Capítulo LI

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El erizo sintió un escalofrío, volteó al instante topándose con la escena del intento forzado de la eriza por recobrar postura y movimiento...todavía estaba atónito; queriendo auxiliar a Amy, este, nadó hasta la orilla y levantándola de entre las aguas la recostó en el pasto, con algo de trémula en su cuerpo salió recargándose en ambas manos y, con impresión todavía en sus ojos, se acercó a la eriza.

—Gracias, La-lancelot— dijo vagamente una vez más Amy con la respiración agitada y sorpresa, sólo tuvo como contestación la respiración de igual manera agitada del caballero además de los nervios y púas un poco erizadas por el miedo a lo que él temía para ella: la muerte.

Hubo un silencio entre ambos, el viento estaba soplando fuerte y la caída de las hojas y el sonar de estas al ser movidas en conjunto sobre las copas de los árboles hacían al ambiente rodo muerto pero sereno y a la vez tranquilo. La eriza seguía recostada boca arriba con su pecho subir y bajar rápidamente, Lancelot estaba sentado con una rodilla doblada a unos centímetros del rostro de ella, intentado volver a la normalidad en cuanto a emociones. De repente, sin que Lancelot se diera cuenta, Canalla se había acercado a Amy y la olisqueaba como si de alimento nuevo se tratara, Amy soltó un pequeño chillido al sentir su tremenda lengua recorrer del puente de su nariz a su frente, dando la extraña apariencia de que se trataba de un perro. Lancelot hizo un monosílabo para que Canalla se detuviera y lo hizo, pero Amy le pidió que no lo ahuyentara, se sentía bien con aquél equino cerca de ella.

No hubo palabras, suplicas o disculpas, posiblemente no tenían palabras que decirse después de lo sucedido; tanto Amy podía estar enojada todavía con Lancelot como este podía seguir muy dolido y arrepentido de todas sus acciones.

Cuando la eriza hubo logrado sentirse recuperada por todo lo que había experimentado y, mientras acariciaba un poco el hocico de Canalla, preguntó:

Amy: ... ¿Cómo sabías que yo tenía que esperarte del otro lado?

El azabache seguía muy exasperado, tenía la vista perdida entre los follajes vastos de los árboles de copas altas, pero aún así, haciendo caso a las palabras de la eriza, expulsó:

Lancelot: La mitología...realmente no estaba seguro de que...de que vos estaría en ese lugar.

Amy: Pero... ¿Sabéis cómo es ese lugar?

Lancelot: No, no hay especificaciones sobre ese lugar, puesto que puede variar entre cada individuo por diferentes razones y motivos que van desde su clase social, su carácter, forma de pensar y comportamiento terrenal....

Amy continuaba con Canalla hasta que decidió recobrar la postura sentada, con sus piernas cruzadas, Canalla se alejó de ella y se puso a pastar detrás de esta, y sin importar esto Amy siguió oyendo atentamente la explicación de Lancelot.

Lancelot: ...pero las características y apariencias generales de este sitio son, tranquilidad, paz, y posiblemente algunos elementos que te identifiquen o te agradaron en tu vida terrenal.

Amy: *susurra* por eso el árbol... *mira a Lancelot* y... ¿Todo el mundo, las criaturas, pasan por ese lugar?

Lancelot: *deja de mirar los árboles y mira a Amy* la mayoría, las personas que atraviesan ese sitio suelen ser a aquellas que se les da una segunda oportunidad o tienen ventajas en la vida terrenal como lo son la sabiduría, el poder, la magia, una postura importante...

Amy: *lo interrumpe* ¿Cómo habéis creído que yo podría pasar por ese sitio?

Lancelot se puso de pie apoyándose de su espada, luego frotó su cara, estiró una de sus palmas en dirección a las provisiones en la parte trasera del equino y, con ayuda de sus poderes atrajo lo que parecía ser una manta. Cuando la tuvo en sus manos, se acercó a la erizo y de cuclillas se la colocó en la espalda.

Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora