CAPÍTULO 14

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CAPÍTULO 14: LA RAZÓN

La verdad no le sorprendía su respuesta, muy dentro de ella ya lo sabía.

—Eres cruel eres, onii-sama—susurró sonriendo ligeramente—. Pero es mi culpa por querer saber la verdad.

—Akemi...

Levantó la mirada, encontrándose con sus ojos que la miraban dolido. Ya era hora de aceptarlo, Itachi quería a Yami y no podía hacer nada al respecto.

Ella sabía muy bien que en el corazón no se mandaba.

—Itachi, lo que sucedió hace unos días...—Se calló para luego suspirar, ni siquiera sabía cómo decirlo. Lo mejor era cambiar el tema porque no tenía las palabras para explicarle lo que pensaba y sentía—. Yo lo aceptaré, aceptaré que quieras a Yami pero por favor, no hagas nada que lastime a Shisui en el proceso.

Él levantó la mano y le acarició el rostro con suavidad.

—Eres mi hermana, sabes que lo que sucedió fue un error y que no debe ni volverá a ocurrir—le dijo contestando lo que ella realmente quería decirle—. Es algo que hay olvidar, ¿entiendes?

Sí, claro que lo entendía. Por más atraída que pudiera sentirse por su hermano nunca podría existir un futuro entre ellos, simplemente era algo que estaba mal.

—Lo entiendo—contestó, cerrando los ojos. Su cabeza comenzaba a doler—. Pero es difícil, ¿sabes?

Abrió los ojos para encontrar el rostro de Itachi a poca distancia.

—Yo tampoco puedo olvidarlo, pero es lo que debemos hacer—confesó él recostando su frente contra la de ella.

—Está bien, lo olvidaremos y volveremos a ser los mismos de antes—le sonrió temblorosamente, preguntándose si realmente podría.

Itachi y Akemi volvieron en silencio, caminando a la par. Se sintió avergonzada cuando notó que las personas la miraban fijamente porque hace tan solo minutos había sido llevada por un saco de patatas.

Una vez de regreso solo se encontraron a Shun sentado viendo un video en su teléfono con los audífonos puestos mientras que su padre no estaba a la vista.

—Iré a buscar un café, ¿quieres uno?—le preguntó Itachi deteniéndose.

Ella asintió aunque no estaba interesada, solo quería tenerlo lejos porque se sentía incómoda con su presencia desde esa conversación.

—Sí, por favor.

Itachi parecía querer decirle algo pero prefirió asentir e irse en silencio. Ella se mordió el labio y se sentó junto a Shun, quien al notarla se quitó los audífonos.

—¿Estás bien?—Parecía preocupado.

—Sí, no te preocupes.

Él suspiró.

—Si es por lo que te dijo mi papá, solo olvídalo. Él sólo es un títere más de mi hermana, no es algo que debas permitir que te afecte.

—Lo sé—contestó sonriéndole falsamente. No tenía muchos deseos de hablar en esos momentos.

Shun la miró fijamente.

—¿Qué te hizo comenzar a odiar a Yami? Entiendo que se haya fijado en Itachi y Shisui y tenga todos esos planes locos, pero ustedes ya se llevaban mal mucho antes de que ella comenzará a salir con tu hermano, ¿por qué?

Esa pregunta la sorprendió porque era algo que nunca nadie le había preguntado antes, solo Sumiko conocía la razón.

—Lo que nos hizo llevarnos mal... —susurró recordando aquellas épocas de la Preparatoria—. Supongo que fue porque desde el primer momento en el que nos encontramos ella se esforzó para hacerme la vida imposible. Solía se rellenita así que ella aprovechaba para hacer comentarios de mal gusto, a menudo me llamaba vaca y esa era solo una de las cosas que hacía para molestarme.

Deseos ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora