Ya era media noche, algunos invitados ya se despedían y la mansión se quedaba poco a poco más vacía. A las dos de la madrugada Gion, Nathan y Chris se despidieron, a las dos y media llego tío Ron mirando con resentimiento la casa de los Malfoy.
- Malfoy –dijo dando una mueca de saludo.
- Weasly –dijo el señor Malfoy.
- Bueno, despídete Al –dijo tío Ron tomando la mano de Rose que se había pasado de tragos.
- Hasta luego señor Malfoy –dije con una suave sonrisa.
- ¿Pero cómo? –dijo la señora Malfoy -¿No se supone que te quedarías a dormir?
- ¿Disculpe? –dije sin entender.
- ¡Faltaba más muchacho! –dijo la señora Malfoy acercándose a nosotros –Por supuesto que te quedaras... ¡Scopius está muy ilusionado!
Mire a mi tío con un ligera sonrisa, el entendió y comenzó a caminar con una Rose borracha. Mire a la señora Malfoy que ahora estaba mucho más delgada, tenía unas fuertes ojeras aunque tratara de cubrirlas con maquillaje y parecía sudar frio.
- ¿Conde estará Scorpius? –dijo la señora Malfoy al notar que la examinaba -¡Oh! Ya lo vi, ¡Scorp!
Scorpius miro desde lejos a su madre, ella camino unos cuantos pasos y luego se tambaleo, se detuvo unos momentos, vi como caía al piso, me apresure y alcance a evitar que su cabeza se golpeara. Las pocas personas que quedaban en la mansión se apresuraron a ver que sucedía.
- Lamento decir que mi esposa no se siente del todo bien –dijo Malfoy con su tono diplomático –Por lo tanto he de pedir que todos desalojen la mansión, los sirvientes los estarán escoltando. Gracias por asistir que tengan linda noche.
Llegaron varios sirvientes que despacharon rápidamente a los demás invitados, dejando a Scorpius, el señor Malfoy, la señora Malfoy inconsciente y yo en el salón donde se había dado la fiesta.
- Llamen a un sanador–dijo el señor Malfoy con la mirada algo nublada, seguía igual de serio y con la misma cara que parecía haber sido esculpida en piedra, pero se notaba realmente preocupado.
En poco llego el sanador, llevaron a la señora Malfoy a un cuarto colmado de aparatos que seguramente ni San Mugo tenia. Pasaron a la señora Malfoy a una camilla y el sanador comenzó a hacerle su chequeo. Scorpius me miro a los ojos completamente asustado, extendí mi brazo y rodee sus hombros con él, tratando de darle apoyo. Él se acercó más a mí y acepto mi protección. El gran Scorpius Malfoy estaba asustado de ver como a su madre jadeante el sanador le daba pociones y recitaba algunos hechizos pero no sucedía nada.
- Lo siento señor Malfoy –dijo el sanador después de un largo rato –Yo... no he podido hacer nada más que tratar de estabilizarla, en estos momentos ya se encuentra mejor. Pero he de decirle, la señora Malfoy... no creo que sobreviva a esta noche.
Mire a Scorpius se tapó la boca y apretó fuertemente la mandíbula, me miro buscando consuelo y yo solo atine en apretarlo más fuerte contra a mí. El sanador se fue, dejando a la señora Malfoy que parecía sufrir un terrible dolor.
- ¡Me dijiste que no era nada grave! –dijo Scorpius recriminándole a su padre -¿Una gripe? ¡¿Qué clase de gripe me podría quitar a mamá?!
- Ninguna –dijo el padre de Scorpius tratando de calmarse –Porque no está sucediendo nada Scorpius, solo es un sanador incompetente.
- ¡Eso es una excusa! –dijo Scorpius sin alejarse de mi lado -¿Incompetente? ¡Es el sanador de la familia! No es ningún idiota. ¿Qué le sucede a mamá?
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Solo cambiemos de rumbo
RomanceÉl en definitiva era mi perdición, sus ojos plata y personalidad afilada me traían completamente loco. Lo sabía desde aquel momento en que conocimos en el tren, sabía que Scorpius Malfoy sería el único que podría adorar con una sola sílaba dada...