Epilogue.

59 10 3
                                    

                 

Ness Russel se encontraba otra vez viendo desde el marco de su habitación como su padre arreglaba las maletas por su próximo viaje a America, otra vez se quedaría sola con su madre. Estos eran los momentos los cuales ella despreciaba con toda su vida.

Cuando su padre se encontraba en casa tendía a parecer una niña dulce y risueña sin ninguna preocupación en el mundo, no quería estresar mas a su padre. En las noches tendía a sentir una opresión en el pecho, desde que había cumplido 9 años esto había comenzado a mostrarse, sentía un odio llenar su corazón y las lagrimas quemaban sus pardos ojos al evitar derramarlas.

Mientras su padre seguía ocupado intentando cerrar su maleta, Ness vio como su hermana salía rápidamente de la casa seguramente a alojar donde una amiga suya para no tener que lidiar con su madre una vez el hombre de la casa se fuera. Estaba curiosa de saber la razón de porque la mujer que le dio la vida las trataba de esa manera, pero no se atrevía a preguntar, era mejor a veces quedar en la ignorancia. Cada vez que su padre iba a viajar le preguntaba el porque se iba, su padre como siempre respondía con la misma respuesta. Me necesitan allá.

Él nunca decía nada más y Ness asumía que no le gustaba estar en compañía de su 'familia'. Ella era joven y no sabía nada mas. Lo único que quería era que su padre se quedara en casa para que el abuso se detuviera, quería contarle pero no tenía el valor suficiente.

Desde donde ella estaba parada podía observar por la orilla de su ojo derecho como su madre subía las escaleras y le mandaba una mirada de advertencia por lo que ella trago nerviosamente y colocaba una pequeña sonrisa falsa en su rostro. La madre lentamente se acercó donde se encontraba Ness para con una mano apretar fuertemente su hombro.

En voz baja dijo –Ya sabes como son las cosas, no quiero que te trates de pasar de lista o habrán consecuencias.

Ella solo frunció en ceño al sentir como ese dolor se volvía a presentar cada vez mas fuerte, al no soportarlo cayó de rodillas al piso poniendo una mano donde se supone que se encuentra el corazón llamando la atención de su padre.

–Hija... ¡¿Qué pasa?! ¡Alison llámate al hospital! –Robert Russel gritó a su esposa con desesperación en su voz mientras intentaba cargar en brazos a su hija menor.

Repentinamente un temblor sacudió la casa en la que habitaban así tumbando en el suelo a los integrantes de la familia que se encontraban en la casa, Robert intento asegurarse que su hija estaba bien viendo que esta se había desmayado y un aura roja comenzaba a rodear sus pequeñas manos.

–¿Qué demonios...?

¿Qué estaba pasando?

                 

Ness reincorporándose lentamente abre sus ojos y su padre con ojos como platos se alejó de apoco de ella. No entendía que estaba pasando, ver esa reacción de su padre hacia ella le dolía como si le clavaran miles de agujas en el corazón.

–¡Demonio! –escucho un grito atrás de ella, era su madre.

Lentamente se dio vuelta para ver a su madre ahí parada sosteniendo un crucifijo apuntando a su dirección con una mirada de terror cruzando sus ojos. Ness ya no pudiendo soportar más el fuerte palpitar de su corazón y como la sangre caliente recorría rápidamente por sus venas envió una mirada de completo odio a la mujer que le dio la vida y con un movimiento fluido de muñeca la mando a chocar contra la pared emitiendo un sonido en sordo.

–Nunca mas. –dijo en voz gutural como una bestia la pequeña niña que se encontraba parada en medio de la habitación.

Al dar unos pasos el mundo le comenzó a dar vueltas para caer en la completa oscuridad.











Un agudo dolor se apodero de su cabeza al recuperar la consciencia, estaba todo oscuro y al fijar su nublada vista se dio cuenta que se encontraba tendida sobre la cama de su habitación. Lentamente se levanto para dar pequeños pasos hacia su baño, al encender la luz dio un pequeño salto al ver su reflejo en el espejo, sus ojos ya no eran ese brillante color pardo, si no que eran un color rojo como la sangre cuando es derramada y imágenes del sueño que había tenido cruzaron por cabeza.

–¿Qué esta pasándome?

No podía quitar su mirada de su reflejo hasta que escucho gritos desde la primera planta, eran sus padres. Apago la luz y rápidamente se dirigió a la puerta de su habitación para abrirla y silenciosamente acercarse a las escaleras.

–¡No la quiero en mi casa! –su madre grito con furia en su voz.

–¡Es mi hija! No la pienso dejar tirada en la calle y tampoco pienso dejarla en adopción.

–¡Ella no es tu hija! ¡Es un demonio!

–¿Quieres que haga algo? Hare algo, la dejaremos encerrada en la casa. Fin de la discusión.

Ness no podía creer lo que estaba escuchando, si,nunca salía de la casa pero al menos iba al colegio y tenia una que otra conversación con sus compañeros. Ahora le privaban de la pequeña libertad que tenia, con vista nublada rápidamente se fue a encerrar a su habitación y no pensaba salir de ahí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 15, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

FIEND >The Marauders<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora