Capitulo 6

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Al día siguiente todo transcurrió normal, desayune junto a los demás y luego Salí a caminar un rato, el día estaba un poco nublado y me encantaba, días como este eran perfectos para mí.

Decidí ir al área donde estaba la piscina, se había convertido en uno de mis lugares favoritos en estos 2 escasos días que tenía aquí. Me sorprendió ver a Luciano nuevamente pero esta vez estaba conversando con otro chico, bastante alto también, de cabello oscuro, muy simpático a decir verdad, no quise interrumpir y regrese a la casa, esta vez quería conocer un poco más cada rincón de ella, camine por cada sala observando las fotos, la decoración, había un pasillo con 2 puertas donde habían varias fotos de Luciano cuando era pequeño, se veía tan tierno y sonreía en cada foto, era el niño más bello que había visto en mi vida, y no estaba exagerando.

Me detuve a mirar una foto en específico donde él tenía más o menos 17 años, salía con una chica muy linda, ¿Seria alguna novia suya?... pero alguien me interrumpió –Te puedo ayudar en algo?- Era él. Me había tomado por sorpresa su presencia, al voltear me encontré con 2 gemas azules que esperaban una respuesta.

-Me asustaste! No, que... quería conocer un poco y no sé cómo llegue hasta aquí, es muy grande la casa y este pasillo queda un poco retirado.- su cara no se veía muy convencida aunque era la verdad. –y tú que haces por aquí?- dije mientras seguía recorriendo cada una de las fotos.

-mmm...ese es mi cuarto de oficina.- respondió el. –Si? Ahh. Disculpa no sabía, pensaras que te estoy siguiendo- sonreí, mis nervios comenzaban a calmarse.

-Tu mamá te estaba buscando hace rato, me pregunto por ti, le dije que te había visto en el área de la piscina y creo que fue hasta allá –dijo Luciano. Su voz estaba un poco más ronca y no me había fijado pero tenía el cabello mojado, me acerque y sin pensarlo lo toque con una de mis manos... -Tienes el cabello mojado- no me había percatado de lo cerca que estaba. El abrió sus labios como si quisiera decir algo.

-Si... está lloviendo- su rostro no tenía expresión alguna, tenía sus ojos encima de los míos. Creo que ahí fue cuando reaccione y me aleje dando un paso largo hacia atrás. En ese momento se escuchó un relámpago muy fuerte e hizo que suspirara profundo. No me gustaban.

Lo volví a mirar -Bueno creo que baj... -Te dan miedo? Dijo frunciendo el ceño.

-No me dan miedo... solo no me gustan- y en ese preciso momento se fue la luz, vaya suerte tenía yo. –La oscuridad tampoco me gusta...- dije mientras hacia el intento de moverme de mi sitio y buscarlo, sentir que estaba con alguien me daba seguridad.

Sentí una risa ahogada, ¿Él se estaba riendo de mí?. –Aquí estoy- me dijo. Y toque su pecho... todo estaba muy oscuro. Mi tacto hizo que se tensara...

-Creo que fue mala idea venir hasta acá.- dije riendo.

-Ni tan mala...- dijo con su voz ronca.

-Créeme que no estoy disfrutando la ausencia de luz, y en una casa que no conozco menos.- una de sus manos subió a mi cintura, tanta cercanía me ponía los nervios de punta, sentí como mi corazón comenzó a latir más fuerte, deseaba que no se diera cuenta, sería muy vergonzoso aunque tenía la excusa perfecta, la falta de luz y los relámpagos me ponían así. Él no decía nada y ese silencio me estaba delatando, hacía que cualquier mínimo ruido se escuchara. –No creo llegar sola hasta mi habitación, ¿Me podrías acompañar?.- dije rompiendo el silencio.

-Claro- y fue bajando su mano hasta dejar de sentir por completo su tacto, quería decirle que lo volviera a hacer! Que mientras su mano me tocaba me sentía segura.

Un Océano en su MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora