» En el año 4056, el mundo terminó casi enteramente desértico gracias a las devastadoras catrastrofes naturales y las guerras nucleares, el...