Océanos. Desde aquí puedo sentir como la gente suplica por su vida y pide perdón por sus pecados. Un castillo de hielo es donde mis aposentos se encuentran. En mitad del océano, donde miles de miradas, deseos,distancias y lágrimas la gente ha derramado. Es un vertedero de las cosas que nunca llegamos a cumplir por el simple hecho de poder hacerlo mañana. Ya las cosas no van así, hoy no sabes de que puedes morir. Yo, día a día, llantos desconsolados de gente, lágrimas en busca de ayuda, miradas perdidas vacías sin alma, cuerpos pálidos me llegan desde el océano. Que ironía que el océano es una de las pocas cosas que aún conservan su vida propia, y todo lo que llega de tierra está muerto. Ojalá, todo esto fuese un sueño, pero por desgracia es parte de la realidad. Y déjame decirte que, nosotros, por desgracia, solemos mirar hacia otro lado.