CAPÍTULO 1

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   Uff, otra vez el despertador sonando ¡Con el sueño que tengo, madre mía! ESto de hacer turnos deslizantes está muy bien, pero el día que vas de mañana, después de haber trabajado la tarde anterior se hace un poco pesado ya a cierta edad. Y no lo digo porque sea tan, tan, tan mayor, pero está claro que los 38 no son los 28, ni mucho menos, y eso cada vez se va notando más. Además de la edad, se tiene que sumar el desgaste físico, el trabajo, los hijos, la casa...

   Bueno, ya vale de remolonear. Me tengo que levantar ya si quiero que me dé tiempo de todo. Yo soy de las que se levantan con tiempo para poder desayunar su café con leche y sus tostadas, sentadita delante del ordenador, para poder felicitar a los cumpleañeros de Facebook ( menudo chivato, jejeje ), mirar fotos, noticias, y todas esas novedades que mis amigos van compartiendo con la comunidad. 

   Ahora a la ducha sin entretenerse, levantar a las niñas, vestirlas, coger los desayunos, maletas y a dejarlas en casa de los abuelos para poder estar a las ocho en el trabajo. 

   Mis hijas son un amor, pero juntas son una polvorilla, así que normalmente las dejo por separado. Es decir, una en casa de unos abuelos y la otra, en casa de los otros abuelos para que no den tanto la tabarra. Aunque tengo que decir que ya van siendo más mayores y se portan algo mejor.

   A mi exmarido le va muy bien por Florida. Lo voy siguiendo por la red. Allí es feliz con su camión y nosotras estamos más que tranquilas sin él. Era demasiado celoso, posesivo, y tenía la mano un poco larga. Un bendito día conoció a una rubia tremenda, de esas que quitan el hipo cuando las ves pasar, y lo engatusó con historias de donde ella vivía. Qué favor tan maravilloso nos hizo. Me lo quitó del medio sin tener que recurrir a la justicia ni al asesinato ( lo último solo es un pensamiento, jamás lo hubiera hecho, claro está ).

   Estas niñas se acuestan tan tarde que luego, claro, pasa esto: que no pueden ni levantarse. Ah!, voy a llegar tarde, con lo que odio llegar tarde ¡Qué calor! Ya estoy sudando de buena mañana. No puede ser, qué estrés de vida, todo el día corriendo.

   A las ocho menos un minuto acabo de dejar a mi hija mayor en casa de mis suegros, que son un cielo, con los que aún mantengo muy buena relacion y que por suerte  viven al ladito justo de mi lugar de trabajo, un centro de atención primaria en mi misma ciudad. Corre, corre, Paula, que llegas tarde, un poco más rápido.

   Menudo bombón va unos metros por delante de mí, con ese traje gris antracita. Me chiflan los hombres vestidos con traje, me ponen un montón, aunque seguro que si se vuelve es más feo que el Fary comiendo limones, suele pasar. Dicen que si miras la nuca de alguien muy intensamente al final se gira. Voy a probar, que por probar no pierdo nada. 

   No sé cómo ha ocurrido. En un tris estaba en el suelo tirada. Dichosos zapatos nuevos, sandalias baratuchas y maldita acera en mal estado. El chico del traje se ha girado al escuchar el batacazo, ay, por favor ¡Por qué me tiene que pasar esto a mí a estas horas de la mañana! ¡Qué llego tarde! Además ¿será imbécil el trajeadito señoritingo? Me ha mirado, por instinto, al oír el ruido de mi caída, pero ha seguido su paso firme  y rápido. Pues que no le pase nada, que como caiga en mis manos se va a enterar. Menuda soy yo, para eso soy la repera, pero... no me he fijado ni en su cara, aunque su culo lo reconocería entre un millón ¡Qué gluteos! Seguro que va al gimnasio, eso se nota.

   Por suerte aún hace buen tiempo, ya que estamos a finales de septiembre, por lo cual no llevo medias, y menos mal, sino hubieran acabado rotas y no está la economía como para ir comprando un par cada dos días. El vestido se ha manchado un poco, pero sacudiendo con la mano se va. Creo que esta tarde me saldrá algún moretón, ya se verá.

   Entro corriendo al ambulatorio por la puerta de personal, subo al vestuario, me pongo la bata rapidísimo, vuelvo a bajar al laboratorio, me pongo un par de guantes y ya estoy sentada en mi cubículo para pinchar. Como somos poquitos trabajando estos días no hay nadie en la puerta para ir recibiendo a los pacientes, así que van entrando solitos, pero de tanto en tanto dejan de entrar porque se quedan fuera esperando y tenemos que salir a decirles que por favor entren al pasillo y vayan distribuyéndose conforme van saliendo los que ya se han realizado el análisis de sangre.

   Acabo de empezar mi labor de vampiresa y ya se ha atascado el flujo de pacientes, ¡qué fastidio! Ya me toca levantarme para ir a decirles que entren, por favor, que no podemos estar paradas, que si no  se acumula el trabajo.

- Disculpe, caballero, puede pasar, no tiene que esperar aqui fuera -

- No, señorita, yo solo vengo a entregar una muestra de orina -

-  A ve, déjeme ver...- pregunto mientras compruebo su papel - ¿viene en ayunas ?-

- Pues sí, pero no vengo a pincharme. Yo solo vengo a entregar esta orina y además... -

- Pase, pase, déjese de tonterías. Aquí dice que tiene que hacerse un análisis de sangre, así que no lo piense más y pase, que tenemos mucho trabajo y no podemos estar discutiendo -

 Vaya casualidad, dos idiotas con traje el mismo día y ¡solo son las 8:10 h de la mañana! La que me espera hoy.

- Señorita, le vuelvo a repetir que yo ... -

- Caballero, siéntese, solo será un segundo, ni lo va a notar. Es mejor que no le dé más vueltas -

- Señorita, está usted cometiendo un terrible error - 

- Sí, claro, lo que usted diga. Siéntese bien, apoye la espalda, estire el brazo, cierre la mano, respire...¡ Ya está ! Apriete con el dedo aqui y ahora le pongo una tirita - 

- El resultado ¿cuándo puedo ir a buscarlo ? -

- A ver qué médico tiene...Vaya, su médico y su enfermera están de vacaciones los dos ¡Qué casualidad! Pida hora en el mostrador pero creo que le van a dar para bastantes días, aunque si es urgente venga en unos días y que le atiendan en urgencias. En verano funcionamos así - 

- Muy bien, gracias por pincharme sin necesitarlo...espero verla pronto, creo que ha sido lo único grato en todo este despropósito.. Que tenga un buen día -

   Será cretino el tío ¿Qué se habrá creído? Un momento, ese culo...¡Este es el tío trajeado de esta mañana! Pero bueno, ya decía yo que era un idiota. No sé por qué no quería hacerse el análisis. No parece estar enfermo, todo lo contrario, yo diría que está requetebuenísimo. Cuando ha puesto su dedo sobre el algodón, a la espera de su tirita, y ha rozado mi mano sin querer me ha recorrido el cuerpo una auténtica descarga eléctrica ¡Qué sensación! Será que me van los cretinos, no le veo otra explicación.

- Miguel, me debes una y muy gorda -

- Jorge ¡Qué alegría escucharte, hombre ! Mi avión está a punto de salir del Prat, no tengo tiempo de hablar contigo ahora ¿Hablamos esta noche? -

 - Estoy por retirarte hasta la palabra, no sabes lo que he tenido que hacer hoy por ti -

- Pero si solo tenías que ir al ambulatorio y entregar la muestra de orina, solo eso - 

- Pues me ha tocado la enfermera psicópata y sorda que no me ha dejado ni explicarme, y la verdad es que como yo estaba más concentrado en mirarle los ojos, por cierto verdes  y preciosos,  y luego el pecho, pues casi me ha metido a rastras a la cabina de analíticas y me ha sacado sangre - 

- Jajaja. Tío, eso te pasa por mirar donde no debes. Ahora con más motivo irás en mi nombre a buscar el resultado, ¿verdad ? -

- ¿Insinúas que me gusta la enfermerucha esa? - 

- No, solo digo que tendrás curiosidad por saber si estás sano como un roble o podrido como una manzana ¿ o no ? -

- Esto...sí, claro. Iré yo, tú tranquilo, no te estreses. Eres un caradura. Ya me cobraré el favorcito, no te preocupes. En unos días iré al centro de salud a pedir hora de urgencias para el resultado, me dirán que está todo bien y fin de todo este sinsentido - 

- Que sí, Jorge, que te debo una y doble, queda pendiente. Eres un buen amigo - 

   Fin del turno. Estoy molida. Los lunes me dejan K.O. Voy a ir a buscar a mis tesoros y, si no tiene deberes, nos iremos a pasear un ratito y a tomarnos un helado. Nos lo merecemos.


   

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