Capitulo 9

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Me di un súper baño, me sentía cansada, las piscinas por lo general provocaban eso en mi, un cansancio de muerte. Pero sin duda no podía acostarme y ya, tenía que conocer esas ideas que el tenía en mente, las quería conocer y pasar tiempo con él, No tenía nada de malo ¿O sí?. Salí de la ducha y la verdad quería estar cómoda, me coloque un vestido (Amaba los vestidos) negro, la tela era suave y caía por mi cuerpo, llegaba hasta mis rodillas y tenía un pequeño escote en la parte superior dejando a la vista un poco mis pechos.

Estaba frente a su puerta, no sabía si era mala idea venir hasta aquí, me conocía muy bien y ya había reaccionado de manera extraña y vergonzosa con él, no quería volver a hacerlo, pero aquí me encontraba, dispuesta a pasar mas tiempo con el.

Toco la puerta 2 veces y el me abre.

-Te lo tomaste muy en serio ¿no?- dice con una sonrisa en sus hermosos labios.

-Pues que creías? Que ya me acostaría a dormir? Es temprano y se supone que son mis vacaciones.

-No pensaba que vinieras... y no te esperaba- su sonrisa fue disminuyendo un poco.

-porque no vendría?- dije frunciendo el ceño.

-No sabía que fueras tan valiente- no estaba entendiendo mucho pero trataba de seguir su juego de palabras.

-Necesito valentía para estar contigo?- creo que había formulado muy mal mi pregunta, al darme cuenta mi cara comenzó a arder de vergüenza.

El volvió a sonreir –Si la necesitas- me invito a pasar.

Su cuarto era muy hermoso, tenía una inmensa cama con sabanas grises y encima de esta había una pintura con distintos tonos oscuros, una belleza abstracta. En la esquina había un pequeño mueble gris oscuro, un espejo de cuerpo completo, dos puertas...

-Podrías comenzar con tus ideas o yo propongo las mías- dije volteando, y cayendo en cuenta que él estaba cerca, muy cerca.

-Mejor escuchamos tus ideas primero- Me encontraba nuevamente mirando sus ojos, era increíble cómo me hacían perder el hilo de lo que pensaba o hablaba, en el momento en el que los miraba, no existía nada más, solo dos hermosas gemas azules.

-Pues yo...- El estaba a menos de 30 centímetros de mi, y sabía muy bien cuáles eran sus intenciones, sus ojos me lo gritaban, Acercaba su rostro al mío lentamente, sus ojos se posaron en mis labios y mi corazón latía tan fuerte que amenazaba con salir de mi pecho, sentía su respiración caliente y su aroma era el más dulce y encantador.

Toc-toc- Odie ese sonido más que cualquier cosa, en se momento nos apartamos.

-Luciano estas allí?- dijo una voz muy chillona para mi gusto.

-Diablos- susurro Luciano, camino hasta la puerta y la abrió.

-Hola- dijo él.

-Holaaaa, pasaba por aquí a saludarte, vine a buscar a sofí y tu hermanita me dijo que seguramente estabas en tu habitación, no me invitas a pasar? Como aquel día...

¿Cómo aquel día? CUAL DIA? Esta tipa quién es? Además de interrumpir me restriega en la cara que ya ha entrado a su habitación y a hacer quien sabe que!... trato de relajarme, el hace con su vida lo que quiere, yo no soy nadie, no soy nadie...

-Lo siento hoy estoy ocupado, tengo visita- dice el abriendo más la puerta dejándome a la vista de la Rubia de silicón que se encontraba del otro lado, cabello largo dorado, pechos extremadamente grandes y operados y una cintura súper falsa.

Un Océano en su MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora