Con solo escuchar su nombre mi estomago salta y el aire no entraba a mis pulmones...El día pasaba en silencio por los pasillos del castillo de mármol y cristal. El bullicio siempre se centraba en la cocina y en las salas de planificación. Los soldados redoblaban la guardia por un avistamiento de vampiros cerca de las casas del Este de la ciudad, aunque fuera solo error de los atemorizados y nerviosos habitantes, les daba algo que hacer. Todo había estado muy tranquilo desde hace tiempo ya.
Sabían que los vampiros no habían abandonado las montañas, bajar la guardia era una locura. Encontrar su escondite era algo clave ahora, aprovechar la ausencia de los ataques era factible, pero la compañía real no se termina de movilizar debido a que el capitán no llegaba nunca a un acuerdo con el general. Se necesitaba la intervención del As de la estrategia, nada mas y nada menos que la reina Sure, pero esta había estado indispuesta desde hace tres días. Su apariciones en las comidas también había disminuido; sus sirvientes se empezaron a preguntar que era lo que la mantenían cautiva dentro de sus habitaciones. Por mas que iban y venían sirvientes, de ellas jamas lograban resolver el misterio.
-SuMajestad, aquí esta su desayuno.
-Déjalo ahí.- Contesto Sure sin levantar la mirada de los papeles que tenia sobre el escritorio.
-Por cierto SuMajestad- continuo la criada- El Capitán Manso quiere hablar con usted de algo importante.- Sure arrugo la frente e hizo señas de que se fuera, la criada esperaba esa respuesta así que continuo insistiendo- realmente ha insistido mucho en verla hoy Su Majestad, se encuentra afuera de sus aposentos dispuesto a irrumpir si es necesario.
En ese preciso momento un hombre grande y formidable entro a grandes zancadas a la habitación. Tenia aires de determinación y obstinación que calentaron la fría sala mientras avanzaba; Sure se hecho hacia atrás en el sillón de terciopelo rojo mirando perezosamente a el Capitán Manso de reojo. Este se disculpo con altivez de su forzada entrada, la criada trato de pedir perdón por la impetuosa situación, pero Sure levanto una mano dándole a entender que no importaba ya, así que le pidió que la dejase sola con el caballero. La criada hizo una solemne reverencia antes desaparecer por la gran puerta.
-Puedes hablar, Capitán Manso, solo somos nosotros.
-Perdone mi atrevimiento, pero en los últimos dos días a sido difícil lograr conseguir una entrevista privada con SuMajestad.
-No tengo intenciones de perder mi tiempo con estupideces, así que al punto ¿Que lo a impulsado a valerse de una criada para irrumpir en mis aposentos tan temprano?
-Quiero solicitarle que apruebe de la búsqueda por el Este del bosque.
-¿Entonces quiere decir que están seguros que el campamento de las sanguijuelas están por esa zona en particular?
-Es mas que posible, han habido varios avistamientos vampiresco por el Este de la ciudad.
-Le recuerdo que no pienso ni deseo mandar a mis hombre en una búsqueda en vano. Quiero certeza de que no va ser una perdida de tiempo todo esto de la búsqueda del campamento de los vampiros.
-Con el debido respeto, SuMajetad, también son mis hombres los que están luchando para librar al reino de las sanguijuelas. Y estamos mas que seguros que de hay procedes esos rastrero animales.
-Entonces hagan lo que ha dicho- y entregándole los planos que le había dado al principio de la conversación entrelazo sus delgados dedos y lo miro con un frió y vació determinación.- No fallen esta vez.
-No lo haré, SuMajestad.
El capitán se despidió, dejando a la reina sola, o eso él creía. Sure se aseguro que la puerta doble no se volvería a hablar. Al no escuchar ni un chasquido, Sure se aproximo a la trampilla oculta detrás del cuadro del rey Uziel. Detrás de una gruesa cortina blanca se extendía unas escaleras, al final de estas se encontraba un cuarto equipado básicamente, la luz del exterior no lograba llegar a este por lo cual utilizo la lampara de mano para espantar las sombras y poder iluminar las penumbras. En la cama se estiraba con dificultad el huésped improvisado con su grillete particular en el tobillo izquierdo. Pudo ver a su hospedera con una cara lúgubre acentuada por la débil luz de la lampara; una diminuta sonrisa se dibujo en su rostro al tratar de incorporarse en el lecho no con poca dificultad por parte de sus aun vivas heridas.
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El Juego entre la Sangre y la Nieve
Science FictionUn reino, rodeado de montañas, nieve y secretos. Dos descendencias, destinadas a odiarse. Un mar de emociones, listos para arruinar el Progreso. Lealtad y tradición. Osadía y miedo. Pasión y odio... Hielo y sangre.