Yunho comenzó a limpiar su quinta mesa de su turno de la tarde. Se arrepintió tanto de tomar aquella mesa cuando miró la enorme sonrisa de su pareja detrás del vidrio.
Dios, ¿por qué Jaejoong no podía estar en sus asuntos mientras él tenía que trabajar? Claro, con la Navidad acercándose, sus descansos poco a poco se estaban acabando, pero no era excusa para que su pareja llegara cada dos jodidas horas.
Estaría bien una visita diaria, quizá dos. Pero Jaejoong llegaba siempre con la misma pregunta.
- Entonces... ¿ya sabes qué deseas como regalo? -Jaejoong se quitó sus guantes y se acomodó en la mesa que Yunho acababa de limpiar.
- ¿Otra vez tú? Deja de molestar a mis trabajadores. –El jefe de Yunho apareció totalmente enfadado. Y no era de extrañar.
- Está bien, yo me encargo. –Yunho trató de que su jefe no fuera más allá con Jaejoong. Sí, su novio estaba siendo molesto, pero no permitiría que nadie lo hiriera de ninguna manera.
- Si te quedas, ordena algo. –Jaejoong enarcó una ceja mientras observaba al hombre marcharse.
- Ordenaré algo y daré mi mejor propina. –Jaejoong se cruzó de brazos. Soltó un suspiro y volvió a colocar una enorme sonrisa en su rosto. – Así que...
- ¿Ordenarás algo? –Yunho se preparó para cualquier respuesta que se le diera. El rostro del otro le decía lo disgustado que estaba a ese punto.
- Té y galletas. –Jaejoong miró hacia la calle, esperando por su orden.
Yunho fue a entregar el pedido a su compañero de turno y espero a que estuviera listo. Llevó consigo la factura de la misma.
- Aquí está. Disfrútalo. –Ofreció una sonrisa esperando que Jaejoong bajara un poco su enojo.
- Lo quiero para llevar, y como yo no falto a mis promesas... -sacó su billetera y dejó más billetes de lo que debía pagar. – Quédate con el cambio.
Yunho sabía que cuando volviera a casa sería peor con lo que se encontraría. Sin decir palabra regresó con el pedido y lo empacó para que Jaejoong se lo pudiera llevar.
No se sorprendió cuando su novio no se despidió cuando recibió lo pedido.
Yunho ya prefería no decir nada. Con dos trabajos que mantener, enojarse con Jaejoong ya no era algo que deseara, aunque sea para divertirse un poco.
Además, su novio era alguien para tener con cuidado. Nunca se sabía con qué podía salir si no estaba contento con su alrededor. Aunque lo tenía un poco sorprendido que no había hecho alguna escena por no responderle a lo que deseaba para Navidad.
Aunque si lo pensaba bien, irlo a visitar cada poco tiempo a su trabajo podía ser contado como un arranque de berrinche.
No es que él no deseara que su pareja desistiera en conseguir algo para él. Pero tampoco quería algo en especial. No más que tenerlo toda la noche para él.
Pero Jaejoong quería, no, exigía que Yunho dijera algo en específico para regalarle.
Tener feliz a Jaejoong era algo complicado. Tan complicado de comprender incluso para sí mismo; porque olvidaba todo cuando una sonrisa aparecía en el rostro de Jaejoong.
- ¿Pensando otra vez en el chico de rostro delicado?
Era otro día y su compañero, Changmin, ya comenzaba con sus buenos consejos.
- Odia que lo llames así. –Yunho continuó lavando los vasos que le hacían falta. Realmente se había distraído un poco, pero no por pensar en Jaejoong.
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[One-Shot] El regalo especial - YunJae
FanfictionJaejoong deseaba tener el mejor regalo para esta Navidad. Yunho sólo deseaba que su novio lo dejara trabajar tranquilo por una tarde. Nota: reto del mes de Diciembre de la página 'Crónicas del YunJae'