BELLEZA IMPERFECTA

386 14 0
                                    

—Sena no puedo esperar más tiempo— suspira frustrado mientras que sus dedos hacen el trabajo de sobar el puente de su nariz con cansancio —el antepasado mes me prometiste pagarme y te lo dejé pasar con la condición de que no tardaras mucho y este mes juraste y perjuraste tenerlo todo junto. Y bien ...— suspiró lanzando su horrible aliento en mi rostro —¿ dónde está mi dinero ?— rechiné mis dientes mirando al viejo casero de bigotes amarillentos por los siglo que llevaría fumando y una dentadura que ni mi abuela en sus tiempos de abstinencia de dentista, todos esos dientes que parecía no haber pasado por el milagro de la pasta de dientes. Bien podría decirse que no estaba pasando por la mejor etapa de mi vida, pero el que se está muriendo de hambre no es precisamente él. con lo bien alimentado que se ve, y ni digamos de su mujer...Tal para cual competían por quien tenía más barriga.

Tosió frente a mi sin tener la decencia de taparse la boca, o aunque le tomara más tiempo, sacar un pañuelo. Me daba repugnancia este hombre, pero en cuanto ví el anuncio de barato alquiler en su piso, salté de alegría. Sacó su cajetilla de cigarrillos y colocó uno entre sus labios suspirando con la mano tendida en el aire en espera del dinero que no llegaría por arte de magia, porque estaba sin blanca. Tenía una mirada fulminante que no me afectó en absoluto.

—Verá resulta que— que intenté sonar amable. Si quería seguir viviendo aquí debía parecer la típica buena alquilina que pagaba al contado y sin retrasos su alquiler. Algo que era ajeno a mi. Una mujer de 25 años en paro, y que los pocos trabajos que había conseguido se esfumaron como el humo del cigarrillo estrellando en mi cabello. Saqué un poco más mi cabeza que sobresalía de la puerta. Mantenía mis ojos fijos en este señor para que no dudara de mis intenciones. necesitaba sonar convincente o mi plan se iría al garete - los hijos de mi hermana contrajeron una fuerte varicela y ella no tenía dinero para sus medicamentos, como comprenderá yo no puedo quedarme de brazos cruzados viendo que necesitaba ayuda— el hombre impaciente golpeó la punta de sus zapatos desgastados. Sonreí internamente porque su paciencia se agotaba como los poco cigarrillos en la cajetilla —y también he de alimentarme, y los planes de pagarle ...— sus ojos de sapo me inspeccionaron intentando saber si decía la verdad o era otra de mis excusas.

—Con que esas tenemos ...- un silencio que él internó me asustó solo un poco, un poquito...  la semana que viene recoges todos tus tratos y te marchas de aquí— abrí la puerta completamente indignada y a punto de lanzar llamaradas de mi mal humor. No era quien para echarme así como así. Ya, lo sé, era mi casero y dueño del piso, pero in poco de amabilidad no le vendría nada mal- no ponga esa cara señora, ya tiene suficiente edad como establecer su situación económica —¡¿me estaba llamando vieja?! , vale que no soy modelo, pero tampoco es que se me hayan caído los años encima. ¿O sí?

—Con que ya estoy vieja y debería buscar un hombre que me mantuviera ¿ quiere decir eso ?— la confusión que me transmitió su mirada me enfureció más. Y tampoco es que estuviera sacando de contexto las cosas...- no necesito de nadie que me mantenga, y no me venga con que busque un trabajo, como se nota que usted no és de este siglo ...— recordé las veces en que había echado a la basura mi dignidad, implorando en mis entrevistas de trabajo para que me dieran ese puesto. Desde luego que la foto no era reciente , sino de cuando aún estaba de buen ver. Aunque ahora solo buscan niñatas o niñatos de  18 con cara bonita, ni que fuera lo más espantoso de este mundo ...y cuando llegaba a sus despachos veían mi cara, revisaban mi edad, y entonces era cuando se avecinaba la mala notícia, no deba con el perfíl. Mi casero fruncía su uniceja, porque esas cejas de no ser depiladas en su vida  se habían unido siendo una sola - vive tan pancho en su casa sin preocuparse del mañana— su mirada comienza a oscurecerse de la rabia. Pero... a mi nadie me gana de mal humor, mucho menos este hombre más rácano —ahora la gente solo busca chicas guapas sin cerebro ¡EL JODIDO PARO ME ESTÁ ECHANDO A LA MUGROSA  CALLE!— intenta hablar pero hago resonar la punta de mi tacón contra el suelo.

BELLEZA IMPERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora