Capitulo 3

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 !Hola Hola! Aqui está el 3er capitulo, es muy corto, fue algo que salio en el momento, pero que es importante para la historia. 

Espero que les guste. 

Gracias por leerme, no olviden comentar y votar :D 

!See you soon!

xoxo

Estoy de pie en la mitad del parque con el teléfono en mi oído y con la boca abierta. Kevin es el que está sentado en la banca debajo de la farola dañada con una tipa en su regazo. Un bicho me pica en el brazo y me saca del estado de shock en el que me encuentro.

– Me dices nena ¿a mí o a la que tienes prendida del cuello como sanguijuela? –Veo como la aparta de él y gira su cabeza a todos lados buscándome hasta que se da cuenta donde estoy, se levanta y comienza a caminar hacia mí. Aun con el teléfono en mi oído lo oigo  balbucear excusas.

Se para frente a mí con los ojos abiertos.

 Nena, lo siento no es lo que estas pensando.

– ¡¿No es lo que estoy pensando?! ¡Es lo que estoy viendo Kevin!  ¡El lugar puede que este oscuro pero tengo lo ojos perfectamente bien como para ver que tenía su lengua en tus amígdalas!

– Vamos Emma, sabes que ella no es importante,. –Intenta agarrarme pero me alejo de él, sobre su hombro veo a la “señorita limpieza bucal gratis” es Ashley Bryant la capitana de las porristas. “Si, que cliché, se llama Ashley y es porrista.” Ahora veo porque la confundieron conmigo el día de la fiesta en la casa de Mitchel, es muy parecida a mí, desgraciadamente, cabello rubio cenizo ojos azules y contextura delgada, con la diferencia que ella tiene dos tallas de más en su sujetador.

La veo sonreír, le sacaría los dientes de un solo golpe y se los haría tragar como pastillas, pero sería rebajarme a su nivel, y no le voy a dar el gusto. Además ella no es la que me debía lealtad sino Kevin.

Vuelvo a mirarlo a los ojos,  ya tengo mi respuesta respecto a esa noche pero quiero escucharlo de él.

– ¿Fue ella verdad? –Pregunto.

– ¿Qué ella fue qué?

– ¿fue ella la de la fiesta en la casa de Mitchel? –El me ve y no responde y sé que fue ella, siento como si estuvieran estrangulándome el corazón. Es una mierda, esta es la cereza del pastel, esta es la manera de cerrar con broche de oro mi maldito día de mierda.

– Grandioso. –Es lo único que digo y me doy la vuelta, pero lo que él dice a continuación me detiene.

– ¿Y qué esperabas Emma? –Y se a lo que se refiere–. Llevamos más de seis meses juntos y no pasamos de manos sudadas.

– Lo de Mitchel fue hace tres meses, Kevin –Recriminé con mi voz ahogada– ¡Solo hace tres meses! Te dejé claro antes de aceptar ser tu novia que no iba a tener sexo contigo y tú estuviste de acuerdo.

– Pensé que era uno de esos discursos  mojigatos de “yo nunca he hecho eso” –Movió las manos en son de burla–.  y que luego lo haríamos.

– ¿Eso es lo que querías desde un principio? ¿Meterte en mis pantalones?

– Vamos Emma como si nunca te hubieras visto en un espejo, eres ardiente, te vi el primer día, sabía que seríamos la pareja perfecta. Y luego me sueltas esas escusas baratas de que quieres enfocarte en los estudios y lo acepté porque pensé que cambiarias de opinión, pero no pasó y  Ashley me da lo que tú no, sexo, pero eso no cambia lo que siento por ti, yo te quiero. –wow si así me quiere, por favor que no me odie.

– ¡Vaya! Gran manera de demostrarlo. –Río con sarcasmo.

– Estamos en el Instituto, ¿vale? No es como si debiéramos prometernos amor eterno.

– ¡Dios! ¡Eres increíble!, yo nunca pedí eso, pero creo que el respeto es un acuerdo tácito al iniciar una relación. –Y lo que dice después es todo lo que necesito para que mi corazón termine de romperse.

– Si tú no te hubieras negado a hacerlo conmigo. –Me señaló con el dedo–. yo no hubiera tenido que buscarlo en otro lado. –Lo observo, y no puedo creer que esté diciendo esto, el mismo que me besaba tiernamente, el que me daba fuerzas cuando le contaba como papá y mamá pasaban noches tratando de ver donde conseguir dinero para la escuela de Stan, el mismo con el que me reía  hasta llorar cuando trataba de enseñarle a usar el ula ula.

 Dios que estúpida, seguro se burlaban de mi cuando estaban juntos, y de seguro toda la escuela lo sabía, la única idiota que vivía en su burbuja rosa era yo, pensando en que era la excepción a todo esa pelea de popularidad e hipocresía.  

Pero no iba a dejar que él me culpara de esto.

– No Kevin, no trates de hacerme quedar como la mala de la película, para mí también era duro controlarme para que las cosas no se nos fueran de las manos, el hecho de que no puedas mantener tu polla en tus pantalones no es culpa mía. Vete a la mierda Kevin Miller. –Lo rodeé y caminé con mi frente en alto, no tenía de que estar avergonzada o sentirme culpable, mantuve mis convicciones  en primer lugar.

 Pasé por alado de Ashley y escupí en el piso, eso valían para mi, un simple escupitajo en el suelo, nada, basuras, basuras que solo pueden juntarse con basuras.

No iba a negar que me dolía, demonios se sentía como si me hubiera pegado en el dedo chiquito del pie contra cemento y el dolor lo multiplicaran por diez,  Vivian tenía razón, debí de haberla escuchado, toda esa mierda de su sexto sentido y todas esas cosas raras en las que ella creía estaban en lo correcto.

Falta poco más de un mes para  la graduación, estos serian los últimos días más horribles de mi vida.

Llegué a casa, mamá estaba en el sofá dormida en el regazo de papá mientras él veía televisión, era una postal digna de ver, pero dolía, porque anhelaba tener eso, tener lo que ellos tenían, que a pesar de las dificultades de este ultimo año aun permanecían juntos, apoyándose el uno al otro.

Sonreí.

– Hola. –Susurré para no despertarla.

– ¡Hola bebe! –Respondió papá en un susurro también–- ¿Cómo estuvo el trabajo?

– Muy agitado, ¿Stan ya está dormido?

– Si, hoy estuvo jugando con los hijos de los Preston, y terminó agotado.

– ¡Genial!

–Si, quería esperarte pero no aguanto.

– No importa mañana lo compenso, voy a mi cuarto estoy muerta.

– Está bien, descansa.

Subí a mi habitación y me di una ducha caliente, cuando salí del baño me puse la pijama y me metí bajo la sabana. Saqué mi teléfono del bolsillo de mi chaqueta que estaba en el piso a un costado de mi cama, habían varias llamadas de Kevin, estaba loco si creía que le contestaría.

Le escribí un rápido mensaje a Vivian.

Tenías razón sobre Kevin.

Un minuto después me respondió.

¿Estás bien? ¿Quieres que vaya?

No, estoy bien, solo quiero dormir, ¿podrías recogerme  mañana para ir al trabajo?

Claro, pasaré a las 6:45.

Gracias.

De nada, te quiero. y

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