Capítulo I

21 2 0
                                    


Beto despertó aquella mañana, como todas las mañanas, justo antes de la salida del Sol. Le encantaba ver aquella luminosa bola roja salir de su escondite, entre las montañas. Preparó su desayuno, un té de hojas verdes, acompañado de unas rodajas de pan con queso, y se colocó junto a la ventana a observar qué deparaba el destino el día hoy en el bosque. Todo estaba muy calmado, como siempre, sin sobresaltos. Es por esa misma razón que a Beto le gustaba tanto la ubicación de su hogar.

Luego del desayuno, salió hacia la granja para alimentar a sus animales. Primero las vacas, con sutileza... Luego, continuaba con las cabras, no le tomaba más de uno o dos minutos, generalmente. Siguió por último, con las ovejas, las cuales además de ser alimentadas también debían ser esquiladas pronto. No quería perderse ese gran negocio ahora que comenzaba el otoño, ésto te traía a Beto muchos beneficios económicos, los cuales luego podía invertir en mejorar sus establos, su cabaña o comprar algo más de terreno (si estaba dispuesto, claro) a su amigo y vecino del lote de detrás, Meno, pues su cabaña daba al lago (con la preciosa vista de las montañas y el amanecer) y Beto necesitaba más terreno para poder así tener más animales sin tener que utilizar el espacio que ocupaban sus cosechas. 

A éstas alturas del año a Beto le convenía más económicamente comprar más animales, ya que en invierno es muy difícil mantener los cultivos sanos y fuertes. Pero claro, poner animales también implicaría que éstos durante las largas noches de invierno tuvieran mucho, pero mucho frío. Entonces, para no complicarse demasiado, Beto resolvió durante varias temporadas no establecer más animales para no complicarse, puesto que las cosechas hasta ahora le iban bien. 

La vida de Beto era muy sencilla, viviendo al día, preocupándose solamente por mantener su granja funcionando en aquel campo tan hermoso en la región de Subderona. El paisaje era único, como antes mencionaba, limitando al este con el maravilloso lago del que Beto estaba enamorado, al norte con los lejanos montes de Guliona, al oeste con el terreno y estancia de su amigo, y al sur con el bosque frondoso que se mezclaba con las montañas a la lejanía.

Por las tardes, Beto solía juntarse con su amigo Meno a contemplar la puesta de sol en una escena un tanto desértica, puesto que el frente del lote vecino limitaba hacia el oeste con una llanura demasiado amplia, con un horizonte casi recto. El frente de esa casa era el lugar ideal para sentarse a charlar con su buena amigo y compañero. Ya por la noche, éstos, un tanto cansados si era día de trabajar en las cosechas o mover animales de lugar, se juntaban a cenar en alguno de los dos hogares.

La mañana siguiente fue un tanto distinta tanto para Beto como para Meno. El sol salió por el este como siempre, despertando a Beto un poco más tarde esta vez, con un haz de luz brillante que se filtraba por las rendijas de una de las ventanas de la casa de éste. Beto se levantó, se vistió y tan pronto como fue a hacerse el desayuno, sintió un estruendo que parecía provenir de la ciudad, situada más allá del bosque.

Beto tenía una camioneta. La usaba poco, es cierto, pero la conservaba en un perfecto estado. Rápidamente, alimentó a todos sus animales y avisó a Meno para que lo acompañara a investigar qué es lo que había sucedido. Éste accedió, y tan pronto como un par de minutos después del pavoroso estruendo, ya se encontraban en camino hacia el pueblo. El mismo no quedaba tan lejos, eran apenas unos 20 kilómetros, donde terminaba el bosque.

Al llegar, preguntaron a la primera persona que paseaba por la zona qué era lo que había sucedido.

-Oiga, disculpe, ha usted oído el estruendo que acaba de acontecer hace unos 10 o 15 minutos?

-La verdad que no, todo está muy tranquilo por aquí en el pueblo...

-Vaya, pues gracias y disculpe las molestias.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 23, 2016 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Lagos de la MenteWhere stories live. Discover now