Ya sea por simple ociosidad o alguna otra razón me encontraba solo en casa, no me gustaba pues sentía una especie de melancolía pero a la vez temor de que algo pasase y yo tener que limpiar el desastre, ya eran las once de la noche, decidí quedarme despierto cuando fue que comencé a sentir pasos de alguien acercándose y como si alguien me observase sin embargo no hice nada.
Dieron las doce y había llegado a la necesidad de prender toda luz en la casa por esa horrible sensación, creí haberme vuelto loco al descubrir sombras detrás de mí, trate de calmarme, "vamos ya soy un adolecente no me tengo que asustar con cosas así", oh me arrepentí de decir eso al segundo pues las luces de la casa se apagaron de golpe, "tiene que ser broma ¿no?".
Cuando descubrí que cortaron la luz en toda la cuadra ya era demasiado tarde, me había hecho ideas dignas de una película de hitchcock, armado con una linterna de juguete y una bolsa de doritos decidí pasar la noche a oscuras en mi habitación cuando de pronto las cosas empeoraron pues comencé a escuchar voces que no tenían ningún sentido.
Tras unas largas horas a punto de mojarme del miedo que sentía, tuve la necesidad de ir a reflexionar sobre las cosas, en otras palabras ir al baño, cosa que ya era habitual pero ahora era como ir a la mismísima puerta del infierno, sabía que era paranoico cuando me quedaba solo pero esa noche me estaba pasando a pesar de eso continúe hasta que me quede dormido.
Cuando desperté eran las dos de la mañana y aquella sensación no se iba pero lo bueno era que volvió la luz sin embargo aparecieron más sombras, "hasta aquí llegue, ya me canse" grite, persiguiendo aquellas manchas negras en el piso y rompiendo todo a mi paso hasta que escuche el timbre.
Corrí hacia la puerta y cuando la abrí recibiendo por fin a mi familia me sentí devuelta normal hasta que miraron el desorden que cause y nunca más solo en casa, aunque nunca creo que lo estuve.