Como te conocí... como te veo.

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En los olímpicos del 2014 justo cuando te conocí, vi como triunfaste he hiciste realidad tus sueños. Te llevaste la medalla de oro a casa, estabas tan feliz que yo no hayaba como calmarme, las emociones estaban todas aturdidas sin poder llrgar a un acuerso mutuo en donde una sola saliera a flote. Al final, después de un gran trance mental, una sonrisa de felicidad se esbozó en mi rostro, y eso es, porque al igual que tú, tu sonrisa es contagiosa e imposible de ignorar.

Como de costumbre, decidí que después de aquella competencia en donde llamaste mi atención de una manera bastante grande, hice una investigación bastante exhaustiva de todo lo que pudiese averigüar en el internet.

Al terminar aquello, solo pude apagar el ordenador y mirar hacia el blancusco techo con alguna que otra grieta, con una estúpida sonrisa en el rostro y con las pupilas dilatadas por la exitación de haber  encontrado a alguien tan interesantemente talentoso.

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Con el paso del tiempo, fuí alimentando cada vez más la admiración ante el arte que tu haces.

Cada una de tus presentaciones (apartando los fallos en saltos y todo aquello) puedo sentir como te lo gozas y haces esas magistrales coreografías.

Al verte entrar a la pista, cuando hacen los acercamientos de la camara hacia tu rostro, puedo apreciar como tus arrasgados ojitos marrones se cierran y como intentas relajar cada facción de tu fino rostro con un suspiro de tus delgados labios, para dar inicio a una nueva historia completamente nueva y mejorada. 

Al empezar, es como si lanzaras un hechizo que congela a todo el público que no puede apartar la mirada de ti.

Tus pies se mueven al son de la canción, mientras que poco a poco tu cuerpo se va soltando también al ritmo de la melodía constante.

Y lo que te hace especial... Es que, a pesar de que falles, tu te levantas y sigues disfrutando de tu presentación sin que te importe demasiado lo que hay a tu alrededor, porque tu sabes más que nadie lo que significa estar allí, porque tu eres el único allí, que sabe todo lo que tuvo que luchar para encontrarse allí parado frente a grandes patinadores.

Y cuando terminas, siempre tienes esa radiante sonrisa en el rostro, una sonrisa esperanzada de poder seguir rompiendo barreras, de poder seguir siendo un gran fenomeno del patinaje artístico, de poder seguir ejerciendo lo que ahora te llena más de dicha y alegría.

Sé que conocerte, es algo casi imposible, pero aún así... La esperanza es lo último que se pierde en un ser humano. Y yo no seré la triste excepción.

Porque yo también lucho, a pesar de mis circunstancias, lucho porque algún día pueda mirarte a los ojos sin necesidad del contácto físico, y decirte con toda la sinceridad del mundo lo mucho que me gustan tus rutinas y lo ansiosa que estaré de seguirlas viendo, de seguro... Con otra persona a mi lado, con la que sería mi compañera de vida, y con aquella a la que tu espiritú mágnifico, puedas sorprender, y por supuesto, que llegue a admirarte tanto como yo.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2017 ⏰

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Yuzuru HanyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora