Capitulo 8

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CAP 8

De un momento a otro caigo en la cuenta de que no debí haber dicho eso y dejar que siga con su cuestionario. No sé qué preguntarle. De repente comienzo a ponerme algo nerviosa y un millón de preguntas empiezan a abundar en mi cabeza.

-¿Tienes otro trabajo aparte de éste?

-No. Tenía uno pero por problemas personales renuncié.- Instantáneamente su rostro ya no era el mismo que el de recién ahora se encontraba algo más tenso.

-Oh.

-¿Qué más quieres saber?

-No entiendo a que quieres llegar aun. Digo este ping-pong  de preguntas sobe nuestras vidas personales no tiene ningún sentido.

-Bueno. Es simple. No está nada mal que el jefe sepa un poco de la vida de sus empleados.

-¿Y esto lo haces con todos tus empleados?

-No siempre.- Y otra vez volvía ese tono pacifico a su cara.

-Ok. Entonces el lunes te confirmaré sobre el empleo para así firmar el contrato. – le dije comenzando a levantarme,  no soportaría estar más de otros 5 minutos hablando con este hombre tan irritante.

-¿Ya te despides?

-Creo que es muy obvio. – dejé la copa delicadamente sobre su escritorio. –Adiós.

-Entonces si es así. Espero contactarnos el lunes linda. Es una lástima que te vayas tan temprano. – decía mientras se acercaba conmigo hacia la puerta de su ‘’oficina’’.

-De acuerdo. Adiós.- contesté en casi un susurro mientras salía por la puerta.

-Ah. Por cierto Sophie…

-¿Sí?- pregunté dando media vuelta para mirarlo.

-Fue un gusto volver a verte.

Yo solo asentí con la cabeza mostrándole una pequeña sonrisa con mis labios.

-Espera. Te acompaño.

    En realidad este hombre era sorprendente. Sus repentinos cambios de humor me mareaban por un momento era algo autoritario,  luego arrogante y después se mostraba cortes conmigo. ¡Qué hombre tan extraño!.

-Ok. - durante el largo pasillo que nos llevaba hasta la parte de atrás de la barra donde anteriormente había hecho el mismo camino con la simpática chica con el pelo color zanahoria.

Al llegar hasta la barra me sentí muy incómoda con algunas miradas fijas que se habían clavado en mí y en el misterioso hombre con el que había estado hablando.

-Espero tener noticias tuyas Sophie.  ¿Viniste sola?- De pronto su pregunta me asombra. ¿Qué estará buscando?

-Si. Vine sola.

-¿En el viejo Nissan?

-Oye no le digas así. Y sí, vine en él.

-Iré contigo.

 Me quedo mirándolo  anonadada, ¿Acaso dijo que vendría conmigo? ¿Piensa que no se conducir de noche o cuidarme sola?

-¿Qué pasa?

-¿Co...cómo que  te irás conmigo? ¿Y el bar?

-Quiero asegurarme que llegues a salvo a tu casa ya que dices que vives a las afueras de la ciudad. Y con el bar no hay problemas para eso está Deborah. – y dirigió su mirada hacia la chica del pelo rojizo la cual nos miraba de una forma extraña como si algo le llamara la atención.- Vamos.

Sin más salimos de ahí y nos dirigimos hasta donde se encontraba Bear, creo que si le contara a este hombre sobre el nombre que había elegido ponerle Charlie a su auto se moriría de la risa.

- A propósito.- dije mientras abríamos las puertas del auto. No se tu nombre.

- No. Espera. Yo conduciré.- dijo ignorando mi pregunta, me quede mirándolo y rodee los ojos, empezamos de nuevo con el  ‘’señor machista autoritario’’.

-¿Crees que no puedo hacerlo?.

-Ya te dije que yo mismo quiero asegurarme de tu bien estar.

-¿Y por qué te preocupas tanto por mí?.

-Solo me preocupo por mis empleados, vamos sube al auto.- dicho esto se subió del lado del conductor, giré alrededor de éste haciendo que no me quede más alternativa que ir desde el del acompañante.

Durante el principio del trayecto no nos dirigíamos casi ninguna palabra era casi incomodo hasta que decidí romper yo misma el silencio.

-Oye creo que no has contestado una de mis preguntas.

-¿Ah sí? Dime cual.- decía mirando fijamente por el parabrisas con esa mirada tan relajada.

-Te pregunté cómo te llamabas.

-Wow de repente el interés de saber de mi despierta en la ‘’Señorita orgullo’’. Yo tampoco se cosas de ti.

-¿Y qué quieres saber de mi?.

-No lo sé…  hay varias cosas… como tu apellido por ejemplo.-Di un leve suspiro.

-Meyer.

-Sophie Meyer.- repetía despacio.-  suena bien.

-¿Y usted señor misterioso?. – pregunté divertida.

Una sonrisa ligera y cariñosa se dibujo en sus labios.

-Andrew, Andrew  Thompson.-  De pronto y sin saber el porqué, al escuchar ese nombre se me vino en mente la imagen de Kate y de Charlie.  Sus caras de sufrimiento cuando me contaban sobre su hijo.- Sophie, Sophie ¿estás bien?.

-¿Qué?, Si si estoy bien. –contesté mientras trataba de salir de ese pensamiento.

- ¿Segura?.

-Claro. ¿Por qué no iba a estarlo?

-No lo sé… es solo que… olvídalo.

-¿Qué sucede?

-Nada. ¿Estamos cerca de tu casa?.-

Confundida por esa incómoda situación me limite a mirar hacia delante.

-Es ahí. – dije de repente mientras le señalaba hacia la izquierda.

Luego de 5 segundos se estacionó frente a la casa, pude notar una extraña expresión en su cara al dar un leve vistazo hacia la linda casa que se encontraba frente a nosotros.

-¿Vives aquí?. – me preguntó con algo de confusión en su rostro.

-Emm… si.. ¿Por qué?. ¿Sucede algo?.

-No… es bonita.

-Bueno… gracias por todo. Emmm… ¿No gustas de entrar a tomar algo?.

-No creo que sea buena idea. Tengo planes para mañana en la mañana.

-Oh. Que lastima. ¿Y cómo volverás hasta la ciudad?.- después de todo olvidé que habíamos venido en mi coche.

-No te preocupes.  Ahora le llamaré a Deborah para que venga a recogerme.

-Entonces… ¿no quieres que me quede a acompañarte?

-Eso no suena mal. – en sus labios se dibujo una pequeña sonrisa.

- No es necesario que te lo tomes en doble sentido.  Son solo unos minutos.

-Si. Claro.

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Holiis como están? espero que bien, quiero agradecerles por que he notado que han habido mas lectores entre ayer y hoy y es impresionante la forma en la que rápidamente aumentaron los números, la verdad que me puse muy feliz y me hacia falta (porque he estado un poco desanimada estos días) así que ahora subiré mas seguido de lo posible, espero que comenten y sigan así. Las quiero! :)

Señales del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora