Enciende un cigarrillo, aspira lentamente achinando a los ojos para evitar que el humo le lastime y exhala con calma. Sus manos se encuentran recargadas sobre el barandal. Tiene a su merced una vista alejada de la cuidad, la estudia mientras varias escenas vienen a su mente. Niega en repetidas ocasiones al recordar la primera vez que la vio, el enamoramiento, ese momento cuando pensó que sería eterno y el decline de todo. Sabe perfectamente que es observado con lastima por sus allegados. Esos que vieron de cerca los momentos donde los dos eran felices y el instante cuando dejaron de serlo. El creía que ella entendía que las noches de desvelo, la apretada agenda, los viajes, las grandes masas que tenía a su merced, era lo que amaba y ella decía no tener problema con ello.Lo que te hace feliz a mi me hace feliz -Le dijo una vez.
Todavía recuerda la noche en la que cruzó el umbral del espacio que compartían, había un globo flotando patéticamente, velas que parecían haberse estado consumiendo por horas. Sintió vergüenza al ver su cuerpo derrotado por el sueño. Pidió perdón quedamente y ella solamente sonrió con ese gesto que el tanto amaba.
Habrá tiempo para recuperar lo perdido –Respondió soñolienta.
Se convirtió en su motor, estuvo para ella en momentos difíciles. Era capaz de dar lo que fuese necesario solo por verla sonreír. Estaba profundamente enamorado y era correspondido. Las cenas románticas, las risas ante sus movimientos nulos al compás de la música, a pesar de que el vivía por crearla. Las conversaciones eternas y sus planes a futuro. Se sentía completo cada vez que una puesta de sol los acompañaba en esos paseos vespertinos siendo acompañado por su pequeña familia. Amaba hacerle el amor y terminar mirándola a los ojos. No podía ocultarle a nadie que la amaba.
Aun recuerda verla al entrar a la cocina, recargada frente al ordenador tratando de ponerse al tanto con el trabajo. Al menos eso pensaba, cuando miró fijamente la pantalla un semblante de fastidio inundó sus facciones. El le pidió que no se preocupara y entendiera en lo que estaba metido. El pasaba noches en vela, su mente estaba firmemente enfocada en crear sonidos para convertirlos en melodías. La invitaba a sentarse y se las presumía como sus mas grandes logros.
Ojalá yo fuese una de ellas y puedas hacer lo mismo conmigo –La observó levantarse con decisión para dejarlo solo en aquella habitación.
Vienen a su memoria las discusiones. Ella nunca perdía, era capaz de pedir perdón aunque no tuviese la culpa. ¿Acaso ella no entendía lo que significaba para el? En una ocasión el se lo había peguntado en un grito, un intento desesperado por detener una discusión que no tenía ni pies ni cabeza. El le demostró hastío cuando le reprimió que se sentía abandonada, ya que el no sería capaz de hacerlo. Sus pensamientos estaban enfocados en un solo propósito: Hacerla feliz. Y eso fue lo que hizo.
El la admiró con un rostro lleno de emoción cuando firmó aquel papel que los uniría en un lazo mas profundo imaginando que sería eterno. En su época de adolescente había jurado no hacerlo, pero ahí estaba ella, que con sus demostraciones de amor lo había hecho cambiar de opinión. El se sentía decidido en demostrar que su mundo giraba entorno a ella.
Ella volvió a exigir su lugar cuando estudió con recelo la apretada agenda que a el se le venía venir. Por milésima vez el le dijo que era lo que amaba hacer, también le suplicó que la necesitaba de su lado para poder soportarlo. Los diferentes husos horarios, las celebraciones postergadas y video llamadas rutinarias los fueron consumiendo. Los largos tonos de llamada seguidos por su dulce voz que le invitaba a dejar un mensaje, se habían vuelto en la única manera para poder escucharla. Recuerda llegar cansado después de horas arriba de un avión, la casa se sentía vacía sin su presencia, pero ahí estaban sus pequeños, los cuales lo pudieron reconfortar un poco. El simplemente se fue a la cama desilusionado por no encontrarla en casa.
El estaba decidido que seguiría haciendo las cosas por ella, enfrascándose de nuevo en crear mas música. Ella tenía esa actitud fría que tanto le irritaba. Sin darse cuenta las discusiones se volvieron en su única manera de comunicarse. La estaba perdiendo. Cada mañana que abría los ojos, ella ya no se encontraba a su lado y si se encontraban, ella despertaba sin dedicarle palabra y se perdía por ahí con la mínima intención de recuperar el tiempo perdido como una vez le había dicho. Estaba distante y fría. Ya no habían temas de conversación, simplemente no era lo mismo.
Lo que te hace feliz, ya no me hace feliz –Escuchó el alarido salir desgarrado de su garganta.
No supo que responder, simplemente se quedó estático al ver como tomaba sus cosas para abandonar el espacio que compartían juntos. El le pidió solucionarlo, el le ofreció que cambiaría, aunque no tuviera la mas mínima idea de lo que tenía que cambiar. Estaba dispuesto a perder por milésima vez una discusión. Ella simplemente pidió tiempo, el se lo dio sin pensarlo. Si eso la haría regresar, sería capaz de soportarlo.
La imagen mas nítida en su memoria pero la mas dolorosa se hace presente. Ella lo mira fijamente con lagrimas en los ojos. Después de haberla escuchado hablar con alguien con misma dulzura como cuando lo hacía cuando eran felices.
No puedo con esto y me he enamorado, me hace sentir viva y principalmente amada- dice con voz entrecortada.
Aun puede recordar como se despertaron cada uno de sus poros al escucharla.
El cigarro se ha consumido, se siente vacío sin ella. "Ya pasará, no eres ni el primero ni el ultimo" Esa frase lo tenía mareado, le causaba rabia. El que no estuviera a su lado, le causaba rabia. Pero el que ella ya estuviera con otro, le enfurecía. Se había convertido en un hombre distante en cuestión de semanas, no sonreía, no podía disimular su dolor.
Se sienta en la terraza donde solían compartir pláticas eternas. Toma el sobre que se encuentra sobre la mesa de mármol, tomael bolígrafo que había dejado previamente antes de fumar aquel cigarrillo. Con mano temblorosa y un garabato errático pero decidido, ve por culminado lo que creyó que sería eterno. Diferencias irreconciliables. Con eso le ponía fin a lo mejor y a lo peor que le había pasado en su vida: Ella.
N/A
Amar es cuando uno mismo da mas de lo que puede dar. Haces sacrificios por ser feliz. Cuando amas, haces todo lo posible porque sea eterno. Sin embargo, todos somos diferentes. Creemos hacer lo correcto y terminamos lacerados. La rutina diaria nos consume, nos apaga, nos arrastra. A veces nos enfocamos solamente en la felicidad que olvidamos de equilibrar y dejamos de ser nosotros mismos. Pero el amor siempre nos rodea, aunque no creamos en ello.Esto se me ocurrió después de una discusión. La falta de tiempo y las exigencias laborales me hicieron fallarle. Pero al final somos el y yo. Como mejores amigos, nos valoramos, nos preocupamos y nos respetamos. Tanto, que a pesar de caer en lo rutinario, evitamos pensar que es así y vivir el día a día porque así funcionamos. Principalmente, no nos damos por vencidos. Nos apoyamos siempre y prácticamente no podemos vivir el uno sin el otro. Somos bastante afortunados. Pero me puse a pensar... ¿Que sucede cuando uno flaquea? y al final esto salió. No hay víctimas ni culpables, así funcionan las relaciones. Mas allá de que sea un chisme o que no nos conste en lo absoluto, tengo un matrimonio feliz donde sé que estos problemas existen. Lo único es nunca dejarse vencer.
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Diferencias Irreconciliables
General FictionCon eso le ponía fin a lo mejor y a lo peor que le había pasado en su vida: Ella.