No sabía cómo sentirme.
Hacía mucho tiempo que no me alteraba así.
Tras cerrar la puerta, me senté en el suelo; apoyándome en ella.
¿Cómo ha podido hacerme esto? Que hijo de puta... ¿Por qué le he echado de menos? ¿Quién sería esa tia de pelo rojo...? Madre mía aun no me lo creo.
Decidí levantarme e ir al servicio.
Estaba blanca.
Las arcadas iban y venían.
Quiero estar bien...Pero no puedo.
Llamaré a Tania.
No lo coge.
Vaya amigas.
A lo mejor solo necesito relajarme y dejar de pensar en todo lo que me rodea.
Salí a la calle. No sabía a dónde me dirigía. Hasta que me acordé que cerca de allí vivía un camello amigo de Tania.
Me dirigí a su casa. Era tarde, pero seguro que estaría disponible para una compra exprés.
Llame a su telefonillo y sin preguntar quién era me abrió la puerta.
El piso era el 2ºC, lo recordaba de haber acompañado alguna vez a Tania a pillar marihuana para alguna fiesta. Alguna vez le había dado una calada, pero nunca me había propuesto fumarla hasta olvidarme de todo.
-Hola-Me dijo cuando abrió la puerta de su casa. Era un tipo normal, con su familia y su pequeño comercio para salir adelante a fin de mes.- ¿Cuanto quieres?
-Hola...-Dudé por un segundo.- Quiero 5 euros.
-¿Estás segura?-Asentí-Espera un momento.-Y tras dos minutos, volvió con una bolsita de plástico.-Aquí tienes. Le di el dinero y cerró la puerta.
Que fácil era todo.
Miré la bolsa indecisa aún y la guardé en el bolso.
Era tarde. Muy de noche. Pero quizá me hacía falta compañía.
Cogí el teléfono y marqué.
-¿Alicia?
- Elijah, ¿es mañana cuando tienes la presentación del trabajo?
-No, mañana solo tengo una reunión a las 8 de la tarde. Es pasado cuando tengo la exposición. ¿Por qué? ¿Estás bien?
-Ha pasado algo...Y te necesito. ¿Puedes venir?
-Si. Pásame la ubicación de tu casa y voy para allá. Cojo un taxi.
Perfecto. Al menos no pasaría la noche sola. Y probablemente un poco de diversión no me vendría mal.
Llegué a casa y tras dejar las llaves y el abrigo en su sitio, saqué la bolsa de marihuana y me dirigí al mueble bar.
Whisky, ron, licores varios...Había de todo. Suerte que antes me gustase beber.
Saqué un par de vasos y unas cuantas cervezas.
Después de 30 minutos sonó el telefonillo.
-¿Alicia?-Preguntó
-Si, soy yo. Sube rápido.
Y en menos de un minuto lo tenía en frente de mí.
-Hola, ¿Qué ha pasado?-Le abracé fuerte.
-Nada. Solo que soy una idiota-Me abrazó fuerte.
-No eres idiota.-Y yendo hacia el sofá le empecé a contar lo que había pasado.
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Déjame que te muestre.
RomanceTras la muerte de su madre, Alicia cambió por completo. Novio decente, vida serena, estudios completados. Ella ya había madurado y la adolescencia, las juergas, las traveuras etc las había dejado atrás...Por que la juventud solo se vive una ve...