Érase una vez una hermosa y bondadosa joven llamada Cenicienta, a quien su cruel madrastra y sus dos hermanastras obligaban a ocuparse de las labores más duras del palacio, como si fuera la última de las criadas
los protagonistas no fueron felices ni comieron perdices. O, al menos, no todos. Cuando el príncipe acude a la casa de Cenicienta para buscar a la dueña del zapato de cristal, la madrastra ordena a sus dos hijas que se corten dos dedos de los pies para poder calzarse el codiciado zapato. En este caso, la Cenicienta sí tendría su ansiado final feliz, ya que terminaría casándose con su príncipe azul. Sin embargo, la suerte no estaría de parte de sus hermanastras, quienes no serían castigadas únicamente con su envidia, como ocurre en la historia popularizada. Durante la boda de Cenicienta y su amado, ambas "son picadas en los ojos por palomas, que las dejan ciegas en castigo por su maldad".
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CUENTOS ORIGINALES DE PELICULAS ANIMADAS
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