Change {Jimin & _____} BTS

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-ahora que. Parece que hoy trabajaré en casa. Hola Yuna! Pasó algo en el café? No puedo entrar. Está todo bien? Entonces nos vemos mañana.- salir de su casa la mantenía alejada de sus propios pensamientos, para sus suerte en la laptop encontró una copia del proyecto y pudo recuperar todo el trabajo, ahora solo necesitaba hacer algunos arreglos y listo.

-Hola TN! No, no es nada, ahora salgo para que entres por detrás. Es que tengo visita de idols y bueno ya ves-

TN no entendía que quería decir con idols pero bueno lo único que quería era sentarse en su mesa y escribir. Yuna salió y le explicó que ellos hacían algunos servicios públicos en cafés y los promocionaban. Y esta vez le tocaba al suyo. Ella no le prestó mucha atención, hasta que descubrió que alguien estaba sentado en su asiento. Precisamente, de todo el local, había escogido su mesa.

-umum disculpe! Ese es mi asiento.-dijo ella desafiante con Yuna al lado riendo con el acento de su amiga.

-ehhh? Quien eres tú. Tu asiento dices?- el chico comenzó a darse vuelta hasta quedar frente a ella aún sentado y de piernas cruzadas. Los ojos de TN se abrieron de más aunque seguía sin creerlo.

-Yuna ese es Jimin de BTS cierto?-preguntó a su amiga susurrando, y su amiga estallaba en risas. Mientras el se tragaba lentamente las palabras que había dicho hace unos segundos, aunque no estaba muy arreglada y su rostro demostraba su actuar diario, seguía siendo una joven hermosa ante los ojos de ese chico pasmado como bobo.

-Si es el, y todos los demás miembros te están mirando como locos a una loca.-

-bien, si dices que este es tu asiento- el se levanto y comenzó a caminar en su dirección mientras susurraba algo para el (no creo que se una army, es linda y extranjera, aunque parece pobre)

- Si gracias- sin prestarle mucha atención, aunque quisiera lo ignoró y tomó asiento. Yuna se olvido de ella y la dejó sola.

-Buenos días señorita que desea tomar?- una voz muy dulce se le acercó y estaba sentada frente a ella aunque ni lo notara y un montón de chicas furiosas desearan matarla.

-ah disculpa. Un café helado por favor- dijo ella y levantó la vista para encontrarse con un bello rostro todo risas para ella sola y esta no pudo evitar sonreír también.

-disculpa si soy curioso…pero no eres coreana y al parecer tampoco sabes quienes somos -dijo el joven.

-mm si, no soy coreana….pero si se quienes son ustedes. No molestas, pero ahora mismo estoy algo ocupada- dicho esto volvió la vista a sus hojas y el chico fue ignorado nuevamente. Todos se proponían intentar conquistarla con sus encantos personales pero era misión imposible.

-no lo creo!!! No le importamos. Y sabe quienes somos!!-el chico se sentía ignorado

-Tae Hyun acércate que hay más clientes- gritaba Namjoon

-Hyun ella sabe quienes somos, pero no quiere un autógrafo o pide una foto- decía Tae Hyun

-deja, yo me encargo, de seguro es que no le gustan los alíen como tu- dijo Suga confiadamente.

-claro y por que me sonrió. Linda sonrisa la suya Hyung-

Suga fue hasta la mesa de la chica con la bebida y toda una conversación previamente elaborada que de nada funcionó.

-hola! Soy Suga, el encanto del grupo y aquí está su pedido. Quería.....- las palabras simplemente no salían, una vez que ella levantó la vista para recibir su bebida, pasó la mano por su cabello para acomodarlo detrás de su oreja y ver mejor mientras su tono casi pálido por tantos meses de encierro hacían de su piel perfecta para sus ojos color café y labios bien delineados.

-gracias,….Suga cierto? Disculpa pero estoy ocupada.- la chica no podía aunque quisiera pensar en algo más que el proyecto.

-y como te fue?- pregunto V

-pues igual de mal que a ti supongo. Esta muy ocupada y no está interesada en saber de nosotros. Con el simple hecho de que estamos invadiendo su lugar de trabajo….supongo.-

Al llegar al apartamento los chicos estaban extenuados, todo el día de pie con tantas miradas y pedidos encima, sin tiempo de respirar. Toda su atención la habían concentrado en un cliente específico que no les prestaba la más mínima atención. Jimin ni siquiera tuvo tiempo de presentarse correctamente y los chicos fracasaron totalmente cada vez que intentaban acercarse. Pero había algo en aquella chica que les había llamado la atención y no era el solo hecho de que no le interesara saber de ellos, era esa ausencia o vacío  que la rodeaba.

Por más que lo intentaron nada les salió como pensaban, para nada fue agradable. Se limitaron a seguir con su trabajo en el café sin molestarla. Ella ni los notaba, sólo pasaba sus manos entre sus cabellos en señal de frustración y tomaba mucho café. Al llegar a casa sólo pensaba en tomar un baño y dormir pero al llegar todo se desmoronó, allí esta el, sentado en el sillón esperando por ella, con el corazón a punto de salirse por su boca se acercó lentamente.

-donde estabas hasta ahora?- escupía con furia y ella sudaba frío pues sabía bien claro lo que venía atrás.

-en el café de la esquina un rato, mientras esperaba que regresaras-

-crees que ese es el lugar donde vivo idiota? No puedes cuidar mi reputación? Ni para eso sirves. Ven aquí pequeña, que tengo algo que darte- lentamente se acercó esperando lo que ya tanto sabía. El la tomó por el pelo y la puso de rodillas frente a él, sacó una enorme caja de atrás de su asiento y se lo tiró, haciéndole un moretón en el lóbulo del ojo izquierdo.

-Vístete, tenemos una recepción importante para unos ministros y personas importantes de la industria del entretenimiento, no te demores que ya vamos tarde. Ni se te ocurra hacer el ridículo-

Aunque no quisiera admitirlo pero el tenía buen gusto para vestir, y el vestido negro abierto al costado con el collar de diamantes rojos que le había traído de regalo era perfecto. Trató de disimular bien el golpe con su querido maquillaje y bajó las escaleras hasta el, que ya la esperaba impaciente y elegantemente vestido como de costumbre. Al llegar toda la atención se centro en ellos, eran la pareja del momento ante los medios, les hicieron algunas fotos y saludaron algunos funcionarios que necesitaban. En uno de esos momentos en el que su esposo parecía más entretenido en sus negocios TN había quedado completamente sola y tomó una copa, la música comenzaba a sonar lenta y melodiosamente, para su sorpresa era relajante. Las luces se hicieron tenues y ella retrocedió pues notó que estaba en el centro de la pista de baile.