Capítulo #1: Cuidaré de Madison.

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— ¡¿Pero qué está diciendo alguacil Hoffman?! — Exclamé con furia.

— Lo siento Crawford, pero Mercier estará a cargo de la investigación.

La ira corría por todo mi cuerpo, como era posible que le dieran el caso del asesinato de mi hermana y las demás chicas, a un investigador que acababa de ser transmitido a Deadwood. Esto era una maldita injusticia.

— ¡Esto tiene de ser una puta broma! — Escupí. — ¡Alguacil Hoffman, usted sabe que he estado interesado en liderar esta investigación!

— No use ese lenguaje aquí, Crawford. He tenido consideración con usted, pero Mercier estará a cargo. — Suspiró con fuerza. — Ahora le pido que siga con su trabajo, no pienso discutir con usted ni un segundo más.

Azote con fuerza la puerta de su oficina y salí enfurecido a mi oficina. Estaba cayendo en un abismo, estos dos meses que he estado trabajando en la Estación de Policías y Foreneses de Deadwood; no he dejado esta investigación. Y no lo haré. Le había hecho una promesa a mi hermana, tenía que cumplirla. Temía en que alguien más no le tomara la importancia que se merecía. Lo que yo quería era hacer pagar a ese asesino que había atormentado a las jóvenes de Deadwood, durante tantos años.

«El Asesino de señoritas de Deadwood.»

Me da rabia saber que no han hecho lo suficiente para encontrarlo, la gota que derramó el vaso, fue el hecho de que perdiéramos a Madison.

Mi madre y mi otra hermana, habíamos pasado por los meses más demoniacos de nuestras vidas. Me atormenta la conciencia, recordar el momento en el que nos llamaron para verificar el cuerpo de Madison. Lo habían encontrado en las afueras del pueblo, cerca de la autopista.

Mi oficina estaba llena de papeles, apuntes, fotografías, mapas colgados en las paredes. Estaba perdiendo la cabeza por terminar con toda esta pesadilla.

Trataba de tranquilizarme, tome aire y decidí salir. Fue cuando en los pasillos de la estación me encontré con uno de mis colegas, Alexander. Él y yo habíamos hecho juntos nuestra carrera en criminología. Era un gran apoyo tenerlo aquí, me había ayudado mucho con todo esto.

— Ya me enteré, David. — Me dio un pequeño golpe en el hombro y suspiró. — Sé que no es lo que querías, pero no dejaremos la investigación por un lado. ¿Me escuchas? — Me sonrió de lado.

— Gracias en verdad, Alex. — Le di un abrazo y él me correspondió. — Aún no puedo entender cómo Hoffman le ha dejado una investigación tan importante para el equipo, a ese tal idiota de "Mercier".

Alexander estaba pálido cuando solté aquellas palabras. Prácticamente huyó a su oficina con nerviosismo. ¿Pero por qué?

— ¿Entonces ahora soy un idiota? — Respondió una voz femenina, detrás de mí.

Cuando me di la vuelta pude apreciar quién era realmente ese tal Mercier. Era una chica.

— Trague saliva. — ¿Tú eres Mercier? — Dije algo confundido.

— Así es, señor... — Observó mi placa — Craw... ford. — Dijo con dificultad. — Yo soy Amber Mercier.

No podía creerlo. ¿Hoffman le había dejado a cargo la investigación a una chica? ¿No es algo irónico? Estamos en busca del Asesino de señoritas de Deadwood. Sentí como mi rostro de sonrojo. Estaba verdaderamente apenado con... Amber Mercier. Era una mujer verdaderamente atractiva, ojos verdes, cabello castaño y piel morena.

— Disculpe, señor Crawford. ¿Puede dejar de estar mirándome? — Soltó con firmeza.

— Balbuceé. — Perdóneme señorita Mercier. Pero tengo que irme.

Sentía como mi corazón latía con fuerza, había sido un momento verdaderamente incomodo. Salí de la estación demasiado confundido, no podía asimilar todo lo que estaba sucediendo. Amber Mercier estaba al cargo de la investigación y yo había sido un completo idiota.

Arranqué con fuerza el auto y decidí ir con Mamá y Alessa. Tenía que decirles lo que había sucedido con la investigación.

Fue cuando el ring-ton de mi celular empezó a sonar. Contesté.

— ¿Bueno? — mantenía mi vista en total concentración en las calles.

— Davi-i-d-d. — escuché un sollozo.

— ¿Quién es? — dije alterándome.

— Soy yo, la mamá de Jackson. — Escuché como su voz se quebrantaba. Sin duda, estaba llorando.

— ¿Qué ha pasado Sra. Hook? — solté con preocupación, mientras deslizaba mis manos por el volante.

— ¡Lo ha hecho, David! — gritó con llanto cortándose al final. — Jackson lo ha hecho... — Temblaba.

Me estacioné rápidamente y solté el volante con brutalidad.

— Ha tomado demasiadas pastillas, David. ¡No siento su pulso! ¡No lo siento! — gritó con desesperación y tristeza.

Jackson había sido el novio de Madison durante varios años. Era amigo de la familia. Ha intentado suicidarse desde la muerte de mi hermana... Lo habíamos podido salvar durante seguidas ocasiones... Pero algo me decía que está era la última.

Mi celular volvió a vibrar y pude ver que tenía un mensaje pendiente.

Era de Jackson.

Jackson:

Lo siento viejo, pero no puedo estar sin ella. Mi mundo se ha convertido un infierno sin sus ojos miel, dile a mi madre que me perdone. Cuidaré de Madison, como te lo había prometido, amigo. Perdón.

3:26pm.

Sentí mi labio temblar y mis ojos humedecerse al ver que el reloj marcaba las 3:35pm.

Era demasiado tarde.

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(Fotografía de David Crawford en multimedia)

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