Viaje Incómodo

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Ellos cerraron la puerta de la habitación y comenzaron a razonar como personas civilizadas.

-¡Si crees que te quedarás con la cama estás loco!- Exclamó ella.

-¡Qué? Te dejé la habitación las últimas dos noches. Merezco al menos estar en la cama.

-No seas nena, sé caballero.

-No me juegues la de caballero.-Dijo él comenzando a molestarse- En serio me duele la espalda.

-Dormir en un lugar duro te ayudará. El suelo, por ejemplo- Él se arrojó a la cama. Se quitó la camiseta y sonrió.

-Venga acá su majestad.- Dijo el palmeando a su lado en la cama.

-Eres un asqueroso, y no dormiré contigo- El rió.

-¿Yo asqueroso? No me quedé viéndote desnuda media hora.

-No pasó media hora, y no me has visto porque no hago paracaídas desnuda en la sala. -Él sonrió y la miró con los ojos entrecerrados.

-Eres un caso, Susan Janett. Admito que quería verte molesta- Dijo él tomando la almohada y colocándola en el piso, junto a una manta- Te ves linda cuando lo haces. Descanse, majestad.

-¿Qué? ¿Solo así?

-Si quieres voy a la cama contigo, no tengo problema con eso. -Ella colocó los ojos en blanco.

-Tengo que escribir. Duermete.

-Vale, porque estoy tan cómodo.- Replicó él con sarcasmo, lo que la hizo sonreír. - Mañana pasa un camión de carga por aquí a eso de las 08:00am, nos iremos allí.

-¿Y qué lleva el camión?- Preguntó ella sacando su laptop.

-Lo que les hayan mandado de la población donde estábamos. Qué se yo. Sólo sé que envían cargas todos los días a las 07:00am en punto, así que a las 07:30am te quiero lista para salir a esperar.

-Como mande capitán.

Ella se quedó escribiendo hasta la 01:00am, lo cual la hizo sentir un poco mal por no haberle dejado la cama a él. Ella pudo fácilmente escribir en el sillón junto a la cama y dormirse allí.

-¿Estás dormido?- Susurró ella.

-¿Cómo crees?- Respondió él.

-Eh, pues... Si quieres puedes dormir aquí conmigo. A medio metro de distancia, pero digo, aquí en la cama.

-No te molestes linda- Dijo él serio.- Ya casi me acostumbro al crujir de mi trapecio cada que giro.- Ella rió a carcajadas pero rápido tapó su boca para no hacer escándalo.

-Ven aquí, anda.- Él se levantó y colocó su almohada junto a ella, mirándola con sueño y bastante encorvado. Ella rió.

-Eh, oye. Camiseta primero- Dijo ella antes de que él entrara a la cama.

-No puedo violarte con un pectoral, linda, tengo pantalón, eso es lo que cuenta ¿No?

-Camiseta dije.

-Bien majestad- Dijo él colocándose la enorme camiseta.

-¿Acaso me has obedecido?- Preguntó ella levantando la ceja con una sonrisilla.

-Es el sueño. No hables.

-Sueles dormir temprano ¿Cierto?

-09:00pm linda. Solo que contigo he tenido que cambiar un poco eso. Sin embargo, el piso no ayuda.

-Bueno, ya estás en la cama, así que duerme.

-Qué mandona.- Dijo él cerrando los ojos. Ella bufó.

-Mira quien habla.

-Yo no soy mandón. Solo dirijo- Dijo él con una sonrisa creída aún con los ojos cerrados.

-Esto no es una tropa- Dijo ella riendo. Su sonrisa desapareció.

-Lo sé.- Dijo él borrando su sonrisa- Duerme.

-Ya volvis...- Él tapó su boca.

-Shhhh.- Dijo él. Ella lamió su mano. Él la pasó por su rostro.

-¡Asco!- Exclamó ella.

-¿Qué tal te sabe mi mano linda?

-A tierra y carne molida cruda.

-¿Comes carne molida cruda?

-Duérmete insecto.

*****

Susan despertó a las 06:00pm con la vibración de la alarma de su celular. Él aún seguía dormido. Tenía la boca algo abierta, pero no roncaba ni se movía. Sin embargo, su aliento olía bien. ¿Cómo podía oler a menta su aliento a las 06:00am? Él comenzó a abrir los ojos.

-Buenos días- Le dijo ella mientras se levantaba de la cama- Creo que te he ganado esta vez. - Él sonrió y se sacó la cobija. Estaba vestido ya con su camisa, y al parecer recién bañado. Eso explicaba su aliento, de seguro se había cepillado ya.

-Tu desayuno y el de los demás está en la olla pequeña de la cocina. -Dijo él volviéndose a tapar y dándose la vuelta. Ella sonrió.
Se duchó y cambió en el baño. Valentina se levantó.

-Vaya, huele bien aquí- Dijo Valentina.

-Él dejó el desayuno hecho- Respondió Susan.

-¿Él?

-Sí, él. - Respondió Susan. Valentina sonrió.

-De verdad que son adorables- Dijo Valentina dirigiéndose a la cocina. Susan entró a la habitación y estaba él con su laptop.

-¡Hey! ¡Quién demonios te dio permiso?- Exclamó ella enojada dirigiéndose a él.

-Estoy viendo el mapa preciosa. No me interesa el porno que puedas tener aquí- Ella volteó los ojos y golpeó su cabeza.
-¡Hey!

-¿Para qué el mapa?

-Hoy deberíamos estar despertando en Milán linda. Genova era solo para volar hasta allá. Deberíamos conocer al menos un cuarto de Milán ya, o bueno, deberías. No podremos ir, lo siento.- Ella se desilusionó. Era el lugar al que pensaba ir de compras.
-Oye, tranquila. Cuadré un buen recorrido hasta Roma. Llegamos a Roma el miércoles y la recorremos lo más que podamos, todo menos el Coliseo. Al Coliseo vamos el Jueves en la mañana, y a las 04:00pm ya estarás en el aeropuerto.

-No me parece mal- Dijo ella retomando el ánimo- ¿Por dónde pasaremos?

-Eso será sorpresa- Dijo él sonriendo.- Te gustará, o al menos eso espero.

-A pesar de todo, me ha gustado hasta ahora. Creo que necesitaba algo de aire puro como este. -Él sonrió.

-Todos necesitamos aire puro de vez en cuando. Bien, vamos a despedirnos, son las 07:30 ya.

Salieron de la habitación, agradecieron y se despidieron. Caminaron unos 400mts por un camino de piedra hasta la carretera.

Faltando 50mts, pasó el camión.

-¡Hey!- Gritó él corriendo hacia el camión, a lo que ella lo siguió.

-¡Hey! ¡Paren! 

El camión se detuvo y el capitán fue a hablar con el conductor mientras Susan recuperaba el aliento.

-Tengo una buena noticia, una mala y una que no interesa. -Dijo el Capitán sonriendo algo apenado.

-¿Cuál es la que no interesa?

-Que no tiene asientos.

-¿Qué? ¿Entonces qué es lo bueno?- Preguntó Susan frustrada.

-Que podemos ir atrás- Dijo él. Susan suspiró de alivio.

-¿Y la mala?

-Pues... Mira la carga.- Ella quitó un poco el cuero que cubría la puerta del camión para mirar hacia adentro. 

-Oh no, no no no y no.

Sí. Allí iban, junto a cerdos, heno y estiércol, de camino a Genova.

-Te odio- Dijo Susan.

La Reina y el Capitán (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora