Cracked Actors

despues de todo

-woody no era el mismo, ninguno de nosotros, mi voz palida no animaba a nadie, y mis esperanzas que(de verdad) ya no existian apagaba cualquier tipo de animo que trataban de darme,  se me acaban los dias y ya no entendia por que estaba aqui, quiza nunca lo entendi pero ahora existia una atmosfera de miedo en mi mente, donde estaba mi mente? La perdi hace mucho.
Cuando pequeño me dieron pastillas para tranquilizarme(o esclavisarme) en el colegio, por lo que tengo entendido eso afecta mucho a la parte creativa de una persona, creo que sin saberlo mis padres me vendieron,  me vendieron al mundo y me dejaron sin la máxima arma para enfrentarlo.
Tengo muchas cosas que contar, pero me faltan motivos para hacerlo, mi voz es baja de por si, ahora que me encuentro esclavo de una maquina me cuesta incluso escucharme a mi.
Déjenme solo! Pero creo que (aunque suene positivo y yo no lo tomara tan asi) nunca estaré solo, vi un tubo grande que conectaba directamente con la gran maquinaria de vida extendible por la cómoda cantidad de tan solo una depresión que si quieres puedes pagar por cuotas, la mire, vi sus luces raras, palabras que no entendia por lo borroso de mi vista, pero sabia que si tiraba de ella,  pasaría a la historia, o a una parte muy pequeña de ella, llore,  aunque no se por que, mi cuello gritaba, gritaba con todas sus fuerzas, me dirigí a la puerta de mi habitación, y la cerré con pertillo, tome una silla y la puse de tal manera en que me daría unos segundos mas de tiempo, me apoye en la maquina y le di un puño y con todas mis fuerzas una patada, fue la pelea de mi vida,  pero todos saben,  que el acero es mas fuerte que la piel, y perdí en aquella batalla, que seria la ultima, caí al suelo gris y sin alegria de un hospital, mi mano alcanzo a tomar el cable, lo desconecte, empecé a sentir pesados los párpados, escuche  una alarma y un sonido fuerte, lo ultimo que vi fue la puerta siendo golpeada, quiero imaginar que solo entraron y me vieron,  que no pudieron hacer nada mas.

Deje en mi voluntad que escribí y escondí debajo de mi almohada, que quería ser un árbol, que mis cenizas las enterraran junto a unas semillas o algún brote cerca de mi hormiguero... Ahí podría ver todo cambiar, con el único miedo de que,  algún día, todos cambiaran y fueran árboles.