Capítulo 11 - Brusco despertar.

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-¿Tienes miedo? -Preguntó Louis. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado, su pelo castaño se despeinó por una brisa suave.

Estaba agarrado de la mano de Harry y mientras apretaba firmemente alrededor de su cintura, fue lo más suave y ligero como seda. Sus dedos se colocaban detrás de su desnudo cuello.

¿Estaba asustado? Por supuesto que no. Él estaba con Louis. Por fin. En sus brazos. La cuestión más cierta que estaba tirando en la parte posterior de su mente. ¿Debería tener miedo? Harry no podía estar seguro. Él ni siquiera sabía dónde estaba.

Se podía oler la lluvia en el aire, muy cerca. Pero tanto él como Louis estaban secos. Podía sentir un vestido largo blanco que fluía hasta sus tobillos. Sólo hubo un poco de luz del día. Harry sintió una puñalada por a ver perdido la puesta de sol, como si no hubiera nada que pudiera hacer para impedirlo. De alguna manera sabía que estos rayos de luz final eran tan preciosos como las últimas gotas de miel en el frasco.

-¿Te quedarás conmigo? -Preguntó. Su voz era lo más ligero de susurro, casi anulado por un gemido de un trueno. Una ráfaga de viento se arremolinaba alrededor de ellos, el cepillado del pelo de Harry en sus ojos, Louis se cruzó de brazos con más fuerza a su alrededor, hasta que pudo respirar el aliento, el olor de su piel sobre la suya.

-Para siempre -respondió en voz baja. El dulce sonido de su voz llenó a Harry.

Hubo un pequeño arañazo en el lado izquierdo de su frente, pero se le olvidó como Louis le tomó la mejilla y lo llevó más cerca de la cara. Echó la cabeza hacia atrás y sintió la totalidad de su cuerpo ir con holgura las expectativas.

Al fin, al fin, sus labios cayeron sobre las de Harry con una urgencia que lo dejó sin aliento. Lo besó como si Harry le pertenecía a él, con tanta naturalidad como si fuera una perdida hace mucho tiempo parte de él que al menos podía reclamar.

Entonces la lluvia comenzó a caer. Se empapó sus cabellos, corría por el rostro y en sus bocas. La lluvia era cálida y embriagadora, como los besos sí mismos. Harry alcanzó en la espalda para acercarlo más, y sus manos se deslizaron sobre algo. Pasó una mano sobre Harry, y luego otro, en busca de sus límites, y luego miró la cara brillante pasado de Louis.

Algo se despliega detrás de él.

Alas. Brillante e irisado, superando poco a poco, sin esfuerzo, brillando en la lluvia. Él había visto antes, tal vez, o algo parecido en alguna parte.

-Louis -dijo, jadeando. Las alas consumieron su visión y su mente. Parecían remolino en un millón de colores, lo cual le dolía la cabeza. Harry trató de buscar en otra parte, en otro sitio, pero en todos lados, todo lo que podía ver, además de Louis fueron los rosas y azules infinitos del cielo del atardecer. Hasta que miró hacia abajo y tomó en una última cosa.

El suelo.

Miles de metros debajo de ellos.

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Cuando abrió los ojos, era demasiado brillante, la piel muy seca, y había una división de dolor en la parte posterior de su cabeza. El cielo se había ido y también Louis.

Otro sueño. Sólo que éste lo dejó sentir casi enfermo de deseo. Él estaba en una habitación de paredes blancas. Acostado en una cama de hospital. A su izquierda, una fina cortina de papel había sido arrastrada al otro lado del cuarto, la separa de algo animado en el otro lado.

Harry con cautela tocó el punto débil en la base de su cuello y gimió. Trató de orientarse. Él no sabía dónde estaba, pero tenía una clara sensación de que no estaba en Sword & Cross por más tiempo. Su vestido blanco era ondulante, él le acarició, era una bata de hospital. Podía sentir cada parte de su sueño, todo, y las alas. Habían sido tan reales. El toque de tan aterciopelada y fluida. Tenía el estómago revuelto. Cerraba y abría los puños, híperconsciente de su vacío.

Oscuros - Larry Stylinson.Where stories live. Discover now