Parte única

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Papi no estaba en casa, su cama se sentía fría y vacía, no le gustaba para nada despertar solo en su habitación, pero papi tenía mucho trabajo, y él no podía interceder ante ello.

Se revolvió entre las sábanas, otra vez el vacío lo llenaba lentamente, bajó sus pies de la cama y se estremeció al sentir el suelo frío tocar su delicada piel, miró por distintas direcciones buscando la ropa que se le fue arrancada la noche anterior, sin éxito alguno, así que optó finalmente por cubrir su delgado ser con el edredón grueso.

Decidió que tomaría una ducha, se sentía sucio, su piel estaba pegajosa por el sudor ya seco, caminó por toda la habitación mientras se quejaba mentalmente de no encontrar sus pantuflas rosas de peluche, el suelo estaba tan helado que se imaginó a sí mismo cubriéndose de hielo en un santiamén, como en las películas.

No sabía si sentía más frío por que en realidad lo había o porque le faltaba la compañía de él.

Se miró al espejo, revolvió sus cabellos rosas y se acercó más a este para ver su rostro con más detalle. Sus ojeras tomaban más nitidez conforme no dormía en las noches, sin duda también había bajado mucho de peso, necesitaba a papi más tiempo con él, sino terminaría muriendo o algo así...

Bufó y bajó la mirada, papi siempre le decía que era bonito así, pero para él no era tan fácil creerlo. Dejó de mirarse, ligeramente molesto consigo mismo, y se metió a la tina de baño para dormir con el agua caliente relajándolo, ¡usaría el jabón de baño nuevo que papi le compró!

Cuando salió de la ducha eran las 4:00 PM, aún faltaban cuatro horas para que papi llegue. Decidió esperarlo, abrazó su oso gigante de peluche y tomó sus libros de colorear junto a una bolsa de dulces para entretenerse mientras papi llegaba. Al dar apenas las 5:30, el pelirosa se encontraba nuevamente dormido, abrazando con recelo al gran peluche, oh... cómo lo adoraba, su papi se lo había traído de un viaje de trabajo, y era esponjosito y suave, lo usaba para dormir cuando se encontraba solo en el departamento.

Escuchó adormilado cómo alguien entraba a la habitación, sonrió inconscientemente, ¡papi había llegado! El más alto acarició el suave cabello rosa del pequeño cuerpo sobre la cama, se sentó a la orilla de esta y comenzó a pensar.

—Joshua... —el nombrado se revolvió entre las sábanas, intentando que el fresco aire no llegue a él. —¿Cuantas veces ya he dicho que no se come dulces en la habitación? —vociferó haciendo que el más bajo suelte un gruñido inaudible. —¿Sabes lo que significa eso?

—¿Vas a castigarme? —susurró lo suficientemente alto para que el contrario lo escuche, este endureció el rostro y Joshua sonrió internamente.

—A mi regazo, ahora. —sentenció con voz fuerte, cómo Joshua amaba esa voz tan varonil y apelativa.

Sin chistar salió de las sábanas, se acomodó en las piernas del más alto, dejando su bonito y redondo trasero a la vista, y cubrió su rostro con sus brazos. Mingyu levantó la mano, y fuertemente pegó la zona, haciendo estremecer al pequeño, volvió a alzar la mano y repitió la acción, Joshua gimió contra el edredón, ahogando el sonido. El moreno repitió el movimiento, una, dos, tres veces más, logrando que la piel se pinte de un color carmesí, dejó los golpes y pasó a masajearlo delicadamente, el pelirosa comenzó a mover las caderas lentamente por impulso, el ardor se comenzaba a sentir placentero, pero necesitaba más de aquel toque tan adictivo.

—No se supone que deba gustarte. —Mingyu apretó el suave trasero. —En cuatro sobre la cama. Ahora. —sentenció de forma seria.

El pelirosa se levantó, gateó hasta la mitad de la cama, y dejó caer su rostro y brazos dando la más preciosa vista a Mingyu. El moreno aflojó su cinturón y lo fue quitando mientras veía cómo Joshua extendía una mano para tomar la botella de lubricante en el cajón de la mesa de noche, su camisa blanca fue retirada junto al chaleco negro, el pantalón cayó por el peso cuando el cierre fue bajado, su pene se notaba orgulloso a través de la fina tela del bóxer, haciendo que Joshua ruegue a todos los santos salir caminando de esta. Escondió su rostro en la almohada y apretó el edredón con sus manos, sintió un peso moverse sobre la cama, y a alguien tomando sus caderas con sus frías manos, escuchó el "ploop" del lubricante siendo abierto y luego sintió el liquido frío escurriendo por su trasero.

