Desvío 7: Astuto como un zorro

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-Unos días después que Corrin y sus compañeros partieran al territorio de la hija de Kaden y Sakura, descubrieron con gran desagrado que la hija del kitsune había huido de su pueblo. Kaden se encontraba muy preocupado, Sakura no podía controlar su tristeza. Su hija podía estar en peligro. Algo lejos de ahí, una hermosa chica con orejas y cola de zorro, corría tras un pequeño pájaro.-

Selkie: Vuelve, pajarillo. Oh... Se fue. Que suerte tiene... Puede volar. Poder viajar hacia donde desee... ¡Ya sé! Aprenderé a volar. Sólo tengo que subir al árbol más alto y saltar desde él.

 Sólo tengo que subir al árbol más alto y saltar desde él

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-Lentamente, comenzó a subir por el árbol. A la mitad de su ascenso, escuchó una voz que provenía desde debajo de ella. Como Selkie no tenía miedo a las alturas, miró abajo con curiosidad, donde vio a un hombre pelirrojo y despeinado, que la miraba con una sonrisa en su rostro. Se notaba que no tenía buenas intenciones.-

Daichi: ¿Qué tenemos aquí? Una kitsune...

Selkie: ¡Deja de verme así, pervertido!

Daichi: Vaya que tengo suerte. Las kitsune se venden muy bien. Vivas o muertas. Pero como no pienso arriesgarme... 

-Sin esperar más, Daichi sacó de su bolsillo varios cuchillos y comenzó a lanzarlos hacia donde estaba Selkie. Ella no conocía esas palabras, pensando que todo era un juego, saltó desde la rama donde estaba apoyada y comenzó a correr, intentando esconderse en un bosque cercano.-

Selkie: Juguemos un poco. Juguemos todos. ¡Tus amigos vienen! 

-Rápidamente, los seguidores de Daichi rodearon a la pequeña kitsune. Selkie sonreía sin darse cuenta del peligro que corría su vida.-

Daichi: ¡Estás rodeada!

-En el centro de ese bosque, Kaden caminaba bastante más tranquilo. Seguramente su hija había ido a jugar un rato. Era una adolescente, pero a pesar de eso, se comportaba como una niña pequeña.-

Kaden: ¡Que ganas tengo de ver a mi hija! Cada vez que la visitamos, ella está más y más grande.

Corrin: Sakura, ¿Es cierto que ella también es una kitsune?

Sakura: Sí. Heredó todo de su padre, excepto por un pequeño mechón de cabello rosa. Eso es lo único que heredó de mí...

Takumi: Junto a tu resistencia. Cuando la vi por última vez, ella había corrido por todas partes y no había sudado ni una sola vez. Tú eras igual de pequeña.

Sakura: ¡Takumi! -Sin poder evitarlo, se sonrojó. No le gustaba que le sacaran en cara que había sido muy hiperactiva cuando pequeña.-

Kaden: Hablando de mi hija... -En ese momento se transformó en un zorro con nueve colas. Su entrenamiento había provocado que su forma animal cambiara.- Si a alguien se le ocurre pensar cosas raras con mi hija, lo mato. Y con cosas raras me refiero a coquetearle o intentar venderla en el mercado de esclavos o algo así.

Corrin: Kaden. Lo que acabas de decir es una falta de respeto para todos nosotros. 

-El rostro de la princesa Hoshidiana se puso serio. Su mirada se volvió dura. No soportaba que se acusara a alguien de su grupo como un traidor. Rápidamente, Kaden volvió a su forma humana y se inclinó ante ella.-

Kaden: Lo siento mucho, Corrin-sama. No pensé en mis palabras.

-El entrenamiento con Ryoma había cambiado su forma de ser. Antes ella era alguien tímida, amable y siempre había sido subestimada por el enemigo gracias a su rostro inocente. Pero con los años, su expresión se había endurecido. Sus cicatrices provocaban escalofríos entre sus enemigos. Su mirada tenía un tenue brillo de calidez. Pero éste desaparecía en el campo de batalla Se había vuelto una mujer muy temida por quienes oían de ella. Corrin era casi tan fuerte como su esposo.-

Hayato: Según oí por ahí, existen unos bastardos que se dedican a cazar a tu especie, ¿no?

-Cuando el kitsune estaba por responder, un hombre apareció aterrado de entre los árboles del bosque. Gritaba y chillaba. Por el tono de su voz, Corrin dedujo que estaba llorando. Al ver al grupo de la princesa, el hombre cayó de rodillas, intentando pedirles ayuda.-

Bandido: ¡¡NO, NO, NO!! ¡Aléjenme de ella!

Corrin: ¿Qué quieres? -Corrin reconoció sus ropajes apenas lo vio. Ése hombre era un delincuente. Su capucha lo delataba.- 

-Los ojos del bandido se posaron con rapidez sobre la figura de Kaden. Rápidamente, la tez de aquel hombre se volvió blanca. Entre balbuceos, intentó retroceder para escapar.-

Bandido: ¡¿OTRO MÁS?!

Kaden: ¿Otro...? ¡Espera! ¡¿Acaso hay una joven kitsune en éste bosque?!

Bandido: S-Sí...

-Sin esperar un solo segundo, Corrin se acercó al hombre y lo tomó por el cuello de su capucha. Lo levantó con una sola mano y lo miró a los ojos. El malhechor se sintió profundamente intimidado. Esa chica era muy peligrosa, sin duda alguna.-

Corrin: Llévanos con ella ahora mismo o te juro por los dioses que lo lamentarás. Si no te das prisa y algo le pasa a mi sobrina, te mato.

-Con el hombre indicándole aterrado el camino, Corrin y su grupo se pusieron en marcha, preocupados por el bienestar de la kitsune. Al cabo de un rato, llegaron donde estaba Selkie. Ella estaba peleando contra varios tipos, no paraba de reír. Corrin se sintió muy preocupada por su sobrino. Furiosa tomó sus shuriken y los lanzó contra todos esos tipos. Con eso, logró derribar a varios. Todos atacaron a esos tipos. Al cabo de un rato, Daichi cayó muerto al suelo.-

Selkie: Éso fue muy divertido, pero todo terminó. -Sonriendo, empezó a carcajearse.-

Kaden: Hija, sabes que esos tipos querían cazarte, ¿Verdad?

Selkie: Claro. Fue como jugar al pilla-pilla.

Kaden: -Sin poder evitarlo, suspiró ante la respuesta de su hija.- Gracias a los dioses estás a salvo.

Selkie: Oye, ¿Todas tus peleas son como ésta?

Kaden: Un poco.

Selkie: ¡Bien! ¡Es definitivo! ¡Iré con ustedes!

Kaden: ¡¿Qué?! ¡Tú te quedarás aquí!

Selkie: Claro que si voy. ¡Es mucho mejor que quedarme en ese pueblo aburrido!

Kaden: Las batallas no son algo simple. Sin tristes y mortales.

Selkie: Perdón. 

Kaden: Tranquila. No te disculpes. Nunca habías estado en una batalla real.

Selkie: Papá. Tú, mamá y sus amigos me salvaron... Quiero devolverles el favor.

Kaden: Bien hecho, Selkie. Has madurado. Sip. Tienes que saldar tus deudas.

Selkie: Entonces está decidido. ¡Iré con ustedes!

-En ese momento, todos excepto Kaden, comenzaron a reír. Selkie era astuta, como un zorro. Había engañado a Kaden para que la dejara ir con ellos a su siguiente paradero. Ésta vez, debían ir a ver al hijo de Hinata y Oboro, Hisame. Mientras disfrutaban de la pequeña discusión, Corrin no podía evitar recordar a Zola. Había sido un gran apoyo para ella. Deseaba que no hubiera muerto, para haber podido disfrutar de toda la situación. Para que hubiera conocido a Shiro y a Kana. Para poder haber tenido una buena vida. Pero el pasado no podía ser cambiado. Entre risas y más risas, disfrutaron un pequeño momento de calma antes de volver a la vida llena de peleas que les esperaba.-

FIN DESVÍO 7

Fire Emblem Fates: BirthrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora