Terrible Love [completa]

Capítulo 21 Primera Parte Final

Aún no salía del asombro.

Stefan sabía la verdad. ¿Pero desde cuando? ¿Cuanto sabía? ¿Qué demonios era todo esto?

Estaba tan confundida, tenia tantas preguntas y el silencio entre ambos no ayudaban a disipar el raro ambiente.

Sus ojos estaban en todo mi rostro.

Me acomode mejor en su cama. Él tomó mi mano.

—Cuando te conocí, lo último que quería era entrar en una relación contigo, y no era porque no fueras hermosa, ni porque no viera lo inteligente que eras. Simplemente era porque tú eras peligro en toda la extensión de la palabra —lo vi pasar saliva, apretó un poco más mis manos—. Tú eras lo que mi madre toda la vida me había prohibido, lo que con tanta paciencia e insistencia me había hecho aprender, pero entonces yo quise saber que era llevarle la contraria, quería desobedecer por una maldita vez en la vida. Creció en mí el deseo de llevarla hasta el extremo y ser lo que ella tanto odiaba —giró su rostro hacia la pared y lo dejó allí—. Damon siempre la tuvo mas fácil que yo, y Lexi, ja, a mi madre no le importaba, nunca le importó. Ella simplemente se obsesionó conmigo, no sabía por qué precisamente era solo yo, ahora lo sé, sé que fue por ese hombre —sus lágrimas empezaron a correr. Me acerque a él y lo hice que me viera, con mis pulgares las limpie. Él me sonrió—. Ella me daño en una forma que no puedo explicar, me hizo una máquina sin sentimientos hacia una mujer. Me convirtió en un hombre que solo buscaba como salir de esa asquerosa forma en como ella me había criado. Cuando me case contigo, fue por puro capricho, pero mientras transcurría el tiempo, tú me hacías sentir bien, eras la parte que la volvía loca y eso me gustaba. Sentía que teniendote a mi lado, ella podía llegar a desquiciarse y de una vez por todas, acabar con ese odio que provocaba en mi interior. Solamente una vez había sentido esa poca tranquilidad y fue cuando Damon se casó y tuvieron a Ian. Ellos eran muy preciados, mantenían un poco de balance en nuestras vidas. Pero la desgracia nos acogió de nuevo, todo se volvió a ir a la mierda y Damon se perdió, haciendo que mi madre lo odiara por su forma de actuar. Lo gracioso era, que yo era peor que él. Sí, Elena, yo —bajo de nuevo su rostro y esta vez sus dientes rechinaron—. Fui hecho de esta forma, no sé cuando pasó, y ahora se que el abuso mental puede venir de muchas maneras y ella, simplemente me hizo así. Mi madre tenía un amor hacia mi, que no es normal —eso me dio pavor, el corazón me empezó a retumbar en las orejas, mis manos empezaron a temblar—. Por favor, no te asustes, ella no llegó a tanto, yo, no la deje que rebasara esos límites. Creo que en su mente, era algo que hacía bien, no sé que pudo pasar en ella que se quebró desde hace tiempo, pe-r-o, eso me hizo ser lo que ahora soy. Una maquina, Elena, una persona que trataba de buscar amor en muchas mujeres. Tratar de encontrar a esa correcta. No lo hice solo por el placer, era más complicado que eso, todo siempre había sido para sentir, para parar ese vacío que se había creado en mi interior. Tú llegaste, y serviste para calmar por un corto tiempo esa necesidad, he sido feliz, no puedo decir que el estar contigo no me dio felicidad, pero nunca te he amado, no como debería de amarse a alguien, porque yo no amo, Elena, no sé que es eso, de sentir amor hacia una mujer. Pero entonces pensé, eras la candidata perfecta para él —mis ojos se abrieron y la respiración me salio descontrolada—. Te empujé a los brazos de Damon, porque necesitaba que él se curara y creo que fue lo mejor, porque lo único que me ha hecho sentir en esta vida es él, mi hermano. Él se estaba perdiendo y me dolía verlo perderse. Pero entonces me di cuenta que era más difícil de lo que creía, porque a pesar de que yo no te quería, no podía solo soltarte —sentí algo mojado en mis mejillas, respire. Stefan elevo sus pulgares y me limpió las lágrimas—. No sé que fue, pero no quería dejarte ir, cuando te vi que lo amabas, no podía, simplemente te habías vuelto mi necesidad, algo que yo necesitaba, porque sin ti, ella ganaría de nuevo —me jaló a sus brazos—. Se por lo que pasaste, se que no puedes tener hijos, y se lo que lo amas —me atragante con mi propio llanto—. Y yo también lo amo, así que, perdóname por arrastrarte en este amor tan terrible, perdóname por hacerte este daño y por usarte primero para vengarme de mi odiosa madre, y segundo para salvar a mi hermano. Perdóname, Elena.