40. El juicio

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El sujeto tiró de la soga de metal y no me quedó de otra más que levantarme. No sabía que era lo que ocurria, se suponía que nadie podía tocarme mientras estuviera en mi forma inmaterial. Mi rostro quedó frente el suyo y su sonrisa me hizo tragar saliva.

--estuviste muy cerca, pero no te dejare ir tan fácil pequeña—tiró de la soga y me obligó a acercarme más a él

--¿Qué quieres?—logré decir después de no haber dicho nada—¿que quieres de mi?

--que te quedes quieta. Eso quiero—su mano me sujeto el rostro y sentí mi piel quemarse—eres linda para ser una aberración—abrí los ojos con sorpresa y lo vi sonreir

--q...¿Quién eres?—una carcajada brotó de su boca y me hizo estremecer

--pequeña—su voz dulce me confundio. El rostro del extraño se cubrió con una sombra y su agarré se intensifico—soy tu verdugo y este será tu juicio

Su mano me soltó y sus brazos tiraron con fuerza de la soga. Sentí mi cuerpo estrellarse contra arboles y rocas, y poco a poco la respiración me falto. Debía de haber una forma de salir de aquí o moriría. ¿Dónde estaban los chicos? ¿Y Nathaniel? ¿Y Einar?

Termine enterrada en la tierra y con el cuerpo adolorido. Me sentía mal, muy mal. El anillo de mi padre lo mantenía sujeto con fuerza, no lo perdería, no eso.

--creí que sería más difícil, pero al parecer me equivoque—mi verdugo me levantó del suelo por el cuello y un grito escapó de mi boca al sentir mi piel ardiendo—eres mia Kenningar—sus uñas se fueron enterrando en mi piel causándome aun más dolor pero fue un escalofrio lo que me hizo reaccionar

Abrí los ojos y vi la soga de metal partirse por culpa de la capa de hielo que lo cubria. Sentí mi cuerpo venirse abajo pero un par de brazos me sujetaron antes de caer.

--repite eso y te arrancaré la lengua

Abrí los ojos y encontré el rostro de Frederick frente a mi, sentí un alivio inmenso. El fantasma retrocedió de tal forma que quedamos ocultos tras Nathaniel y Antoni. Mi verdugo, cuyo nombre desconocia nos miraba con los ojos entornados y llenos de furia.

--aquí están, comenzabamos a pensar que no llegarían jamas—el sabia de los chicos, eso era obvio y no supe que hacer o decir

Espera ¿dijo comenzábamos?

El aire se agitó y quisé salir corriendo de ahí.

--por un momento creí que habíamos terminado el trabajo—habló la mujer que se encontraba sobre la rama del árbol

--no debiste ponerte a jugar con la chica—resongó un chico de melena castaña al tiempo que saltaba del árbol donde se encontraba sentado

--asi podemos abarcar más espacio hermano—habló mi verdugo mientras veía a los chicos—ellos no deberían de estar aquí—su voz se tornó gruesa

--tu no nos diras que hacer idiota—soltó Nathaniel con tono burlon—les recomiendo que se vayan sino quieren terminar con esos lindos rostros hechos una mierda

--tienes una boca floja, aberración—la mujer bajo de la rama con un porte digno y miró con ojos severos a mi amigo—su juicio ha tenido lugar y se les ha declarado culpables del pecado de existir, esta noche sus verdugos serán, Jahdai, Jogia y Sey—la mujer estiró su brazo izquierdo y una espada brotó de su mano, sus compañeros hicieron el mismo gesto y armas aparecieron en sus manos

--su ejecución se llevara a cabo ahora

Los tres seres saltaron hacia nosotros. Frederick me colocó en el suelo, justo en el centro de ellos y sus manos se cubrieron de fuego. Nathaniel levantó las manos y una capa de hielo nos cubrió momentáneamente, al menos el tiempo suficiente para que Antoni sacará sus espadas y se preparara para recibir el ataque. Los chicos detuvieron los golpes y comenzaron a dirigir sus ataques hacia los ángeles verdugos pero esos seres mantenían la posición. No retrocedían.

--no la tocaran—bramó Antoni con fuerza, alejándolos

--aberraciones protegiéndose entre si—Jahdai, quien resultó ser el sujeto que me atacó primero, sonrió y sentí miedo

Apreté los dientes y sentí las lágrimas inundar mis ojos. Íbamos a morir. Todos. Por mi culpa.

Tu padre era un fantasma, tu madre veía muertos, además de provenir de una larga dinastía de brujas. Obviamente las cualidades de tus padres se mezclaron formando un ADN extrañamente inusual.

Tus padres eran conscientes de los poderes que ibas a tener al ser hija de ambos

Cerré los ojos con fuerza y pensé en una sola cosa. Sentí la poca energía que me quedaba acumularse y en mi mente solo brilló una palabra. La única capaz de salvarnos a todos.

Escape


El rostro de los chicos apareció en mi mente y sentí algo extraño sacudiendo mi cuerpo. La energía se volvió demasiada y sentí mi cuerpo partirse. De no haber estado en el suelo, hubiera terminado ahí. Vi una niebla verde cubrirme a mi y a los chicos, algo tiró de mi y cerré los ojos.

--Casandra

Abrí los ojos y lo primero que vi fue mis manos envueltas en una extraña niebla verde. Antoni se acercó a mí y colocó el anillo de regreso a mi dedo. Poco a poco la energía volvió a regularse y me permitió respirar.

--¿Qué fue lo que hiciste?—me levante con ayuda de Antoni y vi el jardín que nos rodeaba—nos trajiste a casa—dijo Antoni con sorpresa

--no—todos miramos a Nathaniel—nos hizo cruzar—Frederick y Antoni intercambiaron una mirada de sorpresa. Nathaniel se giró a verme y pude ver una especie de orgullo en su mirada—nos trajiste de vuelta a nuestra dimensión

--es...esta es—antes de que pudiera terminar, el cuerpo de los chicos comenzó a cambiar y los vi como realmente habían sido cuando estuvieron con vida. Los tres se miraron aun si creerlo y sonrieron.

--Casandra, volviste

Levanté la mirada y encontré a mis abuelos sonriéndome con dulzura.

--bienvenida a casa cariño

KENNINGAR: A las Sombra De Sus Alas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora