"Querido diario,
el amor que creía no correspondido todo este tiempo, ha sido correspondido.
Por fin puedo decir que la persona que tanto anhelaba poseer es mía, por fin puedo dejar de pensar que nunca me amará, por fin puedo dejar de callar y ahogar mis pensamientos en ti, diario.
Es por eso que quiero despedirme de ti: después de esto te dejaré, probablemente olvidado en un rincón, para poder pasar más tiempo con mi ahora novio. No necesito contarte mis sufrimientos, porque sé que con él a mi lado, no sufriré más.
Quería darte las gracias, a pesar de ser un ser sin vida, por escucharme. No soy una persona muy abierta, tu bien lo sabes, y no puedo decirles a todos lo que siento, por lo que fuiste de mucha ayuda. Gracias. Muchas gracias.
Te prometo amar y cuidar a mi Ken todos los días de mi vida, te prometo que jamás le alejaré de mi como ya hice una vez, te prometo confiarle todos mis secretos, solamente a él.
Te prometo hablarle como muchas veces te he hablado a ti, te prometo ser sincero.
Muchas gracias, te prometo ser feliz."
Dejé el lápiz suavemente sobre la mesa, inseguro, y cerré el diaro con llave, respirando profundamente, dejándolo en el tercer cajón de mi mesita de noche.
Justo cuando cerraba el cajón, alguien llamó a la puerta y me dirigí a ella para abrirla, encontrándome con una visiblemente suave cabellera marrón.
-Leo, ¿Qué hacías? ¿Te apetece ir a tomar algo conmigo? - Comentó un sonriente Ken, volviendo sus dos expresivos ojos unas finas y adorables lineas, a la vez que agarraba mi brazo para tirar de mi sin darme tiempo a responder.
Sonreí, susurrando un suave "Claro", acompañándolo de una sonrisa que sin querer dejé salir, cada vez era más habitual verme sonreír ante él.
Ensanchó aún más su sonrisa si era posible y me llevó afuera del apartamento que compartíamos todos los miembros de VIXX.
Ken tiró de mi mano hasta el parque y le invité a un helado, a pesar de que él insistía en que no pagase su helado. Nos sentamos mientras charlábamos de tonterías y trivialidades.
Cuando Ken acabó su helado, sentí como movía lentamente su cabeza hasta dejarla completamente apoyada sobre mi hombro, provocando que mi corazón se exaltase. Procurando mantener mi usual cara seria, bajé mi cabeza con timidez para apoyarla sobre la contraria. No pude evitar un suave sonrojo.
Puso su mano extendida hacia arriba sobre mi pierna, gesto que entendí, y agarré su mano fuertemente, entrelazando nuestros dedos. Al rato, noté como giraba la cabeza y me depositaba un suave beso en el cuello, y yo no pude evitar sonreír ante tal acto.
-Oye, Leo... Dile a N que hoy quizás no volvemos hasta mañana, ¿vale? - Ronroneó contra mis labios, pues de un movimiento se había posicionado sobre mis, ahora tensas por los nervios, piernas, y había aprisionado mis labios con un apasionado beso.
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¿Demasiado pastelosa? A mi me ha gustado escribirla, espero que a vosotros os haya gustado leerla ^^ Dejar un comentario con vuestra opinión y alguna sugerencia, y votar si os ha gustado ^^