PRÓLOGO

1.7K 48 4
                                    

   Nueva Orleans, la ciudad fundada por los vampiros Originales, ese era un buen sitio para empezar a buscar a los de su especie.

   Observaba todo desde una especie de almacén, con la ventana rota por la que había entrado, desde el callejón al que daba.

   Estaba lista para atacar en cualquier momento y que no me pillaran desprevenida.

   Mi mejor amigo, Fedric, estaba en el callejón tirado en el suelo cubierto de sangre y sin moverse.

   De pronto una sombra entró en el callejón con movimientos cuidados, como si fuera un lince y acabara de ver su presa. Parecía un hombre, de 1'70 aproximadamente. A una velocidad asombrosa se acercó a Fedric, con la poca luz que había pude distinguir sus colmillos en la oscuridad, un vampiro.

   Atravesé la ventana, llamando la atención de la criatura, antes de que reaccionara saqué la ballesta de la bolsa y le disparé en el cuello. Se acercó rápidamente arrebatándome la ballesta y mandándola lejos de mi alcance, luego me agarró del cuello y me lanzó contra la otra pared. Un golpe como ese habría dejado a cualquier humano fuera de combate, pero me recompuse rápidamente, dejé que pensara que estaba desmayada, en lo que el vampiro se acercaba otra vez a mi, ya tenía preparada la estaca, se arrodilló a mi lado y aproveché para clavarle la estaca en el estomago, haciendo que maldijera y se retorciera, mientras que Fedric pasaba unas cuerdas, bañadas con verbena, por el cuello de la criatura.

   -Ya podías haber ayudado antes.- dije levantándome y sobando mi espalda.

   -Lo estabas haciendo muy bien sola.- contestó mientras le ataba las muñecas y las piernas con las cuerdas.

   -¡Soltadme!¡Os voy a desgarrar la garganta!-gritaba furioso el vampiro.

   -Tranquilo, amigo, solo queremos información- dijo con una sonrisa Fedric.-Tienes un anillo de día y no eres de aquí, supongo que nos servirás. Ahora, por las buenas o por las malas.

   -No lo sé y aunque lo supiera no se lo diría a un chucho.- escupió a Fedric en la cara como respuesta.

   -Supongo que eso significa que lo prefieres por las malas, Elizabeth te toca- agregó apretando más las cuerdas que sujetaban el cuello del vampiro.

   -¿Donde están los Originales?- pero siguió sin querer hablar, me acerqué a la bolsa que estaba debajo de la ventana rota y saqué una botella de agua.- ¿Donde están?-pero nada, me puse unos guantes de látex, destapé la botella y le hice beber un poco.- Ay pero que olvidadiza soy a los vampiros nos quema la verbena- el vampiro empezó a toser como si se estuviera muriendo-¿donde están? Dínoslo y te dejaremos en paz.- contesté con una sonrisa cínica mirando a Fedric. Pero seguía sin colaborar. Así que le quité la estaca del estómago y se la clavé en la pierna.-¡Contesta!-grité y le eché la verbena en la cara, volvió a soltar un alarido.-¿Sigues sin querer hablar?

   -Amigo, ahora está de buen humor y con paciencia, yo que tu se lo decía por las buenas.

   -Lo gracioso... es que dejes que ella me torture...eres un...hombre-lobo...odias a los vampiros

   -Si los odiara no iría con ella. Ahora pórtate bien y contesta.- al no hacerlo, le apretó más la cuerda casi al punto de asfixiarlo.

   Más o menos media hora más tarde de haberle estado desangrando y obligarle a tragar verbena decidió hablar.

   -Basta, os diré lo que sé pero dejadme ya- hizo una pausa y Fedric aflojó las cuerdas- Mystic Falls, es lo que dicen, dicen que Niklaus está en Mystic Falls y también dicen que a sus hermanos les clavó una daga y los llevaba consigo en ataúdes, pero que recientemente se la quitó a uno de ellos-dijo por fin.

   -Bien, muchas gracias. Nos has sido de gran ayuda. Ahora como prometí te dejamos en paz- le di la espalda, saqué una estaca que tenía en el bolsillo interior de mi chaqueta y con gran velocidad se la clave en el corazón.- Ya estás en paz.

   -¿Por qué no me has dejado matarlo a mi?

   -Porque al de ayer lo mataste tu, así que éste era mío.

   -Buen punto. ¿Ahora que hacemos?

   -Tu te quedas aquí- intentó protestar pero no le dejé- el vampiro de anoche nos dijo que Nicklaus busca o buscaba hombres-lobo y por si se te ha olvidado tu eres uno. Sería como ofrecerte en bandeja de plata.-dije irónica, plata, hombre lobo...

   -Bien, pero me quedaré en un pueblo de cerca por si necesitas ayuda.

   -Hecho, vamos a recoger esto y hacemos las maletas.

    -Por cierto, mal chiste el de los hombres-lobo y la plata- dijo y soltó una carcajada.

   HOLA, HASTA AQUÍ EL PROLOGO, ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, SI ES ASÍ DENLE A LA ESTRELLITA Y COMENTEN.

NOS LEEMOS 😘😘

[18/10/2016]

La sobrina de los Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora