Eres Un Idiota, Jong In. [Kai] :EXO:

001

Otro día en la escuela, de nuevo debía comportarme como una maldita creída solo por mi popularidad, por que si no me portaba como ellos querían... Me arruinarían.

Estaba en mi auto a 15 min. Del colegio, aún era temprano, pero acostumbraba a llegar antes que casi todos.

Llegué al fin a mi destino, todos comenzaron a saludarme, como si yo fuese la mejor chica del mundo, claro yo era muy diferente a como les mostraba a los demás.

Mi mejor amiga se acercó hasta mí. Bueno.. La que creía que era mi amiga.

—Oye, ya te enteraste!? —gritó exasperada.

—De qué? —contesté un poco cortante, de que me iba a enterar..? De su nuevo novio? Una fiesta? Que?.

—hay un chico nuevo..!!  Está bueno, dicen que es modelo! Hay osea, yo lo quiero para mi!! —aveces esa actitud suya me molestaba, bueno siempre. A mí no me interesa si hay un chico nuevo, ese no es mi problema yo solo debo sacar buenas notas es todo.

—Ah, ok.

La ignoré y seguí mi camino hasta mi aula, el que ella solo se preocupase por sus uñas y su cabello rubio, me molestaba, por que yo no me arreglaba demasiado. Siento que ella... En el fondo no me quiere como su amiga, pero en realidad no me importa por que ella es una cínica.

Tropecé con alguien y casi caigo al suelo, sentí unos largos y fríos dedos aprisionando mis brazos.

Miré a ver a hacía su dirección y vi a un chico de tez morena y gruesos labios. Era apuesto, sí. Pero quizá era otro idiota, nunca lo había visto. Quizá sea el nuevo. Me miró de pies a cabeza, inspeccionandome.

—Oye, ten mas cuidado, tonta. —rodó los ojos y me soltó para seguir su camino.

Eso muy en el fondo de mí, Me dolió.

Lo vi alejarse por el pasillo, a cada paso que daba el delicioso aroma que desprendía, me dejaba con ganas de estar cerca suyo. Pero seguramente era otro idiota como los de aquí, claro.

Llegué a mi salón la mayoría de las personas ya estaban en su lugar. Pero el maestro aún no llegaba, todos comenzaron a saludarme, como siempre. Estoy harta de ésto.  Ni siquiera tengo idea de cuando me volví popular.

Me pedían que me sentara a sus lados, pero yo prefería estar apartada, así que me fui hasta atrás en donde siempre había una silla vacía a mi lado, yo no dejaba que nadie se sentase, me gustaba mi soledad.

El maestro entró y empezó la clase de artes, era un poco aburrido pero debería cumplir.

Faltaba media hora para que el maestro se fuera y entrara otro.

Escuché la puerta abrirse y voltee a ver, nadie llegaba tarde a esta clase, era la mas estricta.

Y entonces lo vi, el tipo del pasillo. Se quedó parado en la puerta con su mochila colgando por un solo hombro, y con el rostro serio.

—Nadie llega tarde a mi clase. Vete. —dijo el maestro con total normalidad.

—No se me pega la gana hacerlo. —dijo desafiante el chico.

El profesor tomó su teléfono de el escritorio e hizo una llamada.

Acto seguido entró el director por la puerta.

Al ver al chico su rostro se tranquilizó.

—Hijo otra vez causando problemas... —dijo decepcionado. Hijo? —profesor déjelo pasar, acaba de regresar de Japón, ha sido muy duro para él. —esta vez se dirigió al maestro, su rostro no expresaba mas que enojo, nadie podía entrar así.

—solo ésta vez. —contestó duro.

El director asintió y dio una pequeña reverencia como agradecimiento y justo antes de salir, miró mal a su "hijo". el chico buscaba con la mirada un lugar vacío.

—preséntate. —ordenó el profesor.

El chico del pasillo lo miró mal, e hizo caso omiso a su petición.

Visualizó el lugar vacío a mi lado y se dirigió dudoso hasta él. Supongo que para el ya era demasiado tedioso sentarse junto a mí.

No me dirigió la mirada, solo se sentó bruscamente en su lugar.

A lo que el profesor ignoró lo que para el fue una grosería y siguió con su clase.

Al finalizar, entró otro maestro, pero éste era demasiado peculiar, tomó asiento y sacó su teléfono para curiosear en vez de dar clase. El chico seguía a mi lado, pero el me miraba a mi, su mirada era dura, sin duda causaba un poco de miedo. Pero yo odio. Odio. ODIO. que la gente me mire.

—Que tanto miras? — pregunté un poco enfadada.

—No te estaba mirando a ti, estúpida. —escupió.

Me molesté, nadie me ha insultado, jamás, pero esto era raro el me seguía mirando.

Tomé mi mochila y le pregunté al profesor si podía ir al baño.

Ni siquiera se dio cuenta que yo llevaba mi mochila y sólo asintió sin despegar la mirada en su celular.

Me dirigí al baño y me lavé la cara, estaba muy molesta. Siempre cuando estoy molesta hago cosas raras como esta. E incluso he llegado a llorar. Soy patética.

Me quedé apoyada en la orilla del lava manos, sin mirarme al espejo, no me gustaba mirarme. Yo me sentía horrible aunque todos dijeran lo contrario.

Escuché la puerta del baño abrirse pensé que era una chica y me incorporé, pero al mirar al espejo me di cuenta de que era ese idiota.

Me sorprendí, este es el baño de chicas. No de hombres.

Le puso seguro a la puerta y entro con esa mirada acusadora. Se dirigió a mí y me tomó de la cintura, intenté safarme, pero no pude su agarre era mas fuerte.

—Sueltame, me estas lastimando... —dije entrecortadamente.

Dejó una mano apoyada en mi cintura y la otra la posó en mi mejilla, acercó nuestros rostros. Pude sentir su respiración cerca de mí, su aroma, rosó mis labios con los suyos haciendo que mi respiración sea agitada, pegándome mas a él, quería evitarlo, quería que me suelte, eso es lo que quería, pero mi cuerpo respondía de otra manera. Quería más.

Entre abrí mis labios para cederle el beso, él acercó mas los suyos, haciendo que se uniesen por completo, intensificó el beso mordiendo mi labio inferior y lamiendolo delicada mente, su lengua comenzó a explorar mi boca, incitando a la mía a hacer lo mismo, entonces me di cuenta que estaba mal.

Lo empujé. No quería esto, aunque algo en el fondo de mí, lo deseaba desde el momento en que lo vio, abrí la puerta para escapar. Pero el tomó mi muñeca. No entendía a que quería llegar con esto.

Pero quería descubrirlo.

Intenté soltarme, pero el no cedía. Pero pude hacerlo, tome rápido mi mochila y salí corriendo de ahí.

Me sentía sucia por así decirlo...