—Despega las piernas. —sentenció el moreno, el pequeño obedeció y separó las rodillas dando mejor alcance. —No seré suave, este es tu castigo.

Tomó su pene y comenzó a hacer movimientos de vaivén con su mano esparciendo el lubricante, tentativamente rozando la piel del contrario, alineó la punta y comenzó a meterla lentamente, torturando al pelirosa, antes de que entre completo salió y de una estocada rápida volvió a entrar, Joshua apretó el edredón y gimió ahogando el sonido con la almohada, sintió sus paredes dilatarse de golpe y un intenso ardor en su esfínter, Mingyu quedó inmóvil por segundos hasta que comenzó a moverse lentamente, aumentando la velocidad paulatinamente. Era demasiado masoquista, Joshua se ahogaba en su propio masoquismo en aquel momento, haciendo enojar a papi solo para ser castigado.

Sintió la punta del pene dar justo en el punto perfecto, gimió y apretó de nuevo el edredón, el contrario siguió saliendo y entrando repetidas veces, observando su miembro desaparecer dentro, delineó la espalda de Joshua delicadamente, tocando la línea de la columna vertebral con las yemas de sus dedos. Los movimientos se volvían más rápidos y fuertes, Joshua sintió que se correría en cualquier momento. Mingyu salió de él sin previo aviso, ganándose un sonido de queja, tomó el hombro del pequeño y le dio vuelta, alineó su pene y de nuevo entró con fuerza, el contrario gimió arrugando la nariz y apretando el edredón con fuerza, mientras el moreno entrelazaba sus brazos con las piernas del pelirosa, apoyando las manos en la cama.

Joshua apoyó sus pequeñas manos en los brazos del contrario a medida que los movimientos se tornaban erráticos, Mingyu amaba los sonidos que el pelirosa hacía al tratar de ahogar sus gemidos, su pequeño cuerpo temblando a cada estocada. Con delicadeza acercó su rostro al cuello del pelirosa y comenzo a dejar pequeños besos por toda el área, Joshua entrecerró los ojos y llevó su mano al cabello de Mingyu, los movimientos de su cadera ahora mantenían un ritmo lento y preciso, tocó los cabellos cafés con desdén, el moreno posó la mano en el pecho del contrario, lenta y torturosamente fue bajando por su cuerpo mientras observaba directamente los gestos del mayor, finalmente tomó su pene y comenzó a mover la mano en vaivén.

—Vamos Joshua, córrete para mí. —las estocadas comenzaron nuevamente a ser fuertes y rápidas, Joshua dejó escapar un pequeño gemido que llevó al contrario al límite de su cordura, llevó su mano libre al tubo del respaldo de la cama para darse impulso, mientras con la otra mano sujetó la pierna del contrario, se movió fuerte dentro de Joshua quién apretó las sábanas nuevamente, el cabello oscuro se movía pesadamente lleno de sudor conforme a los movimientos, Mingyu soltó su pierna y tomó una de las manos del contrario. Joshua apretó la cadera del moreno con sus piernas, dándole a este ventaja para dar un golpe más certero. Sintiendo el clímax venir, dio tres estocadas más, el pelirosa sintió el líquido caliente correr dentro de él y gimió lo más callado que pudo. Mingyu respiró profundamente. —Odio que intentes ahogar tus gemidos.

Llevó su mano diestra hacia la pequeña mano izquierda del pelirosa, y lentamente la llevó al miembro de este, ayudándolo a sentir su liberación. No fue necesario mucho tiempo para que cuerdas y cuerdas de fino líquido blanquecino manchen el pecho del pequeño. Mingyu acercó su rostro a este y plantó un tierno beso en sus labios acorazonados.

—¿Por qué siempre te vas? —lanzó finalmente el pelirosa con un gesto de inocencia pero con un tono serio en su voz, el moreno tomó lugar en la cama a su lado.

—Joshua... tengo trabajo... —fue interrumpido abruptamente.

—¿Por qué no lo dejas? Dinero no nos faltaría por un tiempo. —el contrario bajó la mirada y esbozó una risa, Joshua lo miró de forma molesta.

—Eres una persona difícil... hoy me subieron de puesto, tendré mucho tiempo libre y ganaré más, iba a decírtelo pero comenzaste con las preguntas. —dijo y recibió un golpe en el pecho como respuesta.

—Eres un idiota, Mingyu.





Ya sé que a nadie le importa, pero es el fic que más tiempo me ha llevado, probablemente casi 3 meses y no estoy taaan contenta con el resultado :'v

Pero amo la portada así que alv

= Illest Bitch || Minshua =Donde viven las historias. Descúbrelo ahora