Rivales- YoonMin

Rivales

Ninguno sabe cuándo fue que empezó todo, cuándo fue que Yoongi se fijó en Jimin, cuándo fue que Jimin se volvió su víctima. Bromas como hacer que sus cosas leviten, o que su copa se convirtiera en una rata. Tampoco saben cuándo fue que ese odio los confundió y se los tragó vivos, mucho menos cuándo fue que los insultos cuando estaban a solas, se transformaron en besos fugases, sonrojos y manos tomadas.

—Esto está mal, Jimin. Nosotros no podemos amarnos, pero no quiero odiarte.

—Lo sé, Yoongi.

¿En qué momento los empujones fueron cambiados por caricias y susurros de amor?

—Eres de Gryffindor, no quiero estar con alguien de tu casa. Papá dice que los de tu casa son los verdaderos malvados, y no nosotros, como todo el mundo cree.

—¿Y tú piensas que yo soy así?

—No. No lo eres.

Y vuelven a besarse, como cada vez que están solos y no hay nadie juzgándolos.

Pero a pesar de todo, siguen su actuación, porque nadie puede saber su secreto, porque un Slytherin no anda con un Gryffindor, y un Gryffindor no anda con un Slytherin. Slytherin es mentiroso y traidor, Gryffindor en valiente y amable. Son polos opuestos, completamente. Igual que Jimin y Yoongi. Porque Jimin le sonríe y saluda a todo el mundo, Yoongi se abre paso a empujones. Jimin es aplicado con sus estudios, Yoongi cada vez que encuentra la oportunidad, reta a sus profesores.

—¿Por qué no lo haces volar, Yoongi?— Jackson mira con una sonrisa a Jimin, quién inconsciente de este hecho, se limita a reír junto a Taehyung y Hoseok.— Quiero ver su expresión de terror al no sentir el suelo.

—No, Jackson. No lo haré.

—Entonces lo haré yo, porque eres una sucia marica. ¿Qué podía esperar de un sangre sucia como tú? Pobre tu padre, el era un hombre respetable, pero te tuvo con una asquerosa muggle.

Yoongi no supo en qué momento su puño se estrelló en la nariz de su supuesto amigo, y menos cuándo fue que Jimin y algunos profesores lo estaban rodeando y separando a Jackson de arriba suyo.

La enfermería es el lugar que Yoongi más odia, incluso más que el bosque prohibido, o el baño donde está esa fantasma aterradora de anteojos y trenzas. Pero ningún lugar es lo suficientemente malo como para no disfrutar la compañía de Jimin.

—Tú, idiota, pudo haberte lastimado de más.— Jimin repartía suaves caricias en su rostro, y él se sentía adormilado.

—Pensé que ese imbécil era mi amigo. Que equivocado que estaba.— Jimin no dijo nada, sólo asintió.— Oye...

—¿Qué pasa, Yoongi-hyung?

—Quiero que dejemos de ser rivales, ya no quiero verte sufrir por mi culpa. Hay que decirles a todos la verdad, que somos novios, que nos amamos... Que te amo.

—Y yo a ti, hyung. Hagamoslo.— Jimin sonrió antes de besar sus labios con cuidado, haciendo que Yoongi se quejara por el ardor de uno de los tantos golpes de Jackson.

—Te amo más que a mi vida, Park Jimin.