Había una vez, en un viejo bosque, un zorro vegetariano que, siempre ocultaba ese pequeño detalle sobre su preferencia en la comida, no quería que los demás zorros se burlaran de él.
Y había una vez, en un viejo bosque, un conejo que fingía ser valiente ante todos sus conocidos, pero, en realidad era demasiado cobarde.
Un día en el que casualmente coincidieron "El día de caza" y "El día de recolección" el pequeño conejo se alejó de su grupo pretendiendo ser valiente al saltar hacia el otro lado del río.
Derrepente escuchó un ruido tras y sobre los árboles, cuando el conejo volteó pudo divisar a dos zorros que se encontraban sobre las ramas listos para abalanzarse sobre él. Los demás conejos huyeron siendo consumidos por el miedo, el pequeño conejo tampoco tardó demasiado en correr hacia los árboles ya que había notado un tercer zorro tras él.
Mientras el conejo corría de forma muy rápida siendo impulsado por sus patas y el miedo a ser devorado, chocó contra algo, al fijarse bien parecía el lomo de un zorro.
"¿Qué haces aquí?" Preguntó el zorro bastante curioso por la aparición del conejo.
"¡Por favor no me comas!" Suplicó el conejo mientras cubría su cabeza con sus largas orejas.
Entonces el zorro entendió que ya habían más de su manada tras el pequeño, al escuchar pasos aproximarse, tomó rápidamente al conejo y lo metió en una cesta llena de frutos y hojas.
"Hey, joven zorro ¿has visto a una bola de pelos? " Preguntó quién seguro era uno de los ancianos del lugar y por ende, alguien con mucha autoridad.
"¿Una bola de pelos? Creo que escuché algo dirigirse hacia el camino rocoso"
Los dos zorros no esperaron más y rápidamente volvieron a su persecución.
"Bien amiguito, estás libre."
El conejo se asomó viendo con asombro al zorro.
"¿De verdad no me vas a comer?" Preguntó el conejo algo incrédulo.
"Yo no como conejos" Respondió el zorro antes de esconder su comida en un árbol.
Después de un momento, el zorro prometió al conejo llevarlo hasta el cruce del río para que pudiera volver a salvo a casa.
"Lo siento" Le dijo el conejo al zorro cuando llegaron hasta el lugar acordado.
"¿Por qué?" El zorro se sintió confundido. Entonces el conejo le explicó.
"Cuando te vi pensé que eras un zorro cruel y malo como los demás, me dejé llevar por la apariencia y ahora creo que eres genial"
El zorro estaba impresionado, nunca antes nadie le había dicho eso, él siempre era tan solitario.
Cuando ambos se despidieron también prometieron volverse a ver. Así fue como cada fin de semana, cuando sus respectivas manadas salían a cazar y recolectar, ellos aprovechaban el tiempo para jugar y contarse historias, el zorro incluso preparaba deliciosos platillos para el conejo. Fue una amistad que duró tantos años como los recuerdos juntos.
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Antes de dormir
Fantasy«Nunca había sentido algún tipo de gusto por los cuentos, hasta que lo conocí, al final no era tan malo tener que inventar algo para poder verlo sonreír.» Feliz cumpleaños, Mr. Gatazo.♡