- En camino - #Terminada

Capitulo 21: Asuntos pendientes.

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–– Nosotros la invitamos –– dijeron Chary y Zeta al unísono y Gustavo bufó.

Saludamos a su novia, lo hice de manera distante. No culpo a Gus por tener novia, no era que yo esperaría volver y que esté todo como antes, o tal vez en el fondo si, porque lo extrañaba, pero lo que hice tiene sus consecuencias y tengo que dar la cara, la pobre chica no tiene la culpa de mis acciones.

Escuché como sonaban, y ¡por Dios! Habían mejorado bastante, Canción Animal significó un cambio en el grupo y llegó de la mano de la nueva década, los 90's.

Estuve sentada casi todo el ensayo al lado de Paola, súper incómodo.
Terminaron de ensayar y salieron.
Para mi suerte (Ay Vera no seas mala) Paola dijo que se tenía que ir, se fue pero sin antes comerle la boca a Gustavo, el cual se entró a la cabina de grabación a buscar una cosa.

–– ¿y que vas a hacer ahora? –– Preguntó Charly.

–– ¿Vas a hablar con Gus? ––  se unió Zeta.

–– No, me voy a ir a mi casa, al parecer no tengo nada que habar, no me dirigió la palabra en todo el ensayo.

Salimos sin despedirnos de Gus y cada uno se fue por su lado.

Estaba llegando a la esquina y siento que me agarran el brazo. Cuando me di vuelta era Gustavo.

–– ¿te pensar escapar de nuevo? – dijo suave.

–– ¿Que querés?

–– Hablar con vos y que me expliques cierras cosas.

–– ¿Encima te tengo que dar explicaciones?

–– Hablemos Vera, tenemos asuntos pendientes –– dijo con una voz que no conocía, había cambiado un poco su voz será porque ya tiene 31 años.

Acepté y lo invité a mi departamento porque nos quedaba más cerca.
Nos sentamos en los sillones del mini living.

–– Acá estamos – dije con cierto nerviosismo en mi voz, hace cuatro años que no lo tenía tan cerca. –– ¿qué querés hablar?

–– De nosotros – me miró.

–– Para Gustavo – lo interrumpí. – no hay ningún nosotros, vos... – suspiré - tenés novia.

–– De lo que fuimos entonces. –

–– ¿Que querés saber?

–– ¿Porqué te fuiste?

–– ¿Vos me estás jodiendo?

–– Te estoy preguntando enserio.

–– ¿Te parece que no era suficiente para irme? Leíste algo que me hubiera encantado contarte yo y después mientras yo seguía siendo tu novia te llevaste seguramente a la cama y a la gira a una rubia.

–– No pasó nada con ella, Vera yo había tomado, no recuerdo muy bien, era un boludo

Hubo un silencio incomodoy continuó:

–– Además podrías haber hablado conmigo y no escaparte así. A mí se me fue mi viejo y vos, vos no estabas.

–– Bueno, ¡ya está! – grite y la lágrimas salieron – no me castigues más, era una pendeja, ¡y si! Me escapé porque si, no sabia que hacer, y me hago cargo. Pero ya está Gustavo, lo siento tanto todo lo que pasó, de verdad. –– El también tenía los ojos cargados de lágrimas pero no quería llorar, sólo asintió y se levantó para irse.

Lo acompañé hasta la puerta y antes de abrir se dio vuelta y me miró a los ojos:

–– ¿Me olvidaste? – preguntó tenso.

Negué sincera con la cabeza abajo, y el me tomó del mentón para levantarla:

–– Te extraño – susurró y me besó.

Le correspondí el beso, y lo abracé por los hombros, necesitaba tenerlo así de cerca.
Nos separamos por la falta de aire y le volvió a besar, está ves mas desesperado. Hizo un impulso para que rodee mis piernas en su cintura y entre besos preguntó dónde era mi habitación. Señalé hacia la derecha y sin dudarlo se dirigió hasta ahí.

Me dejó suavemente en la cama y se acostó de la misma manera sobre mi.
Desabotoné su camisa y acaricié su pecho. El rápidamente se deshizo de su pantalón al igual que de mi ropa.

–– Gus –– lo llamé con la voz agitada.

–– ¿Que pasó? – contestó de la misma forma.

–– Yo también te extrañé –– sonreí, el también lo hizo y siguió con lo suyo.

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Me desperté sobre el pecho de Gus, este jugaba con mi cabello de manera divertida.

–– Buen día – besó mi cabeza.

–– Hola – sonriendo.

–– Los chicos me deben estar odiando – rió.

–– ¡Es 14 Gus! El show –– me levanté a ver por la ventana ya que daba a la Av. 9 de julio, antes de levantarme Gustavo comenzó a reírse.

Mierda olvidé que no traía ropa.

Me tapé con una de las sábanas y me dirigí a la ventana.

–– Veni! – lo llamé.

Se puso a mi lado y comenzamos a ver a la gente ya guardando sus lugares tomando mates e incluso había gente acampando.

–– Es tan loco todo esto

–– Se lo merecen – lo abracé.

Ahora no me importaba nada, ni Paola ni nada. Sólo el show.
Nos vestimos, fuimos hasta su casa, tomó todo lo necesario y después nos encontramos con Zeta y Charly.

Tenían que ir a la prueba de sonido.

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