Mi Jefe y Yo ¿Un amor prohibido?

New York (Parte 2)

El olor a comida hizo que me despertara. Me levanté de la cama, y vi a Aly en la cocina cantando mientras hacía el desayuno. Ella volteó a verme y sonrió.

—Toma asiento Chris, esta ves te consentiré yo a ti.

Sirvió la comida y se sentó junto a mi.

—Cantas hermoso.
Vi como sus mejillas comenzaron a ruborizarse.

—Estaba pensando ir a dar una vuelta por la ciudad.

Negué varias veces.

— No puedes ir sola, y yo no puedo ir contigo.

— ¿Por qué?

— Hoy firmaremos el contrato para la construcción del nuevo edificio y tendremos una reunión con el encargado de este proyecto.

— ¿Entonces mañana?

—No, hoy mismo nos vamos de esta maldita ciudad.

No dijo nada más, el silencio reino mientras comíamos.
Al terminar me Aliste para irme, besé su frente y salí del hotel hacia la reunión.

Cuando terminé de firmar mi teléfono vibró, era un mensaje de Aly.

Te espero en la noche, saldré un momento, no te preocupes.

Aly.

¿QUE NO ME PREOCUPE?

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Le envié un mensaje a Chris y salí del edificio, compraría algunas cosas y regresaría antes de que el llegase.
Entré a la primer tienda que vi, le compre a Chris un collar con su inicial, a los niños les compre recuerdos de New York al igual que a Eli y a Cara.

Salí de la tienda dispuesta a regresar al hotel, por lo visto el destino no pensaba lo mismo.

— Vaya vaya vaya, pero miren a quien vuelvo a ver.

Me congele alli mismo. El miedo se apoderó de mí. Era él, era James.

Volví a caminar, esta vez más rápido, quería que pensara que no lo había escuchado, que no sabía que el venía siguiendome.

— No trates de huir, no lo lograrás.

Me tomó del brazo muy fuerte haciendo que me retorciera del dolor dejando caer la bolsa con los recuerdos.

Miré a todos lados en busca de ayuda. La calle está desierta y mi miedo aumentó.

— Con que tratando de alejarte de mí he?
Soltó una carcajada gruesa y escasa de gracia.

Lágrimas bajaban ya por mis mejillas.

—Su.. sueltame, me lastimas.

Traté de parecer firme, de no tener miedo Como antes, pero fallé, mi miedo era más que antes. El se dio cuenta y apretó más su agarre mientras en su rostro aparecía una sonrisa de triunfo, gemí de dolor.

— Eres tan estúpida - negó con la cabeza - igual o mucho más que antes.

La calle seguía desierta, esperaba que alguien me ayudase, me protegiera, alguien que me diga que esto es una pesadilla, que me diga que todo estará mejor. Que sea alguien sea Chris.

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¡En donde demonios se encuentra Aly! Estoy furioso, debió obedecerme cuando le dije que no debía salir, en estos momentos me encuentro llamando a uno de mis empleados de seguridad.